Dexter Filkins es una muy buena fuente cuando se trata de temas de Medio Oriente , y no ha habido un informe con lo que respecta a la situación en Siria más detallado y reflexivo que el suyo en The New Yorker publicado en mayo. Si desea comprender lo turbia que esta situación es en realidad, tome su tiempo para leer este artículo, para saber a lo que se enfrentará el Congreso norteamericano antes de votar en los próximos días .
Poco envidiable es la decisión que deben tomar los que se encuentran al frente al Congreso norteamericano. Por un lado, tiene un régimen asesino que ha lanzado armas químicas docenas de veces contra ambos las fuerzas de oposición y civiles de manera indiscriminada, el último ataque es mayor en magnitud que todos los demás juntos. Por otro lado se tienen a más de 30 grupos fragmentados de las fuerzas rebeldes , muchos de los cuales están luchando entre sí, y de estos grupos el que está haciendo mejor las cosas, literalmente, es Al- Qaeda , que cambió su nombre a Al- Nusra después de trasladarse a Siria . Atacar al régimen de Bashar al-Assad es apoyar a la organización terrorista contra la cuál EstadosUnidos ha estado luchando durante más de una década.
Suponiendo que el presidente Obama obtenga la aprobación del Congreso , no tiene muchas opciones. Él no podrá atacar o proteger los sitios de armas químicas , ya que sería casi seguro el uso de estas. No puede atacar al régimen directamente, ya que la caída de Assad , sin duda, significaría una guerra civil, con el más probable ganador siendo Al- Qaeda , lo cuál sería una locura . Y en ese momento , la posibilidad de que haya un genocidio contra los alauitas que quedan en el país sería mayor, y esto podría superar las víctimas civiles de la guerra que hasta la fecha se contabilizan, creando un absurdo del propósito de intervenir en primer lugar.
Y no hacer nada , que en apariencia suena como seres la mejor opción después de ver las alternativas , puede que sea la opción más triste de todas , porque eso es una garantía de que cientos de miles de civiles más morirán , posiblemente de la peor manera posible ( Sarín es supuestamente el cóctel por elección de Assad ).
Sobre esta delgada linea roja se encuentra Barack Obama que a final de cuentas se ha resistido a utilizar la fuerza militar para contener la crisis en Siria, pero la presión aumenta para él por todas partes. “Todas las opciones son horribles”, dijo un ex ayudante.
En PuroPeriodismo.com les recomendamos esta valiosa lectura de la revista The New Yorker.