Costa Rica puso a operar la mayor represa hidroeléctrica de Centroamérica, a un costo de $1400 millones/ La obra es un desafío al severo deterioro de la infraestructura del país
Edgar Fonseca M., especial para revista Forbes-Centroamérica
El Coco, Siquirres-“Hay un antes y un después de Reventazón. Todos los proyectos que ha hecho el ICE, pequeños, medianos o grandes han tenido sus particularidades y sus complejidades. Sin embargo, con Reventazón, da un paso a lo que llamamos “mega proyectos”, a nivel de magnitud, complejidad, logística, retos, de toma de decisiones. Cuando se suman todas esas cosas hacen que este sea diferente y que hayamos entrado a las “grandes ligas” a nivel internacional, y que nos podamos codear con obras tan grandes e importantes como “La Yesca ” y “El Cajón” (ambas en México)”.
Cae la tarde en la sede del campamento principal del megaproyecto hidroeléctrico Reventazón, que el estatal Instituto Costarricense de Electricidad levantó, con un costo de $1400 millones en seis años, entre los distritos La Florida y Siquirres, Limón, Costa Rica, unos 100 kilómetros al este de la capital.
La obra entró en plena operación el viernes 16 de setiembre, según las previsiones oficiales.
Un sol radiante se abre paso tras varias horas de mostrarse encapotado el cielo, con amenazas de lluvias, muy propias de la zona Atlántica y el ingeniero Luis Roberto Rodríguez Arroyo de 53 años, graduado en la Universidad de Costa Rica, con posgrado en España, director responsable de la mayor obra de infraestructura hidroeléctrica construida en la historia del país, la mayor de Centroamérica y segunda detrás del Canal de Panamá, según destaca, habla pausado, fluido pero convencido de las características e implicaciones de los trabajos para el país y la región.
Un tono que le hace reconocer que la obra que dirigió a lo largo de los últimos seis años, es un logro y, a la vez, un reto para Costa Rica.
Un logro porque, a pesar de su complejidad, la llevaron, en tiempo, a su fase de operación, y un reto para un país donde el estado de la infraestructura pública vive momentos críticos.
El más reciente reporte del Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial ubica a Costa Rica en el puesto 71 entre 140 naciones por la condición de su infraestructura, en general, distante del puesto 40 en que se ubica la vecina Panamá y por debajo de México, El Salvador, Trinidad y Tobago, Ecuador, Chile y Uruguay en la región.
En infraestructura eléctrica y de telefonía, el país aparece en el puesto 46 en el mismo índice, solo superado por Uruguay y Trinidad y Tobago.
“Sí, es un logro y es un reto. Es un logro pero se superaron muchos retos, desde el punto de vista financiero, constructivo, logístico, ambiental. Es un megaproyecto de retos”, dijo Rodríguez, con 26 años de trayectoria en la institución estatal.
Desde el primer momento en que lo asumieron, en sus mentes siempre estuvo el positivismo del “sí se puede”, insistió al atender a los enviados de Forbes-Centroamérica, con quienes hizo un recorrido por los predios de la obra.
Tuvieron la convicción de que la iban a completar a pesar de los desafíos que enfrentaron desde eventos climatológicos como, cuando el 28 junio de 2012, avalanchas del Reventazón dañaron parte de la construcción pero no retrocedieron. En dos días llovió lo correspondiente a un mes. También enfrentaron retos comunales, sociales, ambientales, constructivos, de suministros, pero siempre imperó la mira en el 2016.
Reventazón iluminará a Centroamérica, dice revista Forbes
Pero por ese logro mayúsculo que representa dicha obra, Rodríguez reconoció y, a la vez, lamentó, el rezago que sufre el país en infraestructura, como lo registra el Índice Global de Competitividad.
En Costa Rica –admitió– cuesta mucho tomar decisiones y si no se toman “perdemos todos”. Esa incapacidad de decisiones, intromisión política, intereses particulares intrínsecos, “tristemente ha hecho que estemos en ese lugar y los costarricenses no nos lo merecemos”, puntualiza el funcionario vestido de camisa de azul profundo, manga larga, pantalones Levi´s de mezclilla azul, zapatos café casuales y unas gafas, tras las que se esconden unos ojos vivaces.
El Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos, el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales, la Unión de Cámara de la Empresa Privada, la Cámara Costarricense de la Construcción, la Cámara de Constructores en Arquitectura e Ingeniería y la Asociación de Carreteras y Caminos de Costa Rica denunciaron en noviembre 2015 el rezago acumulado por décadas en la infraestructura del país.
Dicho grupo analizó un total de 29 proyectos y advirtió que 12 de ellos no cuentan con el detalle del estado ni en qué parte del proceso de ejecución se encuentran. Otros 12 tienen rezagos promedio que oscilan entre un año y 5.5 años, y únicamente cinco se encuentran en ejecución y dentro del plazo establecido, informó el semanario El Financiero de San José.
Ya en operación
La nueva hidroeléctrica tiene una capacidad de generación de 305,5 MW para abastecer a unos 525 mil hogares. La construcción, que arrancó en abril 2010, puso en operación en meses recientes sus primeras unidades.
En marzo inició operación comercial la primera unidad. En abril la segunda unidad, a finales de mayo entró la tercera unidad. En junio iniciaron la operación de una central de compensación ecológica, de 13 megavatios, en la base de la nueva represa.
Una de las unidades, que debió de haber entrado de primera, “por un tema técnico, de responsabilidad de la empresa contratista”, requirió ajustes para rehabilitarla, y se espera que, para el segundo semestre de este año, esté operando comercialmente, dijo el ingeniero Rodríguez.
El diario La Nación detalló en su edición del jueves 15 de setiembre que, por el daño en varios componentes de una de las cuatro turbinas de la planta, esta funciona desde hace siete meses “a un nivel inferior a su capacidad instalada”.
“El incidente ocurrió el 16 de febrero en una prueba de resistencia con agua donde los equipos se aceleran a una velocidad superior a la regular durante la transmisión de la fuerza generada por la caída del agua”, agregó el diario. El fallo fue admitido por el fabricante, Andritz Hydro, que asumió todos los costos, dice el diario.
“Todas las unidades trabajan perfectamente”, dijo a dicho medio el ingeniero Rodríguez horas antes de la inauguración.
La represa fue construida en la cuenca del río Reventazón que, con 145 kilómetros de longitud, es el segundo río en extensión del país, de enorme incidencia “en actividades agrícolas, industriales, urbanas, hidroeléctricas y ecoturísticas. Su cuenca genera el 25% del agua potable que se consume en el Gran Área Metropolitana del país, el 40% del cemento y el 85% de las hortalizas”, cita Wikipedia.
Y genera el 38% de la electricidad que se utiliza en Costa Rica. Otra dos importantes represas hidroeléctricas del ICE se abastecen también de dicho cauce: Cachí, de 108 MW, y La Angostura, de 177 MW, la segunda de mayor capacidad del país, según Wikipedia.
12 veces el estadio
La megarepresa tiene 130 metros de altura. Supera a tres conocidos edificios en la capital costarricense: el del Banco Nacional de 82 metros, el del propio ICE, Sabana norte, de 56 metros y el de la Contraloría General de la República, Sabana sur, de 54 metros.
Su base alcanza 8.4 hectáreas, una extensión de 12 veces el área de la cancha del nuevo Estadio Nacional en La Sabana, San José.
Su “cresta”, la que une ambas márgenes del caudaloso río, es de 535 metros, mientras que la del congestionado puente, sobre el río Virilla en la autopista general Cañas, al oeste de la capital es de 287 metros.
Los trabajos, que en su momento de mayor intensidad requirieron unos cinco mil obreros, implicaron excavaciones y remoción de terrenos por unos 23 millones de m³ para llegar a los niveles de fundación.
No solo implicó un enorme reto por la excavación y remoción de materiales sino por su reubicación en otros sitios. Las escombreras o depósitos de esos materiales ya están reforestados.
También implicó la colocación de 760 mil m³ de concreto, como si se hubiese hecho una carretera a cuatro carriles de 194 kilómetros de distancia entre la norteña ciudad de Liberia, Guanacaste, y el aeropuerto internacional Santamaría, en Alajuela, al norte de la capital.
En obra subterránea, el proyecto contempló la excavación de túneles, entre otros de desvío, de conducción de descarga de fondo y una red de galerías así como el túnel de una central ecológica, para una extensión de 8.4 kilómetros.
Para su apoyo logístico, requirió la construcción de 40 kilómetros de caminos. E implicó la adquisición de 1.900 hectáreas asociadas a 1.323 propiedades.
Reventazón se integra a obras de infraestructura clave para el país en su sector de electricidad, aunque está pendiente, por permisos ambientales, el llamado proyecto El Diquís, en Buenos Aires, Puntarenas, al sur del país, que se considera sería la mayor represa por construir en el istmo. El proyecto tendría un costo aproximado de $2.100 millones.
Dicha represa alcanzaría una capacidad de generación de 646.1 MW, para abastecer a 1.050.000 de clientes anuales.
La entrada de la nueva central generó sacar de operación en junio la denominada planta térmica Moín-I en la provincia de Limón.
Con la salida de dicha planta quedaron operando otras siete plantas térmicas en el país. En 2013 cesó operaciones la planta Colima en la capital.
Entre 2014 y 2015, según datos oficiales, el sistema eléctrico de Costa Rica observó una rebaja de 89,6% en la generación eléctrica a base de combustibles fósiles, lo cual incidió en que la matriz de producción alcanzara 99% a partir de las denominadas “fuentes limpias”, con 75,2% de generación hidroeléctrica,12,8% geotérmica y 10% eólica. En ese periodo, el país acumuló 299 días de generación 100% renovable, según los registros oficiales. Al seis de setiembre, según esos registros, el país acumulaba 150 días de energía originada 100% de fuentes renovables.
¿Y el sector privado?
Cíteme tres preocupaciones que enfrentaron durante el desarrollo de esta obra, le pregunto al ingeniero Rodríguez. La seguridad del personal, la interrelación con las comunidades y el entorno, y alcanzar las metas en el tiempo establecido, fueron en su orden, tales preocupaciones. La variable de la vida de cada uno de los trabajadores tuvo un saldo de dos accidentes fatales a lo largo de los seis años del proyecto. La interconexión con las comunidades circundantes, no quedó de lado, “porque no nos encapsulamos en la zona sino que tenemos una interacción constante con las comunidades”. Y el compromiso de cumplir a tiempo, siempre estuvo en la mira constructiva.
Se comprometieron en tiempo y costo. Y, de por medio, se desarrolló la adquisición de propiedades, la parte financiera, la parte logística. “Cuando nos delegan a nosotros esa responsabilidad va con todo. Asumir todo eso junto con el equipo de trabajo y entonces al final todo se transforma en un porcentaje de avance, el 40%, el 80%, el 99%. Todo se refleja en un costo equis, pero empezar de cero y poder llegar a ese 99%, a ese 100% es sumamente estresante, agotador, pero aun cuando es una preocupación, también se tiene la satisfacción de verlo ya ejecutado”, sostuvo Rodríguez, quien, entre otros proyectos, ha participado de obras clave del desarrollo eléctrico del país como Toro, Angostura, Miravalles (geotérmico), Cariblanco y Pirris.
Los logros constructivos en la nueva represa contrastan en un país donde el atasco en la infraestructura pública adquiere tonos de emergencia nacional. Un país donde los embotellamientos vehiculares están a la orden del día por un obsoleto sistema vial. Un país donde se pierde la apertura de hasta tres mil empleos del área de servicios en el rico cantón de Belén, al oeste de la capital y sede entre otras firmas de la multinacional Intel, debido a que las empresas cuestionan el congestionamiento vehicular, según denunció el diario La Nación. En dicho sector, un recorrido de cuatro kilómetros de salida a la autopista Cañas, la principal de acceso a la capital, que puede tomar solo 10 minutos, se convierte en un atasco diario de 50 minutos.
Y en un país donde una maraña de trámites públicos se cuela, como uno de los cinco mayores factores de desventaja competitiva del país, conforme el Índice Global. ¿Qué mensaje se envía al concluir a tiempo una obra de esta envergadura?
“Reventazón es un ejemplo para el país, para Centroamérica y para el mundo de que se pueden ejecutar las obras con honestidad, capacidad, trabajo en equipo y de la mano con la empresa privada. Independientemente que este proyecto se haya conceptualizado, diseñado y construido por costarricenses, no significa que nos aislamos del mundo privado”, lanzó Rodríguez sin prejuicios ni temores a las alianzas público-privadas en proyectos de esta naturaleza.
“Hemos demostrado y ahí están los números, que prácticamente $600 millones fueron el insumo que, a través de procesos licitatorios y de la ley de Contratación Administrativa, adjudicamos a la empresa privada en suministro de materiales, equipos, pero administrados por nosotros, bajo las reglas del juego de ICE, bajo nuestra supervisión y con personal calificado que supervisaba todos esos procesos, todos esos suministros. ¿Para qué? Para garantizarnos cumplir la gran meta, que es darle al país electricidad en el veranos del 2016, y que cumplimos”, remató.
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El costo final
El ingeniero Luis Roberto Rodríguez, director del proyecto hidroeléctrico Reventazón, estimó la inversión constructiva de la obra en $1.216 millones, según informe de la agencia EFE del 12 de junio.
Cuando fue entrevistado por el enviado de Forbes, rechazó que hubiese alcanzado un monto cercano a $1400 millones.
-“Ese dato no es lo que se presupuestó”, dijo. “Cuando el ICE entra en una etapa de planificación, cuando se manejaban esos números, conllevaban a un esquema de proyecto totalmente diferente al que es hoy. Se puede visualizar que el ICE presupuestó eso, pero jamás un proyecto de esta envergadura iba a valer eso. El dato correcto es el que firman los entes financieros en el año 2011 con el ICE, los diferentes contratos, de arrendamiento, de construcción, de fidecomiso y es ahí donde se plasma el monto del proyecto. ¿Por qué? Porque hay organismos internacionales, consultores, especialistas, que vinieron a revisar los datos y los datos del ICE en ese momento del 2011, pues obviamente eran 1200 (millones)… Nuestra proyección es de que va a salir más barata con respecto a lo que dijimos en el 2011 con los entes financieros”.
-¿El impacto en la rentabilidad del proyecto es manejable?
-“En el ICE hay un grupo de compañeros que hacen precisamente esos cálculos financieros. La rentabilidad del proyecto, y el proyecto dio con el costo como tal. Tan es así que los entes financieros, no es solo dar la plata, sino cómo el ICE va a poder pagar la deuda, y los cálculos dieron positivamente. Cuando comparamos cosas, es importante saber lo que estamos comparando. Jamás vamos a comparar un proyecto de esta magnitud en etapa de prefactibilidad… y no un dato para un fin y para un momento muy específico, en el que se podía potenciar o viabilizar un proyecto, pero con información nula, es decir, solo con la hoja cartográfica, y algunos otros datos de la cuenca. No se puede comparar eso de los años noventa, con nula información, con lo que se hizo muchos años después y es lo que costó. Desde el punto de vista constructivo, vamos a salir más baratos”.
¿Está garantizada la salud financiera?
-“Sí señor. Con contundencia. No lo digo yo. Repito lo que dicen los especialistas en esa materia sobre los datos que han hecho y que nos han transmitido. Nosotros somos ejecutores, constructores, se nos delega la responsabilidad de venir a construir. Si bien es cierto la institución como un todo es la que planifica, la que diseña y la que construye, también hay áreas dentro del ICE que se encargan de hacer esos cálculos de rentabilidad, variables económicas. Otros compañeros se encargan de buscar el financiamiento del proyecto, y ya cuando se da el banderazo de salida es a nosotros que se nos llama para venir a ejecutar la obra en el menor tiempo posible y al menor costo posible. Y si hay algo que también lo asumimos como un reto, y que, gracias a Dios, sentimos que lo vamos a cumplir es que con respecto a los pocos más de $1.200 millones que se firmaron con los bancos, vamos en este momento con una proyección menor”.
El ICE confirmó el monto de la obra en $1400 millones en un suplemento comercial que circuló en el diario La Nación el domingo 25 de setiembre.
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Que los políticos respeten…
Cae la tarde en el campamento principal del megaproyecto Reventazón y le pregunto al director de la obra si tiene un mensaje para los políticos de Costa Rica. Responde:
-“El mundo político no es el mío, soy un técnico. Sin embargo, como costarricense visualizo que con cosas como las que hemos hecho acá y que hemos demostrado, la fórmula es poder confiar, tomar decisiones, trabajar en equipo, no “apuñalearnos”; anteponer los intereses de este país a los intereses políticos. No se trata de que un partido equis es el que debe llevarse los aplausos por haber visualizado algo, por haberlo concretado. Es anteponer el interés nacional y no ser egoísta, y poder plasmar en un documento cuáles son las necesidades a corto, mediano y largo plazo que tiene este país, independientemente de quién llegue al poder, y quién esté en la Asamblea, y quiénes van a ser los tomadores de decisión. Que se respete ese plan. Lo correlaciono con el ICE. Ha sido exitoso, pero una de las bases para ello es que, independientemente de quien ha llegado como presidente ejecutivo, ha respetado el plan de expansión de la generación eléctrica, un plan elaborado por técnicos y profesionales, y cuando llega el presidente ejecutivo “equis, se respeta, porque ese plan lo que refleja es lo que ocupa Costa Rica, no lo que ocupa el ICE. Entonces si un grupo de técnicos, de profesionales visualizó, en un plan de expansión, que Reventazón tenía que estar en tal momento, que Diquís tenía que estar en tal momento, que Cachí tenía que estar en tal momento, se trata de respetar eso. Que no haya una intromisión política en las decisiones técnicas para que el país sea exitoso”.
¿No se vale la inacción que sufre el país hoy?
-No se vale. No nos lo merecemos.
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El gigante del Reventazón
Ubicación: Río Reventazón, Siquirres, Costa Rica
Capacidad de generación: 305,5, MW
Población por servir: 525 mil hogares
Costo: $1.400 millones, financiamiento local e internacional
Altura: 130 metros, superior a la de los edificios del Banco Nacional, el ICE y la Contraloría en San José, respectivamente
Base: 8.4 hectáreas, 12 veces el tamaño del Estadio Nacional en San José
“Cresta”: 535 metros vs 287 mts de la del congestionado puente del Virilla al noroeste la capital
Concreto: 760 mil m³ colocados
Tiempo de construcción: abril 2010-2016
Fuente: Ing. Luis R. Rodríguez, director del Proyecto Hidroeléctrico Reventazón, ICE, Costa Rica.
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Rescataron 284 mil animales
El ingeniero Allan Retana, responsable de las tareas de protección ambiental en el desarrollo de la obra, destacó que, a lo largo del tiempo de construcción, establecieron unas 140 medidas de control. Además requirieron de 170 permisos institucionales para avanzar con el proyecto.
Se dio el rescate de flora y fauna y de piezas de valor arqueológico, esto último con el estudio de unas mil hectáreas para mitigar el daño al patrimonio.
En el lapso de construcción, rescataron 284 mil animales, lo que da una idea de la atención que debieron de prestar.
Y, también, atendieron el impacto socioeconómico del proyecto en los cinco mil pobladores de 14 comunidades circundantes. Capacitaron a trabajadores para que, una vez finalizada la obra, puedan salir con un título bajo su brazo que los acredite para poder hacer emprendimientos propios o colocarse en alguna empresa en algún desarrollo regional, no solo con el título como soldador calificado, electricista o mecánico, sino también con el cumulo de 5,6,7 años de experiencia en este tipo de proyecto. Capacitaron a más de 1000 personas en este ámbito, dijo Retana.