La filtración del escándalo

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“Todo comenzó hace poco más de un año en una luminosa oficina en lo alto de un edificio de la calle Hultschiner en Múnich, Alemania, donde está la sede del diario Süddeutsche Zeitung. Allí trabajan los periodistas Bastian Obermayer y Frederik Obermaier, quienes recibieron una filtración con millones de documentos confidenciales de Mossack Fonseca, una firma legal poco conocida pero muy poderosa, fundada en Panamá en los años 70, que tiene sucursales en Hong Kong, Miami, Zurich y otros 35 sitios del mundo.

El bufete panameño es una de los mayores creadoras de empresas fachadas y estructuras corporativas que se pueden utilizar para ocultar al verdadero propietario de bienes y fortunas, dice un informe del periodista Ronny Rojas de la cadena Univisión.

Añade: “Los reporteros de Süddeutsche Zeitung no tuvieron contacto personal con la fuente que les ofreció la información. Todas las comunicaciones se hicieron a través de un chat encriptado. Tampoco pagaron por obtener los archivos.

“La filtración contenía miles de correos electrónicos enviados a través de las oficinas de la firma panameña, acompañados de millones de documentos: escrituras legales, certificados bancarios, copias de cheques, pasaportes, declaraciones juradas, tarjetas de identidad, títulos de propiedad, facturas y una infinidad de correspondencia confidencial que revela la maraña legal que usan miles de personas alrededor del mundo para mover u ocultar su dinero y bienes por medio de paraísos fiscales y sociedades de papel”.

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Lea también: The Guardian: una guía sobre la mayor filtración de datos de la historia.

Además: BBC informa que el Bufete Mossack Fonseca de Panamá mantuvo entre sus clientes a 33 individuos o empresas sujetas de sanciones internacionales, entre ellas por el Departamento del Tesoro de EE.UU.