Las amenazas a jueces y fiscales del Poder Judicial en Costa Rica “son constantes”, denuncia el magistrado Fernando Cruz Castro, influyente miembro de la Sala IV.
“Algunos sectores siempre pretenderán torcerle el brazo a jueces y fiscales”, advierte Cruz Castro al referirse a una reciente entrevista que el exmagistrado José Manuel Arroyo, expresidente de la Sala Tercera, quien acaba de jubilarse, concedió al Semanario Universidad.
El exmagistrado Arroyo denunció las presiones abiertas y solapadas a que se exponen magistrados y jueces del Poder Judicial.
“Puedo asegurarle que en este país hay que empezar a hablar de “acoso político” contra jueces, contra este juez en particular”, denunció el exmagistrado Arroyo en la entrevista con la periodista Huida Miranda del Semanario, divulgada el 11 de enero.
Las amenazas con constantes
El magistrado Cruz Castro ratifica, en un reciente post en su cuenta Facebook, que las amenazas a jueces y fiscales son constantes.
“El exmagistrado José Manuel Arroyo no ha rehuido pronunciarse, pero lo ha hecho siempre con la prudencia que impone la difícil misión de ser juez de la Corte Suprema. Fue contundente y definido con lo que me ocurrió en noviembre del 2012. Estimó que la prudencia y mesura de un juez no le imponía el silencio y la pasividad frente a la defensa de la independencia judicial, cuestionada en un acto muy concreto. Otros compañeros y compañeras estimaron que el acto del parlamento del quince de noviembre del 2012, no requería ningún pronunciamiento, consideraron que en su condición de jueces, tal pronunciamiento era adentrarse en las arenas políticas. Respetable opinión, pero en el caso de don José Manuel, frente a esa decisión, consideró que en este caso no era admisible el silencio o la pasividad. Su actitud, y la de otros compañeros y compañeras, definió un “parteaguas” en la Corte. Los que creen que la judicatura no puede pronunciarse sobre una decisión legislativa que tomaba una reelección para hacerle advertencias a los jueces, y otro sector de la Corte, que sí consideró que en una democracia la decisión sobre la permanencia de un juez no puede estar sujeta a advertencias y reproches. De igual forma, el magistrado Arroyo dio un paso al frente en defensa de la transparencia y rendición de cuentas, cuando me acompañó en los cuestionamientos planteados al Fiscal General cuando expuso su informe de labores ante la Corte. El silencio es prudencia, pero no siempre puede ser un buen consejero. Así lo demostró siempre el exmagistrado Arrroyo durante su prolongada carrera judicial. Esta entrevista a don José Manuel marca una guía sobre las amenazas que acechan al Poder Judicial y su independencia. Las amenazas son constantes, tanto para la judicatura, como para el Ministerio Público, que carece de una ley de carrera fiscal, lo que constituye una seria debilidad institucional que propicia la vulnerabilidad de los fiscales y los jueces. Con inteligencia y prudencia, el exmagistrado Arroyo identifica las debilidades y amenazas que enfrenta un sistema judicial que tiene fortalezas, pero que debe reducir debilidades y neutralizar amenazas”, sostiene Cruz Castro.