El dictador se reelige

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Daniel Ortega se alzó el domingo con un tercer mandato consecutivo de gobierno en Nicaragua en unas elecciones calificadas por la oposición como una “farsa” y marcadas por un gran ausentismo en las urnas que –según fuentes independientes–alcanzó 70%.

La jornada electoral fue ensombrecida por choques armados en la región de Nueva Segovia, norte del país, que dejaron al menos tres muertos y cercada militarmente la zona.

“Estrepitosos fracaso del circo electoral” titula este lunes su sitio web el diario La Prensa de Managua que llama a Ortega presidente inconstitucional y detalla el marcado ausentismo de ciudadanos de las urnas con escuelas y colegios y juntas receptoras vacías a lo largo del día.

“De entrada se sabía que Daniel Ortega no tenía rival en las votaciones que concluyeron este domingo. La lucha del presidente inconstitucional y candidato fue contra la abstención, que resultó ganadora, según la oposición, organizaciones civiles y lo que la ciudadanía pudo verificar a simple vista”, destaca La Prensa.

El Consejo Supremo Electoral, controlado por el gobierno, sostiene, por el contrario, que la participación de votantes fue del 65% y que Ortega obtuvo el 72% de los votos empadronados.

“Acomodan primer informe para fijar tendencia electoral”, denunció el sitio Trinchera.com al referirse a los primeros datos dados, al filo de la medianoche, por el presidente del Consejo Electoral, Roberto Rivas que daban por ganador a Ortega.

 

El diario La Prensa divulgó imágenes de centros de votación vacíos a lo largo del día. Una de ellas en el colegio Sangrado Corazón de Jesús en el barrio Laborío, León.

El constitucionalista Gabriel Álvarez dijo al diario que Ortega fracasó en estas elecciones en dar  un último zarpazo a la democracia.

“Ortega y su esposa pretendieron dar el último zarpazo a la democracia, no lo lograron, fue un operativo fallido. No lograron ni ante la comunidad nacional ni internacional; decir que el pueblo de Nicaragua está contento con su proyecto político, al contrario, los nicaragüenses con el abstencionismo le han dicho a Ortega que devuelva la democracia al pueblo de Nicaragua”, dijo Álvarez, según La Prensa.

Voto aislado

Tras votar de último, aislado,  en una junta de votos habilitada en Managua para él y su esposa, Daniel Ortega  celebró la noche del domingo noche una victoria dada por descontada tras unos comicios cuya participación ciudadana fue calificada por medios independientes de “raquítica” y de masiva abstención.

Así narra el sitio Confidencial el voto de Ortega quien llegó a votar en una camioneta blindada, cercado por sus cuerpos de seguridad y activistas sandinistas, vestido de una jacket beige, color “rata”, dice Confidencial,  camiseta roja, pantalón oscuro al lado del multicolor atuendo de su mujer Rosario.

Ambos llegaron a votar a las 5:40 p.m., al filo del cierre de la controversial jornada electoral a través de la que el gobernante se aseguraba, sin oposición al frente, un segundo periodo consecutivo, ahora acompañado por su mujer como vicepresidenta.

Rápido ritual

“Casi al final de la jornada electoral, el comandante Daniel Ortega llegó a votar junto a su compañera de formula, su esposa Rosario Murillo, montados en su Mercedes Benz. Decenas de miembros de la Juventud Sandinista estaban apostados a los lados de la calle, y aplaudían mientras el vehículo blindado se dirigía hacia una especie de Centro de Votación especial habilitado para la pareja presidencial, donde marcaron la boleta única”, dice Confidencial.

“El ritual del voto de Ortega y Murillo fue rápido, ambientado por una tronada de aplausos. Las hijas de la pareja, Camilia y Luciana, los acompañaban en el Mercedes. Ortega lucía lento en sus movimientos y orientaba a Murillo el camino a seguir hasta el toldo blanco. En seguida, se treparon a otra tarima rodeada de flores y helechos, y con banderas de Nicaragua como fondo para las cámaras y flashes de la prensa, que seguía esta puesta en escena”.

“Ortega tomó la palabra. Recurrió a la gastada retórica del antiimperialismo, pero no se refirió a la raquítica participación registrada en los Centros de Votación del país, donde las filas para votar fueron raras”.

“Los que tendrán que contar los votos después que se cierren las juntas ya no serán los oficiales de las tropas yanquis interventoras mancillando nuestra Patria, sino que serán nicaragüenses”, afirmó Ortega. “Y los fiscales, representantes de los partidos que han participado en estas elecciones apostando por la paz también nicaragüenses, todos nicaragüenses”, reseña Confidencial.

Según el diario La Prensa, Ortega, tras votar, destacó que se sentía satisfecho con el proceso electoral. Señaló que en estas elecciones no ha habido muertos ni derramamiento de sangre y que los votos han sido contados por funcionarios nicaragüenses, donde han votado nicaragüenses, con fiscales nicaragüenses.

Ortega no se refirió a los problemas que se han reportado en los departamentos del país y la poca afluencia de votantes, solo ha dicho que son unas elecciones de ejemplo para el mundo.

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