¿Se pueden plasmar, en medio del vértigo diario, notables perfiles periodísticos de los personajes de la cotidianidad?
La respuesta es sí. Y la expresa con contundencia el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa.
Toma de ejemplo, el libro Plano Americano de la periodista argentina Leila Guerriero, recién editado, del que advierte, en La Nación de Buenos Aires, : “muestra de manera fehaciente que el periodismo puede ser también una de las bellas artes y producir obras de alta valía, sin renunciar para nada a su obligación primordial, que es informar”.
“Cada uno de estos perfiles o retratos de músicos, escritores, fotógrafos, cineastas, pintores, cantantes, es un objeto precioso, armado y escrito con la persuasión, originalidad y elegancia de un cuento o un poema logrados”, puntualiza el laureado escritor peruano.
“En nuestro mundo –profundiza Vargas Llosa- el periodismo suele ser el reino de la espontaneidad y la imprecisión, pero el que practica Leila Guerrero es el de los mejores redactores de The New Yorker, para establecer un nivel de excelencia comparable: implica trabajo riguroso, investigación exhaustiva y un estilo de precisión matemática. Antes de enfrentarse a sus entrevistados (vivos o muertos), ella ha leído, visto u oído lo que ellos han hecho, se ha documentado con rigor sobre sus vidas y sus obras consultando a parientes, amigos, editores o críticos, leyendo toda la documentación posible sobre su entorno familiar, social y profesional”.
En Puro Periodismo nos parece este artículo un valioso aporte para tomar en cuenta por parte de los practicantes del oficio a la hora de dedicarse a rastrear, labrar y elaborar semblanzas, perfiles, retratos de figuras del acontecer público y privado.