En una frenética cacería humana que llevó a los agentes a perseguir y capturar a sus más cercanos colaboradores, a rastrear vía satelital sus comunicaciones telefónicas y seguirlo por túneles y alcantarillados de Culiacán y Mazatlán, cayó Joaquín El Chapo Guzmán, el capo más buscado del mundo, dice una amplia crónica de la agencia AP difundida por el diario Milenio de Ciudad México.
Dice la AP: “Un día después, el 18 de febrero, fue arrestado un colaborador de Guzmán, Manuel López Osorio, quien dijo a los investigadores que recogió a Guzmán, al jefe de comunicaciones del cártel Carlos Manuel Ramírez y a una mujer en el alcantarillado y que los ayudó a huir a Mazatlán.
Cuando finalmente fue esposado, el hombre que había eludido a las autoridades mexicanas por más de una década se veía regordete, encorvado y desmejorado. Vestía una camisa blanca desabotonada y pantalones negros.
Guzmán, de 56 años, había eludido a las autoridades desde que escapó de prisión en 2001 en un camión de lavandería.