Adrianne Haslet-Davis, instructora de danza, de 32 años, perdió su pierna izquierda durante el atentado en la maratón de Boston. Pero está llena de esperanza y de ánimo de que volverá al oficio que ama, según lo relata en un informe cargado de calor humano del reportero Don Dhaler de CBS News. La recuperación de Adrianne se mide ahora en cada paso que da. Precisamente esta semana empezó su rehabilitación física.
En el instante de la explosión, ella pensó que iba a morir. Su pierna quedó severamente dañada. La auxilió su esposo, Adam Davis, capitán de la Fuerza Aérea quien junto a ella observaba el final de la maratón. “Empecé a llorar y s gritar y a decirle que lo amaba”, recuerda de aquellos momentos esta joven.
En un restaurante su marido le aplicó, con su faja, un torniquete para contener el profuso sangrado.
A la mañana siguiente se despertó en la cama del hospital. Sus padres llegaron a visitarla.
“Yo estaba tumbada en la cama, abrí los ojos y vi a mis padres. No pensaba, dice, en otra cosa. Estaba feliz de estar viva, feliz de verlos y de inmediato sólo recuerdo diciendo: ” papá y mamá! ‘ Y entonces me dije: ‘Mamá, ¿me ayudarías,’ porque siento que mi pie se está quedando dormido. Y ella dijo: “Adrianne, cariño, no tienes un pie”.
Adrianne empezó a llorar y pensó: “Mi carrera ha terminado”, “Mi vida ha terminado.”
Pero con el paso de los días y de su recuperación, Adrianne se llena de esperanza y optimismo. No quiere dejar que la abrume la adversidad.
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