La reciente masacre de tres civiles, entre ellos dos menores, a manos de fuerzas policiales en Managua, Nicaragua, tiene estremecida a la opinión pública y en la mira a los jefes de la Policía Nacional de Nicaragua, como la cabeza de la institución Aminta Granera, ficha de confianza del presidente Ortega, dice el diario La Prensa. Las víctimas fueron muertas por una patrulla antinarcóticos que confundió a una familia que viajaba en un vehículo de noche con presuntos narcos.
Añade la crónica de la periodista Elizabeth Romero: “La masacre perpetrada por agentes policiales, aparentemente de las tropas especiales, en el sector de Las Jagüitas, habría profundizado más las diferencias existentes en el seno de la institución.
Esta situación habría servido para medir fuerzas entre la jefa de facto de la Policía, primera comisionada Aminta Granera y el jefe de la delegación de Managua y subdirector de la institución, comisionado general Róger Ramírez”.