La última letra de la vida de Juan Gabriel dice así: “Alberto Aguilera Valadez, el día de hoy completó su tiempo y se graduó de la vida. Ha pasado a formar parte de la eternidad y nos ha dejado su legado a través de Juan Gabriel, personaje por él creado para toda la música que ha sido cantada e interpretada a lo largo y ancho de este mundo. Juan Gabriel no ha muerto porque como Alberto decía mientras exista alguien que cante mis canciones, Juan Gabriel vivirá”.
Con este comunicado –cuenta una crónica de El Mundo de Madrid— se anunciaba al mundo la muerte de un artista que hizo uno de esos viajes vitales destinados a ser guiones de cine más que realidad: nacer en un entorno humilde en el estado de Michoacán; crecer, triunfar y sobrevivir en la fronteriza Ciudad Juárez y fallecer en Santa Mónica, California, convertido en estrella.