El Presidente de Guatemala, Otto Pérez, devastado por las revelaciones de su supuesta implicación en una red de fraude fiscal multimillonario, pensó en renunciar a su cargo pero echó para atrás al calor de la reacción de gente cercana que hasta promueve un “autogolpe”, revela el periodista José Rubén Zamora, crítico del mandatario y director del diario El Periódico.
Añade Zamora en un artículo titulado Crónica de una insensatez : “El viernes 21 por la tarde, Otto Pérez Molina estaba devastado, muy avergonzado de que hubiera salido a la luz pública su papel protagónico, junto a Roxana Baldetti, en la dirección y coordinación de La Línea, la estructura criminal dedicada a la defraudación tributaria que alcanza Q14 millardos anuales, y a facilitar el trasiego de drogas. Abrumado por su realidad judicial, consciente de que existe evidencia documental categórica y, sobre todo, que labró su propio desafortunado destino, estaba convencido de que la única salida digna era su renuncia a la Presidencia de la República y enfrentar cárcel en Guatemala y una posible extradición hacia Estados Unidos.
Esa tarde la decisión del presidente Pérez fue apoyada firmemente por sus funcionarios responsables de la Inteligencia del Estado, quienes fueron citados para el sábado por la tarde en Casa Presidencial”.