La libreta de abastecimiento empezó a utilizarse en Cuba el 12 de Julio de 1963. Es un mecanismo que regula la distribución de alimentos subsidiados para la población y estipula la cantidad y frecuencia con la que una persona puede comprar comida.
Los productos que más figuran en la libreta son los alimentos como leche, pasta, azúcar, arroz, granos, café, pollo, entre otros. Sin embargo, también se distribuyen keroseno, gas, alcohol, cigarrillos y puros. En los primeros años, los niños también teñían una cuota asignada de tabaco, que su familia solía vender.
Algunos de los alimentos que puede comprar un cubano por mes son: 5 huevos, 400 gramos de pasta, 1/4 de libra de pollo, 1/2 libra de aceite, y 5 libras de arroz. Al día se puede adquirir un pan, hecho de harina batata y no muy popular.
Las raciones varían dependiendo de la edad y del género de las personas. Los niños menores de 7 años, los ancianos, las mujeres embarazadas y quienes están enfermos están autorizados a recibir una porción mayor de determinados alimentos, por ejemplo leche.
Los artículos se distribuyen a través de la bodega local. El vendedor tiene que anotar en el pequeño cuaderno cuáles fueron los productos comprados y también la cantidad.
Cuando Fidel Castro instituyó la medida, explicó que lo hacía para combatir la escasez de alimentos y la especulación en su precio de venta. La Oficina de Distribución de Alimentos (Oficoda) es el organismo gubernamental que regula el mecanismo y que fue creado con ese fin.