Partidos pueden desaparecer, advierte Denton de CID-Gallup

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  • La generación de electores menor de 40 años decidirá los comicios de febrero 2018 como volcó, súbitamente, el resultado de hace cuatro años, dice Carlos Denton, presidente y fundador de la encuestadora CID-Gallup
  • Si los partidos no se reconectan con ese nuevo electorado corren riesgo de desaparecer
  • Hay terreno fértil para un aspirante “antisistema”, alerta
  • La gente desconfía de las encuestas electorales, admite

Sabana sur- Edgar Fonseca M., editor PuroPeriodismo.com

¿Corren riesgo de desaparecer partidos tradicionales en Costa Rica?

 El doctor Carlos Denton, presidente y fundador de la firma encuestadora CID-Gallup, no duda en responder afirmativamente.

“Yo no sé por qué no pudieran perfectamente desaparecer”, sentencia este veterano investigador de procesos, fenómenos y coyunturas políticas en el país y la región.

El desafío que le representa a los partidos los millenials, ese sector de la población menor de 40 años que, en su valoración, inclinó la balanza inesperadamente a favor de Luis Guillermo Solís en 2014, gravita de cara a los comicios venideros.

Denton asegura que a este sector de votantes poco le preocupa la afiliación partidista.

No leen periódicos. Viven en sus celulares. En sus computadoras. No les interesa la política. Nunca van a ser miembros de partidos políticos.

Los millenials, según Denton, fueron quienes le  dieron la voltereta, en 15 días, a las elecciones del 2014, y deben ser tomados muy en cuenta por los partidos en 2018.

No participarán de las primarias de los partidos pero votarán en las nacionales e incidirán en la escogencia del nuevo gobernante.

“Es irónico que “los milenarios” (como los llama él) no participan en escoger los candidatos pero sí van a llegar a votar después por alguno de los que ganaron la primaria”, asevera.

  • Los partidos, advierte, deben reconectarse con el electorado
  • El terreno, dice, es propicio para un aspirante antisistema, un outsider
  • Denton admite que la gente no confía en los sondeos electorales. Culpa en parte, dice, de la conducta de algunas encuestadoras que se han prestado por paga a los políticos y han brindado datos incorrectos.
  • Por ese entorno adverso, CID-Gallup valora no realizar encuestas de ese tipo con miras a los comicios de Costa Rica y Honduras.

La gente desconfía de las encuestas

-Estamos en un momento de fuertísima tensión pública a nivel local y a nivel internacional sobre el rol de las encuestas en la orientación de cuestiones públicas. ¿Cómo califica usted ese momento para la conducción de una firma como Cid-Gallup?

-La tensión es sobre encuestas preelectorales que preguntan intención de voto, porque si yo llego ahorita y te digo que 33% de los ticos leen periódicos por lo menos tres veces por semana, nadie lo va a cuestionar o si digo que la mayoría de los ticos no están de acuerdo con la gestión de la Asamblea Legislativa, tampoco. Toda la tensión tiene que ver cuando preguntamos ¿por quién va a votar usted?. El público espera que acierten las encuestas y la opinión es que no aciertan, y después vienen las lenguas diciendo: “seguramente fueron comprados”, o lo que fuera.

-Hemos visto, no solo en la experiencia local acá en Costa Rica, en momentos electorales, proceso tras proceso y particularmente el anterior con el resultado tan sorpresivo que hubo con la elección inesperada de Luis Guillermo Solís como presidente, sino ya en lo más reciente a nivel internacional, el caso del Brexit en Inglaterra, el caso del referendo de la paz en Colombia y la elección de Trump en los Estados Unidos, donde las encuestadoras no fueron tan certeras, tan cercanas, primero en la previsión, en la predicción y finalmente en los resultados evidentes de esos acontecimientos. A partir de un resumen de aspectos como estos que le planteo, ¿ante qué está el momento de cualquier firma encuestadora aquí o a nivel internacional?

-Totalmente de acuerdo con el Brexit y también con las encuestas prereferendo en Colombia. Sin embargo, en los Estados Unidos, la posición de nosotros, por lo menos, es que Hillary recibió 3 millones de votos más

Las encuestas dijeron es que, con base en la totalidad de una muestra, ella (Clinton) más bien ganó por los dos o tres puntos de lo que se predijo. Por una situación muy especial de Estados Unidos, puede ganar alguien que no recibe la mayoría de los votos.  Pero que hay crisis, sí la hay. Le puedo informar que, en Estados Unidos, The Gallup Organization no participó en la elección pasada del todo. Nosotros, por ejemplo, aquí para las primarias ticas no hemos preguntado sobre intención de voto, ni publicado resultados de eso. Estamos estudiando si queremos participar en la elección venidera nacional aquí en Costa Rica y lo mismo en Honduras. No hemos tomado la decisión. Tenemos que medir una serie de factores, porque sí hay ciertas cosas que han pasado con las encuestas. Publiqué en el periódico La República mi columna semanal en que me refería específicamente a eso y lo reproduje en mi página de Facebook y los resultados todos son que “las encuestas no sirven”, “las encuestas están amañadas” , “no sirven”, etcétera., y la pregunta es ¿por qué? Tengo mi respuesta a eso. Primero, los políticos en todo el mundo, no solamente en Costa Rica, los que no salen bien en las encuestas toman como una necesidad imperativa declarar las que dicen que no van a ganar como amañadas, falseadas, compradas, etcétera., y son muchos más ellos que el que está saliendo bien, y finalmente gana, entonces ya ha permeado en el medio esa idea de que lo han repetido tanto en plazas públicas, en todo lado, que ha tenido ese impacto.

-Usted dice “hay crisis”, ¿por qué?

-Hay una crisis precisamente porque los ciudadanos ya no creen los resultados de las encuestas preelectorales de intención de voto. Las encuestas como quieran decirlo, esas encuestas específicas tienen que ser amañadas, no sirven, algo pasa, lo que fuera. Uno es el ambiente, pero hay otros factores. La verdad es que, lamentablemente, sí ha habido una que otra empresa que se ha prestado a lo que dicen los políticos.

-¿Qué se ha prestado a qué?

-Que han recibido remuneraciones y presentan datos que no son correctos, que favorecen a alguien que les está pagando. Definitivamente ha habido casos de eso.

-¿En el país?

-Ah sí claro.

El daño está hecho

¿Eso repercute en la credibilidad del ciudadano?

-Por supuesto. Porque después cuando publican resultados que no son ciertos lo que ocurre es precisamente la gente, por supuesto, dice: “mire, antes podíamos confiar, ya no”.

-¿El daño está hecho?

-Claro.

-¿Cuál es el desafío para encuestadoras como la suya que se aprecia de una trayectoria de limpieza?

-Tenemos 40 años en esta actividad. Comenzamos en una casita en Heredia en 1977 y aquí estamos con instalaciones, personal, proyección de imagen, etcétera. Uno no logra sobrevivir 40 años vendiendo datos, para ponerlo así, o vendiendo resultados. Estamos aquí todavía porque tenemos credibilidad. La pregunta es, ¿queremos estar agrupados con los demás? ¿Queremos seguir midiendo de esa manera la situación preelectoral o damos un compás, dejemos que las aguas bajen y dediquémonos a las otras cosas que hacemos que son mucho más lucrativas que esta cuestión de la política electoral?

-Me da a entender que han entrado en una especie de actitud preventiva, tanto ante las primarias, que se vienen en el país, como en las elecciones generales, ¿qué significa esa actitud de prevención?

-La mejor forma de prevenir es no publicar datos. Ni siquiera medir la intención de voto y no publicar, porque esta es una firma, somos dos socios, esta es una firma que tiene interés en lucrar y eso más bien deja dolores de cabeza, ataques, pedradas de la calle. No es algo tan fácil como se ve. Nosotros podemos decidir a estas alturas, por cómo está formada nuestra clientela que es, principalmente no política, es empresarial de todo tipo, podemos decidir que no vamos a medir, que otros lo hagan y se arriesguen y nosotros seguimos tal cual, y estamos decidiendo eso, estamos esperando un poquito más para la encuesta nuestra de mayo que viene si preguntamos o no.

-Sería la primera vez en la historia de la compañía que se apartan del estudio político electoral…

-No lo hicimos ya en la primaria y vamos a tener que tomar la misma decisión en Honduras, pero es posible por el ambiente, y por todo lo demás. Nadie nos paga. Nosotros no nos vendemos. Es como un servicio. En un país como Costa Rica, donde los diputados después de elegidos no tienen que preocuparse porque no pueden repetir, igual el Presidente, pueden ignorar la opinión pública, pero con la ayuda de los medios, publicando encuestas, uno puede preguntar no intención de voto pero sobre otros temas. Esto se ha dañado. Hasta cierto punto la fe del pueblo con los encuestadores está en este momento en mi opinión dañada, y nosotros, lo que tenemos es todo un portafolio de clientes comerciales que les hacemos todo tipo de servicios.

Detectamos el despegue de Luis Guillermo

-Que hagan efectiva esta decisión, el país, la opinión pública, la sociedad pierde una fuente de análisis adicional.

-Estoy de acuerdo. El asunto es que ya hemos visto que está ese ambiente y está toda esta situación, honestamente, de falseo. Ahora, hay otros componentes. Ha habido siempre dentro de nuestra sociedad la idea que los resultados de encuestas influyen en cómo vota la gente, los diputados, los políticos, la clase política en especial, todos creen eso. Una de las cosas que existe aquí, que no existe en otros países, es una restricción en la divulgación de los resultados de encuestas. Antes era 15 días, ahorita están tolerando ocho días. ¿Qué es lo que está pasando? Por ejemplo, la pasada elección, porque también lo citó usted, ¿qué es lo que pasó en la pasada elección? En la pasada elección en diciembre don Luis Guillermo Solís registraba ocho puntos en las encuestas, eso es de fijo y eso era lo que él tenía. Después llegaron los debates, la participación de los diferentes grupos y  “los milenarios” —millenial en español es milenario según la Academia Real de España– que no leen periódicos, no siguen, pero que decidieron que iban a votar y nosotros ya teníamos la curva subiendo. Luis Guillermo Solís iba despegando en nuestras propias encuestas y despegó pero ya después de cierto punto los medios no pueden publicar los datos. Nosotros felices de violar la ley y que el Tribunal Supremo tenga que reconsiderar su posición, pero nunca hemos encontrado un medio que haya tenido la valentía de ir contra de eso y publicar, como lo hacen en otras democracias maduras, que uno puede por lo menos, yo sé, 48 horas antes.

-En la experiencia de enero, febrero 2014, ¿ustedes registraron ese cambio abrupto en el compartimiento?

-Claro, porque él (Luis Guillermo) despegó, y, al fin, “los milenarios” ,personas nacidas entre el 1982 y el 2002, o sea, llegaron a la mayoría al cambio de siglo, del 82 al 2002, que viven en sus celulares, en sus computadoras,  y no están siguiendo la contienda, no les interesa la política, nunca van a ser miembros de partidos políticos, pero sí, por algún motivo, decidieron que iban a votar, entonces cuando llega el momento, en los últimos 15 días, comienzan a tomar decisión.

-¿Estos volcaron el resultado hacia Luis Guillermo?

-Pues claro. Ellos tomaron la decisión. Siento que los jóvenes se fueron con él de fijo. El mensaje de “cambio” es muy interesante para ellos, que están diciendo, “no, lo demás es puro bostezo de viejo”.

-¿Usted cree entonces que este segmento de la población, los que usted llama “milenarios”, fue el factor decisivo para la elección sorpresiva de Luis Guillermo?

-La palabra sorpresivo no la tomaría, porque nosotros teníamos la cuestión durante todo el período. Tenemos suscriptores que no son medios, por ejemplo, organismos internacionales, que reciben nuestros datos durante muchos año, tenemos cartas de ellos, felicitaciones por haber pegado el resultado en Costa Rica.

-¿El de 2014?, ¿el de Luis Guillermo?

-Sí señor, nosotros tenemos felicitaciones de los suscriptores, pero los medios ticos no tienen las agallas de violar la ley, entonces lo que terminamos es con esa situación, nosotros podemos hacer ahorita encuestas para el 2018 que pegan, no se preocupe, pero lo tenemos que divulgar a última hora.

-Ustedes estaban registrando la subida evidente de Luis Guillermo, por encima del candidato que todo el mundo daba por descontado el eventual candidato ganador que era Johnny Araya.

-Bueno, eso terminó, si no me equivoco, 30-29.

-Correcto, pero Johnny se retira anunciando que todas las encuestas le presagiaban una debacle en segunda ronda.

-Nosotros no medimos segunda vuelta del todo, porque eso era un ejercicio intelectual innecesario. Hubiera sido interesante ver cuántos aguantaban en todo este esfuerzo, pero a final de cuentas lo que nosotros tenemos es que los resultados, lo que realmente vale la pena conversar era la elección del dos de febrero, que es la que decidió todo, porque después Johnny, como dice usted, se “hizo el ruso” y ya.

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El terreno es fértil para un outsider

 En medio del marco de incertidumbre, que se nota en el país, de desafección partidista,  ¿hasta dónde cree usted posible la eventualidad de un aspirante antisistema emergiendo para estos próximos comicios?

-Siempre se habla, el outsider, para usar una palabra en inglés. Creo que hay muy buena opción para alguien que pueda presentarse como una persona no política, sin compromisos y con ideas innovadoras.

-¿Existe en este momento en el país esa figura?

-Claro. Hay dos o tres personas que aspiran ahorita que creo que pudieran ser candidatos, que logran poner calor al votante, está por verse, hay que hacer una campaña.

-¿Tienen ustedes en sus estudios identificado algún personaje, algún candidato con ese perfil?

-Tenemos que hacer el estudio de mayo para poder contestar esa pregunta.

-Está aún pendiente, pero, ¿usted sí ve la eventualidad de que eso ocurra en Costa Rica?

-Es muy posible que una persona que no se ha perfilado o que se reposiciona de forma dramática.

-Y ¿por qué es muy posible?

-Porque la gente está cansada de lo mismo, las mismas promesas, la misma historia, se han puesto muy escépticos.

 -¿A qué va obligar este posible candidato antisistema a los demás partidos del país?

-Los partidos se han fragmentado y cada vez estamos yendo más hacia la persona. Los partidos  tienen que reconstruirse algunos de ellos y quizás repostular sus principios.

 –Cuando usted habla de reconstruirse, ¿ve la posibilidad de que partidos tradicionales de Costa Rica desaparezcan en el mediano plazo?

-Yo no sé por qué no pudieran perfectamente desaparecer.

 -¿Por qué?

-Porque  en nuestro país años atrás un tico decía: “yo soy saprissista, católico y liberacionista”, y ya todo el mundo decía: “ya sabemos exactamente quién es esa persona”. Siguen con el equipo de fútbol, la religión ya no tanto, y el partido político, por lo menos entre las personas menores de 40 años, el partido no es un factor definitivo.

-Y cuando usted habla de reconstruirse los partidos, desde su experiencia de analista, de investigador, estudioso de la realidad política local y regional, ¿qué les recomienda a los partidos?

-Los partidos tienen que regresar a los pueblos, tienen que tocar puertas y tienen que ofrecer canales de comunicación con el gobierno, soluciones reales los problemas de las personas donde viven, tienen que hacer sentir a las personas que pueden participar e impactar en lo que es la conducción de la política en el país”.

 

VER TAMBIEN: A Figueres le sirve una baja votación

 

 

 

 

3 COMENTARIOS

  1. […] Me tiene muuuuuuy sin cuidado tener que repetir un millón doscientas mil veces lo obvio: el sondeo “electoral” que hice en Facebook tiene la misma validez que el que hizo Teletica cuando le preguntó a quienes llamaban por teléfono si Badú debía o no debía ser despedido de la Sele y el 99% dijo que no. Igual lo despidieron. Es obvio que no se trata de una encuesta oficial de esas que sí respetan todos los criterios académicos y estadísticos y que, sobre todas las cosas, nunca son manipula… ah, suave. […]

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