“Es algo bien raro por qué se piensa que un partido de fútbol no es un partido sino que viene con el resultado puesto. Antes de ganar, ya habíamos ganado. Para este exitismo, salir subcampeones de América es un rotundo fracaso”, dice Ricardo Roa, veterano editor del diario Clarín de Buenos Aires, al analizar la frustración que invade a Argentina tras la pérdida de la final de la Copa América Centenario ante Chile y el eventual retiro del astro Messi.
“Se perdió –añade– por la casi lotería de los penales pero no parece importar. Hay decepción generalizada pero concentrada en un rostro: Messi. Todo el mundo está sobre él. Ni su rabia ni sus lágrimas logran preservar cierta intimidad”.
“No puedo. Me voy. Fracasé, dice Messi y estalla el brexit nacional: no, che, que no se nos vaya a ir. Como los ingleses que ahora se agarran la cabeza cuando empiezan a ver que una cosa es hablar de irse de la Comunidad Europea y otra irse”.
“Se va el mejor. Siente que está prohibido aquí no salir campeón siempre. En la Argentina ser bueno es peligroso: el país que no se supera a sí mismo le exige al extraordinario que se supere hasta el infinito”, agrega Roa.