“Según algunos expertos, la adquisición de los nuevos tanques de guerra rusos debe ser para satisfacer la vanidad de Daniel Ortega, pero fundamentalmente para apuntalar la presencia estratégica de Rusia en el país. Sin embargo muchos nicaragüenses se preguntan, con razón: si esos tanques rusos no sirven para las guerras que libra Nicaragua, contra el narcotráfico y los alzados en armas, ¿será que Ortega planea usarlos para reprimir eventuales alzamientos populares cívicos contra la dictadura?”, advierte en un editorial el opositor diario La Prensa de Managua.
Añade: “El temor y la pregunta son justificados. Y aunque quisiera, el orteguismo no los puede prohibir ni impedir”.
El editorial denuncia, además, “el orteguismo prácticamente extendió a los legisladores de la oposición, la prohibición de Daniel Ortega de hablar sobre los tanques rusos. Al diputado opositor Carlos Langrand le cortaron el uso de la palabra, en la sesión plenaria de este martes, porque abordó el tema de los tanques rusos y el presidente orteguista de la Asamblea Nacional decidió que estaba “fuera de agenda”. Ante la insistencia del parlamentario opositor en ejercer su derecho de hablar, le cortaron el sonido a su micrófono para que sus palabras no se pudieran escuchar.
El derecho de hablar es elemental en el ámbito parlamentario, e indispensable en el oficio de diputado, pero en la Asamblea Nacional de Nicaragua ha sido aplastado simbólicamente por los tanques rusos. Aplastamiento que en otros países lo han hecho físicamente, ametrallando a gente que quería libertad y democracia”.