México, rudo golpe a corrupción sindical

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Como un rudo golpe sobre la mesa de la recién iniciada administración Peña Nieto contra
la acendrada corrupción sindical en México es considerada la detención de Elba Gordillo,
líder histórica del influyente sindicato de maestros.
El golpe, guardando las distancias, debería abrir los ojos en nuestros países para que las
autoridades revisen las cuentas de algunos gremios, cuyos líderes, intocables, se han
empotrado por décadas en el poder de ciertas organizaciones, como amos y señores de
voluntades y, por supuesto, de los recursos de sus agremiados.

En Costa Rica, instituciones claves del país viven bajo la zozobra de un sindicalismo
decadente, atrincherado en los privilegios y prebendas de sus dirigentes y sometidos a la
“democracia” de minorías que deciden sobre la suerte de miles y miles de agremiados.
¿Quién da cuenta de los millones en recursos que se manejan en las cuentas de esos
sindicatos?
¿Quién controla esos fondos gremialistas?
¿Dónde están las auditorías públicas?
Un reciente escándalo con un fallido proyecto turístico propiciado por una de las
principales organizaciones sindicales terminó en el canasto del olvido, sin que nadie diera
cuentas, ni hubiese intervención de autoridades. Al caso lo cubre un extraño silencio.
¿Será necesario un bombazo a lo mexicano para esclarecer cómo anda el manejo de
algunas de estas organizaciones?
A Elba Gordillo la arrestan bajo gravísimos cargos de lavado de dineros provenientes de
las cuotas de miles de docentes agremiados.
Se gastó millones en sospechosas operaciones desde compras de propiedades en la
suntuosa isla Coronado de San Diego, California, hasta cirugías estéticas.
La Procuraduría mexicana la acusa, según el diario El Universal, de “triangular recursos
a Estados Unidos y Suiza para pagar tarjetas de créditos personales, adquirir inmuebles
como una residencia en California a nombre de su mamá, así como para realizarse
cirugías estéticas o comprar obras de arte”.
Hizo y deshizo con dinero contante y sonante de los agremiados manejado al antojo de
ella y de sus secuaces.
¿Pero cómo andan esos manejos de las cuentas de ciertos sindicatos en nuestros países,
en concreto en Costa Rica, donde algunas organizaciones y sus dirigentes se apertrechan
en el silencio y en la evasiva de su actuar y en la agresión a quienes osen cuestionarlos?
¿Por qué no se abren al escrutinio público y, en especial, de sus agremiados?
No vaya a ser que, en una que va y otra que viene, nos llevemos, tardíamente, un
batacazo como el que acaba de asestar, con acierto, la administración Peña Nieto
al influyente gremio magisterial azteca en la figura de su máxima dirigente, otrora
intocable, hoy caída en desgracia.
El pecado público de la lideresa de los maestros mexicanos, con 23 años montada en el
poder y el carrusel de la dirigencia gremial, fue enfrentarse bajo el manido argumento de
la “privatización de la educación”, gastado estribillo, también por acá, a la recién iniciada
administración Peña Nieto.

No contaba con el nuevo inquilino de la residencia de Los Pinos que le mete bisturí al
cáncer y corta de raíz.
¿Cuándo harán lo mismo las autoridades por estas latitudes con ciertos
intocables y todopoderosos líderes sindicales? Contra esos que manejan como
feudos las organizaciones y que, de paso, tienen secuestrada la modernización
de ciertas instituciones vitales para nuestro desarrollo. Escríbale a Edgar
Fonseca,efonseca@nacion.com o síguelo por Twitter,@efonsecam.

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