Con Hugo Chávez, ganador de un tercer mandato, consecutivo, Lanata afirma que sea cual fuese el resultado, el país está atravesado por una profunda grieta política, cultural, social.
Dice Lanata: “La división ya no es sólo política, sino que se ha transformado en cultural, y trascenderá a los propios gobiernos que la fomentaron. Argentina se asomó a esa grieta en los años cincuenta: familias separadas, sobremesas imposibles, amigos que dejaron de hablarse, hermanos que se olvidaron para siempre. Los paralelos no son ociosos: Perón sentó por primera vez a la mesa a la clase obrera argentina y Chávez le dio visibilidad y existencia ciudadana a los pobres de Venezuela. Ambos se excusaron en el fondo para atropellar las formas: persecución a los opositores, prensa controlada, capitalismo de amigos, reescritura de la historia, clientelismo, realidad y relato. Un tajo atraviesa Venezuela y ese tajo no se cura con una elección”.