Raúl Reyes, entonces número 2 de las guerrillas FARC de Colombia, lanzó una frase bomba en 2007 que inquietó al más alto nivel del gobierno de Costa Rica.

En su agenda personal, hallada tras bombardeos a un campamento en la frontera de Colombia con Ecuador en que dicho líder guerrillero murió en el primero de marzo de 2008, Reyes escribió el 23 de octubre de 2007 que el trabajo de las Farc en Costa Rica “avanza por buen camino pese al gobierno de derecha” y ubicó al país como el lugar donde se realizarían actividades de importancia para la guerrilla en el marco de la Coordinadora Continental Bolivariana”.

Así lo detalló un amplio informe del desaparecido diario Al Día de San José sobre la penetración paulatina, progresiva e intensa de agentes, combatientes y figuras clave de las FARC en Costa Rica, acciones que se remontaron a la administración Figueres Olsen (1990-1994) cuando se les abrieron las puertas para sus operaciones, primero públicas luego secretas.

La presencia de las FARC en territorio costarricense se asentó con esporádicos incidentes de autoridades con algunos de sus miembros, hasta llegarse a decomisar los $480 mil que tenía la organización en una casa de seguridad en San Bárbara de Heredia, como fondos destinados a un plan de propaganda regional del grupo.

En febrero de 2016 trascendió uno de los más recientes y sonados capítulos de la conexión San José cuando el Fiscal General de Colombia y el Fiscal General en San José  confirmaron que familiares de Jorge Torres Victoria alias Pablo Catatumbo, uno de los negociadores clave de las FARC en La Habana,  poseían propiedades de lujo en Costa Rica valoradas en al menos $30 millones.

Celso Gamboa, entonces Fiscal adjunto y hoy Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, confirmó las sospechas de que las FARC y grupos narcos hubiesen movido dinero de sus operaciones a territorio tico.

Hasta hoy se desconocen los resultados de las investigaciones pero desde la frase de Raúl Reyes, el decomiso los $480 mil y la supuesta millonaria inversión de familiares de uno de los comandantes de las FARC en suelo tico, dan idea de la magnitud de sus operaciones que no surgieron de la noche a la mañana.

En diciembre de 1998, Raúl Reyes mantuvo conversaciones secretas en San José con Philip T. Chicota, entonces director del Departamento de Estado para Asuntos Andinos, según documento desclasificado por el Archivo de Seguridad Nacional de George Washington University.

Las FARC y el Gobierno de Colombia firmaron un acuerdo de paz el lunes tras 52 años de guerra.

La influyente congresista republicana Ileana Rosh-Lethinen denunció  el acuerdo y exige que EE.UU. mantenga a las  FARC en la lista de organizaciones terroristas extranjeras.

“Acuerdo de Colombia perdona crímenes graves por miembros d las FARC y permite que se postulen al gobierno·, denunció la congresista Rosh-Lethinen en su cuenta Twitter de previo a la firma del acuerdo.

México le cerró la puerta

Las actividades de las Farc en Costa Rica se iniciaron cuando el gobierno del expresidente José María Figueres Olsen (1994-1998) les abrió las puertas, y pasaron del ámbito público al secreto, luego de que en noviembre del 2001 el gobierno de turno rechazó que abrieran una oficina política, narra un informe especial del desaparecido diario Al Día de San José.

Al Día detalló que la apertura política de Costa Rica hacia figuras claves de las FARC se dio poco después de que sus representantes fueran expulsados de México por el presidente Vicente Fox.

“Un informe del exministro de Seguridad Fernando Berrocal, en manos de los diputados, evidencia que costarricenses ayudaron en su momento, de una u otra forma, a los líderes guerrilleros en sus misiones aquí”, citó Al Día.

“La apertura política en Costa Rica la iniciaron en 1996 los guerrilleros Luis Alberto Albán Urbano, alias “Marcos León Calarcá”, pieza clave en México, y Liliana López Palacio, alias “Olga Marín”, hija del fundador de las Farc, Manuel Marulanda”, añadió el diario.

“En junio de ese año –agregó el medio– hubo dos reuniones en San José, por invitación del gobierno tico, en las que participaron “Raúl Reyes”, Olga Marín, el guerrillero Ovidio Salinas Pérez, alias “Juan Antonio”, y el costarricense Guido Sibaja como “delegado especial del presidente de Costa Rica”.

“Aprovechando la fachada de esa negociación de paz con el gobierno colombiano, las Farc establecieron un escritorio en Costa Rica para fortalecerse política y militarmente, declaró en aquel momento a Al Día el entonces director de la Policía Nacional de Colombia, Óscar Naranjo”.

El informe periodístico detalló además que: evidencias halladas en el campamento del guerrillero “Raúl Reyes”, entonces número 2 de las FARC, muerto en Ecuador el 1.º de marzo anterior, ratificaron que las actividades de las Farc en Costa Rica seguían vigentes.

“Raúl Reyes” escribió en su agenda personal, el 23 de octubre del 2007, que el trabajo de las Farc en Costa Rica “avanza por buen camino pese al gobierno de derecha” y ubicó al país como el lugar donde se realizarían actividades de importancia para la guerrilla en el marco de la Coordinadora Continental Bolivariana”, reveló el diario.

Rodrigo Arias, entonces ministro de la Presidencia, –según Al Día– se mostró preocupado por la anotación de “Raúl Reyes”.

“Es muy seria; somos conscientes de que las Farc comenzaron en este país en la década de los 90, con actividades políticas, instancias de diálogos de paz, y posterior al 2000 se da esta mezcla de farc y narcotráfico. La presencia de esta casa en Santa Bárbara de Heredia es una evidencia que han querido incursionar”, dijo Arias.

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1 COMENTARIO

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