Una docente de Cienfuegos, Cuba, delata que participó del recorrido de la urna con las cenizas de Fidel Castro porque “el sindicato la obligó”, según una crónica del sitio disidente 14ymedio.com de La Habana sobre las distintas formas en que el régimen se quiere garantizar masiva presencia en los actos de despedida al controversial líder fallecido a sus 90 años tras 50 de gobernar con mano de hierro marxista en la isla.
A los escolares los transportan en camiones y guaguas de madrugada y los han obligado a permanecer hasta 12 horas a la espera del paso por la carretera central de Cuba del cortejo que va rumbo a Santiago, informa el diario El Nuevo Herald de Miami.
Nada grato
Para Teresa, una cienfueguera que trabaja en el sistema educativo, las horas de sol esperando pasar delante de la fotografía del expresidente y realizar las protocolares muestras de dolor tampoco fueron gratas, dice una crónica de dicho medio digital.
“Fui porque el sindicato me obligó. Atrévete a no ir para que veas lo que te pasa. Él se murió, pero el sistema que creó sigue idéntico. Pudo haber hecho mucho bien, pero obligarnos a ir a despedirnos me parece abusivo”, dice la docente, que afirma que terminó con migraña después de tanto tiempo “al resistero del sol”, dice 14ymedio.
“La verdad es que se va como vino, obligándonos a hacer colas”, bromea uno de los doctores de la misión que pide el anonimato.
“Esto es como una tribuna abierta o una de las famosas marchas del pueblo combatiente. ¿A que nadie se pregunta por qué no hubo concentraciones masivas después del anuncio? El pueblo tiene que esperar la orientación desde arriba hasta para estar triste”.
El diario El Nuevo Herald de Miami cita una crónica de la agencia EFE que detalla: “El transporte de las comunidades cercanas a la Carretera Central para que asistan al paso de la comitiva fúnebre ha sido cuidadosamente planificado por las autoridades locales”.
“Hombres, mujeres y niños, todos en sus uniformes escolares, son transportados en camiones y guaguas a primeras hora de cada día y muchos de ellos permanecen hasta doce horas en la cuneta de la carretera para ver pasar durante unos segundos el cortejo fúnebre con las cenizas de Fidel”, dice el Herald.
