La indispensable ayuda de EE.UU

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President Barack Obama drops by Vice President Joe Biden's meeting with President Luis Guillermo Solis Rivera of Costa Rica in the Roosevelt Room of the White House, Aug. 22, 2016. U.S. participants include: Heather Higginbottom, Deputy Secretary of State for Management and Resources; Stafford Fitzgerald Haney, U.S. Ambassador to Costa Rica; Amos Hochstein, Special Envoy and Coordinator for International Energy Affairs; Mari Aponte, Acting Assistant Secretary of State, Bureau of Western Hemisphere Affairs; Amy Pope, Deputy Homeland Security Advisor; Dr. Ely Ratner, Deputy National Security Advisor to the Vice President; Mark Feierstein, Senior Director for Western Hemisphere Affairs; and Dan Erikson, Special Advisor to the Vice President for the Western Hemisphere. Costa Rican participants include: Manuel Antonio Gonzalez Sanz, Minister of Foreign Relations and Culture; Sergio Ivan Alfaro Salas, Minister of the Presidency; Roman Federico Macaya Hayes, Ambassador of Costa Rica to the U.S.; Mariano Figueres Olsen, Director of the Intelligence Office of Costa Rica; Veronica de Jesus Fernandez Alvarez, Personal Assistant to the President; Alejandra Solano Cabalceta, Deputy Chief of Mission; Paula Porras Pastran, Minister Counselor; and Beatriz Eugenia Serrano Perez, Minister Counselor. (Official White House Photo by Pete Souza)

Edgar Fonseca M., editor www.PuroPeriodismo.com *

San José-El súbito gesto del presidente Obama de compartir con el presidente Solís  en la Casa Blanca, en una cita solo programada con el vicepresidente Joseph Biden, y el anuncio de un histórico paquete de ayuda en seguridad a Costa Rica tienen un profundo sentido de auxilio al país ante la epidemia del crimen organizado, de la transnacionales del narco y de la corrupción que hoy le asedian. De paso, conllevan, indeleble, un profundo simbolismo en estos tiempos del matonismo de  Ortega al otro lado de Peñas Blancas.

“Hoy tuvimos una reunión fructífera sobre el fortalecimiento de nuestras sólidas relaciones bilaterales”, clamó en su cuenta Twitter el embajador estadounidense en San José, Stafford Fitzgerald Haney, apenas concluido el encuentro. Eran la 1:47 p.m del pasado lunes 22 de agosto.

Y, al día siguiente, emocionado, calificó como “¡Un encuentro histórico!”, la cita entre ambas delegaciones en el vetusto salón Roosevelt.

De la parte norteamericana asistieron Obama, el vicepresidente Biden, el embajador Haney, Heather Higginbottom, Secretaria Adjunta de Estado de Gestión y Recursos, Amos Hochstein, Enviado Especial y Coordinador de Asuntos Internacionales de la energía, Mari Aponte, Secretaria Adjunta de Estado, Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, Amy Papa, Consejera Adjunta de Seguridad Nacional, Ely Ratner, asesor adjunto de Seguridad Nacional del vicepresidente; Marcos Feierstein, Director Principal para Asuntos del Hemisferio Occidental y Dan Erikson, asesor especial del vicepresidente para el Hemisferio Occidental.

De la parte tica participaron el presidente Solís, el Canciller Manuel A. González,  Román Macaya, embajador en Washington, Sergio Alfaro, Ministro de la Presidencia,  y Mariano Figueres, director de la DIS.  Intercambiaron sobre el país y la región. El peligroso rearme militarista de Ortega, llenando de tanques y de gorilas las vecindades de Peñas Blancas, no estuvo ausente.

“Los temas que abordamos en la reunión con el Presidente Obama y el Vicepresidente Biden incrementan como nunca antes la cooperación bilateral en materia de lucha contra el crimen organizado”, destacó el Presidente Solís tras el encuentro.

Dos aviones de carga C-145, a un valor estimado en $25 millones, dos embarcaciones para vigilancia marítima, por un valor de unos $30 millones, equipo para fortalecer la vigilancia aérea en operativos antinarcóticos, embarcaciones interceptoras, barcos fluviales, intercambio de inteligencia para el patrullaje marítimo conjunto, nuestro primer gran muro de contención ante el embate de las mafias narcos, una estación de guardacostas en Golfillo, sitio clave desde el sur, y la construcción de un puesto vital en esa lucha en el kilómetro 35 de la frontera con Panamá, forman parte del paquete de asistencia.

¡Bienvenida la ayuda de EE.UU.!

Bienvenida esa solidaridad de nuestro primer socio comercial y de nuestro primer socio en la defensa de los mejores valores democráticos.

Y bienvenida la disposición del presidente Solís a aceptarla. Una necesaria dosis de sentido común de su parte en el desierto de credibilidad pública por el que atraviesa; solo uno de cada 10 ticos cree en su gestión, desnuda la más reciente encuesta de CID-Gallup.

El país necesita, hoy más que nunca, que se multiplique la asistencia estadounidense en seguridad. Que nos blinden los gringos ante las mafias internacionales del crimen organizado y del narcotráfico, que nos tienen asaltado al país, como su base de almacenamiento y de tráfico de toneladas de drogas hacia Norteamérica.

Sin ejército, Costa Rica es la nación más vulnerable de la región ante el acecho de las multinacionales del crimen organizado, llámese  Cartel de Sinaloa o Cartel de los Soles de Diosdado y sus generales. Tan corruptos, tan mafiosos y tan perniciosos son unos como los otros.

Por eso es significativa la ayuda que la administración Obama dispuso, en un acuerdo “sin precedentes”, como admite la Casa Presidencial.

No son tiempos de guerra en la región. No son aquellos años ochenta en que fuimos el traspatio militar de las operaciones estadounidenses, rusas y cubanas en el istmo.

Son otras las amenazas: las operaciones de los carteles narcos, son los mayores desafíos a nuestra estabilidad institucional. La ilegal inmigración transcontinental, las multinacionales terroristas, el reflujo de las pandillas “maras” del Triángulo del Norte centroamericano, y una desbordada corrupción que tiene a punto de colapso a Guatemala, a Honduras o al Brasil del corrupto PT, son parte de retos mayúsculos en seguridad y en las relaciones hemisféricas.

La tarea de coordinación de inteligencia de la seguridad local con las entidades norteamericanas y sus sofisticadas bases y recursos tecnológicos, es titánica pero esencial para enfrentar esta epidemia.

Por eso es tan oportuna y valiosa la asistencia estadounidense.

De paso, le envía un sentido recado de advertencia a Ortega y sus matarifes…

*Master of Journalism, University of Missouri-Columbia