La flamante galardonada con el Premio Cervantes 2013, Elena Poniatowska, no se guarda nada con el oficio de sus amores, “todo se lo debo al periodismo”, dice, rodeada de decenas de reporteros que llegan a entrevistarla. Para todos hay lugar, añade la crónica de El Universal, México. “Que pasen los periodistas, todos tienen que estar muy contentos por este premio porque también es para ellos”, dice la escritora nacida en París en 1932. Pero su hijo insiste en que la visita debe ser escalonada. “La casa es muy chiquita, no cabemos todos, pero ahorita platicamos, mientras que les traigan un café”, explica a modo de disculpa”.