A 25 años de su partida, el 9 de agosto de 1988 fue cuando Ramón Valdés murió, víctima de un cáncer de estómago que se le extendió hasta la columna vertebral.
Sin embargo, es imborrable la imagen de Don Ramón paseando, regañando y peleando por el patio de la vecindad de El chavo del ocho.
Verlo delgado al extremo, siempre de pantalón de mezclilla desgastado y deslavado, con una playera oscura, tenis blancos, además de una gorrita de playa deshilachada por el tiempo, se hizo parte de la rutina familiar.
“Don Ramón, era Ramón…Es más, él era el único que no se cambiaba, así como llegaba hacía su parte y se iba, era un tipo que estaba contento con la vida”, aseguró Carlos Villagrán, Quico, el niño con enormes cachetes y singular manera de hablar.
De hecho, las características físicas y emocionales de Ramón Valdés fue lo que llamó la atención a Roberto Gómez Bolaños Chespirito (guionista y creador de la serie), para que le propusiera interpretar al papá de la Chilindrina (María Antonieta de las Nieves).
“Siempre le dijo: sólo sé tú mismo, no hagas nada más… Es más, así como le hablaba a la Chilindrina, también nos decía a nosotros”, recordó Esteban Valdés, uno de sus diez hijos en la serie La historia detrás del mito.
“Uno de mis mayores orgullos es haber reunido a un excelente grupo, el mejor de humoristas, de comediantes que ha habido en la pantalla”, expresó Gómez Bolaños en 1970.