La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha comparecido ante el país tras la ola de protestas que pide mejores servicios. La mandataria confía que el Congreso apruebe un proyecto para destinar las ganancias del petróleo a la educación.
En una alocución retransmitido por la televisión nacional, Rousseff dijo que como presidenta de Brasil tiene la obligación de dialogar con el pueblo —puntualizó—
“con orden” y “sin violencia”, ya que —dijo— eso es “indispensable para la democracia”.