El gobierno de El Salvador adoptó medidas represivas excepcionales contra los máximos líderes de las temidas pandillas maras en un nuevo intento por mermar la ola de inseguridad que, con un promedio de 22 muertes diarias, tiene convertido al país en uno de los sitios más violentos del mundo, informa Prensa Gráfica de San Salvador.
El decreto de medidas extraordinarios fue sancionado ayer de manera “express” por el presidente Salvador Sánchez Cercén, según el sitio elsalvador.com.
El gobierno aisló a los mandos medios y las bases de las pandillas, y dio un paso firme en esa dirección con el traslado de 299 cabecillas a un modulo de aislamiento construido en el penal de Quezaltepeque, además de otras medidas complementarias, destaca el sitio elfaro.net.
Todo esto, en una coyuntura en la que las pandillas han demostrado con su cese de hostilidades de 72 horas –prolongado indefinidamente – que tienen capacidad para desplomar las cifras de homicidios a voluntad, dice elfaro.net.
Un módulo especial del Centro Penal de Quezaltepeque acoge desde este martes 29 de marzo, y en teórico régimen de estricto aislamiento, a 299 cabecillas de la Mara Salvatrucha (MS-13) y de las dos facciones del Barrio 18 (Revolucionarios y Sureños). Con esta medida de fuerza, sumada a un estado de emergencia declarado por 15 días en las siete cárceles con presencia mayoritaria de pandilleros y otras decisiones complementarias, el Gobierno trata de cortar la comunicación entre los líderes encarcelados y las clicas que operan a lo largo y ancho del territorio salvadoreño, dice el El Faro.net.