El 30 de mayo de 2009, un día antes de finalizar el mandato del expresidente Antonio Saca, una de sus compañías se convirtió en dueña de una lujosa mansión ubicada en las faldas del volcán de San Salvador, revela el sitio el faro.net de San Salvador.
La residencia, del tamaño de una cancha reglamentaria de fútbol, costó 2.1 millones de dólares y tiene a sus pies una panorámica de la ciudad capital. La Fiscalía General de la República (FGR), que acusa al exmandatario de liderar una maquinaria que ordenó del Estado más de 246 millones de dólares, sospecha que esa mansión fue pagada con dinero de los constribuyentes, a través de un desvío de fondos desde Casa Presidencial hacia dos de las empresas vinculadas con la construcción de la mansión Saca, dice el faro.net.
Estos detalles –agrega dicho medio– constan en el requerimiento que la Fiscalía presentó el martes 1° de noviembre de 2016 al juzgado Cuarto de Paz de San Salvador. Las sospechas del ministerio público surgen de la información bancaria que han recopilado en contra del expresidente y sus más cercanos colaboradores. Saca, su exsecretario privado, Élmer Charlaix, y cuatro exfuncionarios más son acusados por los delitos de lavado de dinero, peculado (desvío de fondos) y asociaciones ilícitas. El sábado 5 de noviembre, la jueza 4° de Paz envió el caso a fase de instrucción y ordenó la detención preventiva para todo el grupo. Saca se convirtió en el segundo expresidente de derechas que en los últimos tres años ha sido recluido en las bartolinas de la División Antinarcóticos de la Policía”.