Washington D.C-Tenía poco más de veinte años, estudiaba leyes y decidió dejarlo todo para irse a Honduras, a una pequeña escuela dirigida por jesuitas españoles y estadounidenses que buscaban hacer el mundo un poco mejor. Lo que no sabía aquel joven es que ese viaje le cambiaría la vida. Ni que algo más de 30 años después, estaría a un paso de ser vicepresidente de Estados Unidos, junto a Hillary Clinton, destaca un informe del diario La Prensa de San Pedro, Sula.
Añade: “Cuando Tim Kaine llegó al país centroamericano, en 1980, atravesaba esas dudas existenciales que acucian a temprana edad sobre el futuro y la vida, pero “una pequeña voz interior”, arraigada en sus creencias católicas, le impulsó a tomar un respiro en sus estudios de derecho en Harvard para averiguarlo.
“Traviesos, enérgicos y llenos de sueños” recuerda Kaine a esos adolescentes, de unos 14 años, a los que enseñaba carpintería y otras técnicas manuales en la escuela “El Progreso”, mientras que aquellos jesuitas que “habían elegido servir a los más pobres entre los pobres, lejos de sus hogares” se convirtieron, en sus palabras, en su “modelo a seguir cuando necesitaba una dirección”, reseña La Prensa.
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