“Enseguida llegaría un momento incómodo para él. Una bailarina profesional lo sacó a bailar tango. Y el hombre más poderoso del mundo hizo lo que pudo: poco”.
Así describe el cronista Guido Carelli Lynch de Clarín de Buenos Aires el incómodo pasaje del presidente Obama durante la cena de gala en su visita a la Argentina donde fue invitado por una bailadora profesional de tango a dar unos pasos.
“Poco después de las 20.15, los dos presidentes llegaron juntos con sus respectivas esposas y en medio de exorbitantes medidas de Seguridad. Se ubicaron en la mesa central que compartieron con Marcos Peña, la canciller Susana Malcorra y la consejera de Seguridad Susan Rice.
Macri fue el primer en tomar la palabra para hacer el brindis. Y empezó en inglés. Agradeció la visita y el momento elegido por su par estadounidense y le habló a Michelle. “Yo le digo a mi esposa ´la encantadora´ pero permitáme decirle que están todos encantados con usted” se rindió el presidente y anfitrión!”.