“Los ladrillos no son lo importante, el problema es que psicológicamente te han matado, sientes que estás derrotado”. Así recuerda Galo Jaramillo el pasado 11 de mayo, cuando se llevó a cabo el desahucio por parte de Kutxa, la Caja de Ahorros vasca. Ecuatoriano, llegó a España en el ’96, y desde entonces trabajó en Madrid como albañil hasta el comienzo de la crisis, en 2009.“
“Ni siquiera pudimos sacar todas las cosas. No nos dieron ninguna prórroga, cuando íbamos a pedir un aplazamiento nos enteramos que el caso ya estaba en los tribunales”, sostiene.“
Como tantos otros en su situación, Galo y su mujer sobreviven gracias a la ayuda de un familiar, y a la habitación que le dejan unos amigos.
“Si no fuera por las amistades estaríamos durmiendo debajo de un puente”. El golpe del desahucio es duro, pero las circunstancias obligan a rehacerse pronto. Galo reconoce no haber asumido todavía la pérdida de su casa y sentirse muchos días “sin rumbo”. “Hay veces que vas por la calle y crees que puedes volver a tu casa, entonces lo recuerdas y es un dolor muy fuerte”.
Leer más…