Araya: Figueres no me quería en Liberación

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Alcalde y excandidato presidencial asegura que exmandatario y hoy precandidato influenció para que se le aplicara la sanción dictada por el Tribunal de Ética

 San José-El alcalde y excandidato presidencial del PLN, Johnny Araya Monge, afirmó que el expresidente José María Figueres Olsen influyó para que se le aplicara una suspensión que lo inhabilitó de toda actividad partidista por cuatro años, en diciembre de 2014, tras haber desistido de la campaña para la segunda vuelta en comicios en que arrasó Luis Guillermo Solís del PAC.

“Fue muy clara la participación de José María Figueres para que esa sanción se hiciera efectiva. Había 18 diputados, en este momento. Para mí el órgano político más importante que tiene el partido Liberación Nacional es la fracción legislativa, y si la totalidad de sus miembros estaban recomendando que se dejara sin efecto la sanción, que no se aplicara mientras no resolviera la Sala Constitucional, me parecía que eso era absolutamente lógico. Pero bueno, José María Figueres no quería que yo estuviera”, puntualizó Araya durante una entrevista con el periodista Edgar Fonseca, editor del sitio www.PuroPeriodismo.com.

–¿Por qué no quería que usted estuviera?, le pregunté y Araya respondió:

-Habrá que preguntarle a él, pero fue más que evidente que él no quería que yo estuviera en el partido Liberación Nacional”.

Araya tildó la sanción que rige en su contra desde el nueve de diciembre de 2014 como: “absolutamente arbitraria, absolutamente injusta”.

Así lo expuso durante una entrevista que concedió la tarde del martes 26 de julio en una sala adjunta a su despacho en el quinto piso del edificio municipal José Figueres Ferrer al inicio de avenida 10 en Sabana Este.

PuroPeriodismo.com consultó con el periodista José Manuel Peña Namoyure, vocero del expresidente Figueres Olsen, para obtener una reacción del exgobernante al dicho de Araya pero no dieron respuesta.

Una asamblea plenaria del PLN, celebrada el sábado 14 de junio de 2015, dejó en manos de la Sala IV resolver sobre la inconstitucionalidad de la sanción que aplicó el tribunal ético partidista a Araya, decisión ratificada por un tribunal interno de alzada y por el Tribunal Supremo de Elecciones.

En dicha asamblea, Araya pretendía que la sanción quedara congelada mientras resolvía la Sala IV a lo que Figueres se opuso.

Según Araya, las desavenencias entre él y el exmandatario surgieron al cuestionarle a este que pretendiera presidir el partido mientras abrigaba nuevas aspiraciones presidenciales.

También, dijo, se dieron al cuestionarle al expresidente por la polémica del caso de la consultoría de Alcatel.

Absolutamente arbitraria

–¿Guarda o para usted es capítulo cerrado la suspensión que le aplicó el partido?

-Es una suspensión que obviamente nunca debió de haberse dado. Por lo que a mí se me suspendió fue por una decisión política que nada tenía que ver con un tema de carácter ético. En Liberación Nacional muchas faltas éticas han quedado absolutamente impunes. Me parece que se movieron grandes intereses, gente que podía verme como competidor a futuro, etc., y al final, se tomó una decisión absolutamente arbitraria, absolutamente injusta. Inclusive, cuando esa decisión se toma y se hace efectiva, una mayoría de la asamblea plenaria y la totalidad de los diputados de la fracción del partido Liberación Nacional habían firmado una carta pidiéndole al presidente del partido y al comité ejecutivo que no se hiciera efectiva la sanción hasta tanto la Sala Constitucional no resolviera una acción que aún no ha resuelto. Sin embargo, eso pasó por alto al comité ejecutivo y sobre todo para José María Figueres, en su condición de presidente, quien se dedicó a llamar para que se hiciera efectiva la sanción. Me parece que fue muy clara la participación de José María Figueres. Había 18 diputados, en este momento. Para mí el órgano político más importante que tiene el partido Liberación Nacional es la fracción legislativa, y, si la totalidad de sus miembros estaban recomendando no que se dejara sin efecto la sanción, que no se aplicara mientras no resolviera la Sala Constitucional, me parecía que eso era absolutamente lógico, pero bueno, José María Figueres no quería que yo estuviera.

–¿Por qué no quería que usted estuviera?

-Habrá que preguntarle a él, pero fue más que evidente que él no quería que yo estuviera en el partido Liberación Nacional.

–Pero usted como político, con la trayectoria…

-Usted sabe que yo tuve una conversación con él, porque varios diputados, en algún momento, se reunieron con él y conmigo, para tratar de convencerlo de que era importante buscar una salida. Y voy a contar algo, no se lo había contado a nadie, pero él me dice: “Johnny, usted tiene que tener en cuenta que a mucha gente el partido no se le olvida, no te perdona lo que vos hiciste”, y yo le dije: “y usted tiene que tener en cuenta que mucha gente en este país no te perdona”, verdad, y aun así era el presidente del partido. Creo que él no tenía autoridad para emprender una decisión o emprender una iniciativa tan intransigente y excluyente como la que él dirigió en contra mía…”.

Me busco para que lo apoyara…

-“Creo que parte de las desavenencias con él se originaron cuando él me buscó, me parece que en enero de 2015, para pedirme el apoyo de ser presidente del partido y yo le dije que a mí no me parecía. Hacía tan solo dos meses, en una conversación que había tenido con él, me había dicho que él iba a aspirar a la candidatura presidencial, y, dos meses después, me dice que quiere ser presidente del partido, entonces yo le dije que no me parecía conveniente que alguien que ya era evidente que ya estaba aspirando a ser candidato presidencial fuera el presidente partido, que el partido debía buscar un presidente que no tuviera esa aspiración y también que fuera menos polémico. Esa conversación me parece que generó una desavenencia con él, que posteriormente se hizo más que evidente en su actitud hacia mí. Fue absolutamente excluyente, descalificante, a pesar de que muchos sectores del partido, había una carta firmada por una mayoría plenaria pidiendo también que no se hiciera efectiva la sanción hasta que no se resolviera lo de la Sala Cuarta. El día de mañana la Sala Cuarta resuelve a mi favor y el daño ya es irreversible, es irreparable.

– El cuestionamiento suyo hacia él, ¿fue por la polémica del caso Alcatel?

-Como no, como no. Yo creo que eso dejó aquí una estela de dudas y hoy siguen existiendo y me parece que es más que evidente que hay una herida abierta aquí de esa figura, de José María Figueres con el pueblo costarricense, que termina no aceptando los argumentos y las explicaciones que él ha dado en relación a eso.

Lecciones de los escándalos

– Usted toca un tema que creo es importante para cualquier líder político en el país, en tiempos recientes, analizar. Este fue parte de escándalos presidenciales hace exactamente 12 años y, como usted dice, se mantienen vigentes, reverberantes. ¿Qué lecciones cree que recibió la clase política del país después de esos escándalos presidenciales?. ¿Qué lecciones para un político como usted y para la clase política dejaron estos acontecimientos?

-Que el poder no puede ser utilizado para negocios personales. Que no puede ser que el poder sirva para hacer cosas indebidas, irregulares. No soy quien para juzgar a nadie, pero me parece que se dieron aquí acontecimientos que evidentemente han minado la fe de la gente en los políticos en general y eso es complicado porque, al final de cuentas, el nivel de desarrollo de un país tiene muchísimo que ver con la calidad de su clase política y creo que acontecimientos como los que aquí se vivieron, descalificaron a la clase política como un todo y siento que los costarricenses deben aprender a distinguir. No pueden descalificar a todos los políticos por igual, no pueden. Creo que deben saber distinguir cuales políticos están haciendo las cosas correctamente, cuales políticos están haciendo las cosas honestamente, los hay, y también saber distinguir cuales están haciendo las cosas indebidamente, pero no se puede hacer una tabla rasa. La gente debe entender que el país, los países, los dirigen políticos y no podemos descalificar a toda la clase política. A fin de cuentas hay que hacer que surja una clase política comprometida verdaderamente con el país, una clase política honesta, honrada, que definitivamente esté trabajando por el bien y el bienestar de los costarricenses.

– ¿Aprendió la clase política costarricense de esas lecciones?

-Yo espero que así sea. Fueron acontecimientos dramáticos que golpearon la conciencia nacional, que golpearon al país. Inclusive a nivel internacional el nombre de Costa Rica anduvo en la prensa mundial y eso fue un golpe duro. Espero y estoy seguro que muchos políticos independientemente de los partidos han entendido esa lección y debe entenderse: el poder no puede ser manejado para beneficio propio.

– Incluso usted fue expuesto en uno de esos casos, en aquel momento, el caso EBI, finalmente terminó sin pruebas, contundentes, en contra suya a nivel judicial. ¿Cómo recuerda en perspectiva, en frío, dentro de lo que hemos estado conversando, ese caso particular de su vivencia política?

-Con mucho dolor porque es doloroso cuando usted no es responsable de ningún hecho irregular, que lo exhiban en la prensa en la manera que a mí me exhibieron en aquel entonces. Tengo 22 años de haber estado aquí en la alcaldía. No sé cuántas veces han querido involucrarme, acusarme enemigos políticos. Sobre todo, cuando vienen periodos electorales, es muy frecuente ver denuncias que se presentan, pero nunca ninguna denuncia en contra mía ha prosperado. Nunca ningún acto que tenga que ver con temas de corrupción ha sido elevado a juicio. Todos los casos han sido debidamente aclarados, y no ha habido ninguna cosa de la que yo me tenga que avergonzar por mi paso en la función pública. Tengo la conciencia muy tranquila, y me parece que no es casual que después de todo el tiempo que he estado en la función pública volviera a lograr el respaldo y la confianza que obtuve en el último proceso electoral.

–Usted dijo en algún momento que hay mucha perversión en la política. ¿Por qué de esa frase tan fuerte?

-Pues sí, me parece que hay gente que pierde de vista que la política, al fin y al cabo, es para buscar el bien de un país, para buscar el bien de un cantón, de una provincia, de un barrio, dependiendo del nivel de protagonismo que se tenga en la política. Pero aquí hay gente que la ha convertido en un negocio. Hay gente que no le importa jugar con las honras ajenas, hacerle daño a una persona, hacerle daño a una familia. Por eso digo que hay mucha perversión. He sido víctima de cosas horribles en la política. Sin embargo, aquí estoy, gracias a los josefinos que creyeron en Johnny Araya. Gracias a mucha gente que respeta mi trayectoria y voy a dar lo mejor estos años. Tengo toda la energía del mundo. Voy a dar lo mejor por San José, por lo que yo pueda hacer desde esta posición por Costa Rica. Así que, a pesar de los golpes que uno pueda haber recibido en política, soy un optimista, soy definitivamente optimista. Me considero un hombre feliz en mi vida, agradecido con Dios. Me ha dado cosas muy buenas, mi familia, la oportunidad de servir, de desempeñarme en cargos en los que me gusta hacer lo que hago. Así es mi espíritu, mi ánimo, de alegría, de optimismo, de felicidad, de tranquilidad de conciencia”.

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