El rastro del mono “Botas”, mascota de las hijas menores gemelas del fugitivo capo del narco Joaquín Chapo Guzmán, fue clave para que investigadores mexicanos dieran con un escondite recientemente descubierto por tropas élite en las montañas de Sinaloa donde se frustró su captura, dice un informe del diario El Universal de Ciudad de México.

Lo divulgó el periodista Carlos Loret de Mola que cita fuentes oficiales “involucradas”, no identificadas, a las que tuvo acceso.

Cuando el capo fue capturado, dice el diario La Prensa de San Pedro Sula, su familia se mudó a una residencia en las cercanías del penal del Altiplano, sin embargo, pocos días antes de la fuga, Emma Coronel y sus hijas se mudaron a Sinaloa, dejando atrás al monto Botas.

Tras el escape, la familia completa se reencontró en el refugio del ‘Chapo’, en el Triángulo Dorado, donde, sus hijas le habría pidieron que rescatara a ‘Botas’, por lo que el ‘Chapo’ encargó a sus cercanos la misión de llevarlo al refugio, acorde con las investigaciones de Loret de Mola.

El diario Clarín de Buenos Aires dice que el Chapo tiene más vidas que un gato.  “El diario La Jornada reconstruyó a partir de sus fuentes, las primeras horas del “Chapo” fuera del penal.

Asegura que desde la casa en la que desembocaba el túnel fue trasladado en un vehículo flanqueado por otros dos automóviles hasta un aeródromo privado en San Juan del Río, en el estado central de Querétaro”.

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