Que magistrados bajen de la “torre de marfil”, desafía analista

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  • Magistrados deben darse cuenta del peligroso rumbo del país sino hay reformas profundas, advierte Juan Carlos Hidalgo, reconocido analista internacional basado en Washington D.C.
  • Insiste en criticar contacto telefónico de magistrado con dirigente de los taxistas.
  • Magistrado Fernando Cruz: no hay ninguna actuación antiética

Edgar Fonseca M., editor PuroPeriodismo.com

San Pedro, Montes de Oca-Que los magistrados bajen de la “torre de marfil”, en la que él los ve, y se den cuenta que el país va hacia “un despeñadero”, advierte el analista político internacional, Juan Carlos Hidalgo Bogantes, en medio de fuertes cuestionamientos, de su parte, al magistrado Fernando Cruz por haber sostenido contacto telefónico con un dirigente del gremio de los taxistas sobre una causa bajo trámite en la Sala Constitucional.

-¿Cuál es su mensaje para magistrados y para el Poder Judicial a partir de estas apreciaciones tan específicas que ha hecho?

“Tienen que bajarse de esa “torre de marfil” en la que viven y vivir en el país en el que estamos. Estamos en un Titanic con dirección fija hacia un iceberg, que si no hacemos un giro dramático en el rumbo del país, vamos a chocar con ese iceberg y nos vamos a hundir. Vemos que los países quiebran, los estados quiebran”, dijo Hidalgo, oriundo de San Carlos, experto del Cato Institute, organismo de análisis e investigación política, basado en Washington D.C.

Está de visita en el país como parte de una misión en conjunto con el economista y exministro de Trabajo chileno, José Piñera Echenique, promotor de un modelo de pensiones sustentado  en la capitalización individual. Piñera es el autor de la reforma al sistema de pensiones de Chile que data de 1981. Es académico distinguido del Cato Institute.

Hidalgo escribe la columna De Frente en La Nación, cada lunes, y es analista consultado con frecuencia por medios internacionales en Washington D.C. Atendió a Edgar Fonseca, editor de PuroPeriodismo, la tarde del martes 21 de febrero en un centro comercial cercano a la rotonda de La Bandera,  Montes de Oca.

El magistrado Cruz niega cualquier actuación antiética de su parte.

“Don Juan Carlos, no he cometido ninguna falta a la ética como usted afirma, sin ningún sustento. Toda la falta que usted me atribuye la infiere de lo que asevera uno de los líderes de las organizaciones del taxi. Es decir, su acusación, de frente, pero sin sustento, se basa en lo que dice un tercero. No sabía que uno responde de las faltas a la ética por lo que dice un tercero”, dijo Cruz Castro en una primer respuesta al analista. (Nota adjunta).

Consultado por este editor, el magistrado Cruz dijo anteayer que prepara una respuesta a lo dicho por Hidalgo en una segunda columna esta semana. De momento no se refiere más al tema.

A continuation un extracto de la conversación con el analista Hidalgo Bogantes.

AQUI HAY QUE PONER UNA LINEA ROJA

– Ha llamado particularmente la atención a la opinión pública la fuerte crítica que has hecho al caso de una llamada de un magistrado de la Corte Suprema de Justicia a un dirigente de un gremio de los taxistas. ¿Por qué la intensidad tuya en esta observación de este caso?

-Creo que hay que poner una línea roja cuando se trata de los buenos procedimientos y las buenas prácticas del Poder Judicial, particularmente la Sala Constitucional. Para nadie es un secreto que la Sala Constitucional en Costa Rica se ha vuelto el órgano de última instancia, en un senado todopoderoso, donde muchas cuestiones de política pública se están dirimiendo, para todo, desde pensiones, el estatus de Uber en Costa Rica, la Ley de Protección Animal, todo está pasando cada vez más por la Sala Cuarta. Ahora bien, tenemos una situación, donde la Constitución costarricense es muy ambigua en muchos ámbitos, hay un artículo que dice que la propiedad privada es sagrada, pero en temas de interés público se pueden hacer excepciones, y así hay muchas cosas. Hay una cuestión que dice que los monopolios son inconstitucionales pero, después, otra parte dice que el Estado puede organizar la producción y redistribuir la riqueza. En fin, es una Constitución muy ambigua que le da mucha discrecionalidad al magistrado. El magistrado se ha vuelto básicamente un legislador, dependiendo de su vocación ideológica, dependiendo de su vocación de cómo ve el mundo, decide grandes temas de interés nacional sin haber sido electo popularmente. En este caso en particular, me preocupa mucho lo que me parece que ha estado ocurriendo y es que, conforme vemos un mayor entrabamiento en la Asamblea Legislativa, grandes temas nacionales se están dirimiendo en la Sala Constitucional y los grupos de presión están tomando nota y ya saben que, en lugar de ir a presionar a Cuesta de Moras, tienen que ir a la Corte a hacer manifestaciones, a presionar a los magistrados. Esto ocurre en todas partes, en Washington D.C.  Basta darse una caminata por la Corte Suprema de Justicia y uno ve protestas todos los días afuera de la Corte, sobre aborto, sobre matrimonio igualitarios, sobre el derecho de la EPA para regular el ambiente, etcétera. Lo que usted nunca ve es a un magistrado reunirse con grupos de presión, comprometerse con los grupos de presión, a emitir una sentencia en un plazo dado y a pegarles una llamada para avisarles cómo está el estado de la sentencia. Esas cosas simplemente no se hacen. Eso no se hace, y por eso, creo, debemos de marcar una línea en la arena.

-¿No hay un poquito de exageración en el análisis que haces cuando advertís que se estaría en la eventualidad de favorecimiento a grupos de presión en el país, desde el Poder Judicial?

-Cuando yo escribo en La Nación la primera columna, digo “esto no se hace”. El magistrado me contesta a las dos semanas y dice que fue un caso excepcional y fue un caso excepcional debido a las dos protestas multitudinarias, “que nos hicieron en la Corte”. Básicamente él está diciendo, “hicimos una excepción, fue un caso excepcional, hicimos una excepción a partir de una manifestación de fuerza”. Entonces la señal está mandando el magistrado a los grupos de presión, “si ustedes vienen a hacernos manifestaciones de fuerza aquí a la Corte, vamos a hacer excepciones a los procedimientos” . Es un mensaje que se está mandando desde la Corte constitucional, y es por eso que creo que al magistrado, no solo yo lo he criticado, ha sido varia gente de la sociedad civil y basta ver los comentarios en Internet, a raíz de mi columna y otros comentarios que se han hecho, de que la gente efectivamente notó que ahí se cruzó una línea que no se debió de haber cruzado. El magistrado no está para reunirse con grupos de presión, no está para prometerles sentencias expeditas y no está, mucho menos, para estarle pegando llamadas de cortesía para decirles cómo está el estado de una sentencia.

EN LA CORTE TODOS HACEMOS FILA

¿Por qué califica lo actuado por el magistrado como “un acto político”?

-Porque reunirse con un grupo de presión y prometerles fallar, hacer un fallo en un tiempo determinado, eso es un acto político. A final de cuentas, todos tenemos que hacer fila, sabemos que hay una gran cantidad de casos haciendo fila en la Sala Constitucional, y en todo el proceso de justicia costarricense, alguna gente tiene que esperar años por una sentencia.

-¿No le satisfacen las explicaciones del magistrado?

-No me satisface la explicación del magistrado diciendo “esto es un acto excepcional debido a la manifestación de fuerza que nos hizo un grupo de interés”. Eso significa un acto político. Acordemos cual es la imagen de la justicia, es una mujer tapada con vendas. Aquí no, es una mujer tapada con una venda y levantando el ojillo, viendo si es un grupo de presión haciendo fuerza para que una sentencia se emita en un tiempo dado y eso, para mí, ya manda una señal sobre la politización de la judicatura costarricense.

-¿Por qué no le satisfacen las explicaciones?

-Precisamente porque él confirma mis temores, en el sentido de que él llamó a una parte interesada para informarles sobre el estado de la sentencia, una parte afectada, ni siquiera era las partes principales. Las partes principales eran los diputados Otto Guevara y Natalia Díaz del Movimiento Libertario y la Asociación del Consumidor Libre. No fue a ellos que llamó para decirles el estado de la sentencia, de una parte secundaria decirles “señores esto está así”. El magistrado Cruz dijo que la información que él le brindó a los taxistas era información pública que estaba en un acta, el expediente judicial, pero si uno ve el expediente judicial, dicha acta fue incorporada hasta el 23 de enero, horas después de que saliera a la luz pública la llamada de él a este gremio. Durante un mes los grupos de presión tuvieron información sobre el estado de la sentencia, que las partes principales no tenían, entonces. Basta hablar con un abogado y preguntarle, ¿qué pasa si usted llama mañana a un juez  sobre el estado de la sentencia? Le suspenden la licencia inmediatamente en el Colegio de Abogados. Es una cosa que no se hace.

-Usted dice que la imagen de probidad e imparcialidad del juez queda “mancillada”, ¿no es muy grave esta aseveración?

-Ante mis ojos ha quedado mancillada, pero basta con ver los comentarios que he leído en las redes sociales a raíz de estas dos columnas que he publicado, e incluso, basta con meterse en el sitio web de La Nación y ver la réplica que el magistrado me hizo y ver los comentarios en esa réplica. La gente casi que unánimemente ha dicho “señor magistrado usted cruzó una línea que no se debe cruzar”. “Usted no puede llamar a una parte interesada, comentarle cómo está la sentencia”. También esto está en las manifestaciones que el magistrado Cruz y otro magistrado, han dado en otros casos, como es el de las pensiones de lujo, donde ellos se han puesto la camiseta de parte interesada y, al final de cuenta, jueces, de los casos como las pensiones de lujo, en donde van a tener que determinar la constitucionalidad de temas que los afectan a ellos de manera muy personal.

-Más allá de las reacciones en las redes sociales, ¿ha tenido otro tipo de reacciones a raíz de esos comentarios?

-Me guío por los comentarios en las redes sociales porque no estoy en el país y eso es lo que he podido ver. Me llegan comentarios por correo electrónico. Me llegan comentarios por llamadas y demás.

-¿Del magistrado?

-No he tenido comunicación con él más allá de la respuesta que me dio en el periódico La Nación.

– ¿De otros miembros del Poder Judicial?

-La única vez que yo recibí una comunicación de un miembro del Poder Judicial fue cuando publiqué una columna precisamente sobre ese papel preocupante que juegan los magistrados de la Corte constitucional, como juez y parte en el tema de las pensiones de lujo. Recibí un correo de uno de los miembros del Poder Judicial, diciendo “yo pedí ser excusada de conocer este caso, pero mis compañeros no me aceptaron esa solicitud”.

BAJEN DE ESA TORRE DE MARFIL…

-¿Por qué le apunta tan fuerte en su apreciación al Poder Judicial?

-Porque el Poder Judicial se ha erigido en la última instancia de la toma de decisiones del país. Aquí podemos, incluso, tener escenarios en donde tenemos a 38 diputados a favor de una reforma y la Sala Constitucional puede decir, sin ningún tipo de sustento constitucional claro, puede decir “eso no va”. El tema de las pensiones de lujo, por ejemplo, usted puede tener a 38 diputados diciendo hay que ponerle tope a las pensiones de lujo y la Sala Constitucional con una interpretación antojadiza de un artículo de la Constitución que dice que los derechos adquiridos no se pueden tocar, la Sala Constitucional, básicamente, puede paralizar las grandes reformas que necesita este país.

-¿Se ha deteriorado la imagen de la entidad constitucional, desde su perspectiva  de supremacía del orden constitucional en la normativa del país?

-A mí me preocupa porque tengo una relación de amor y odio con la Sala Constitucional. Por una parte, la Sala Constitucional ha sido una gran defensora de los derechos individuales de los costarricenses, de los administrados, ante los abusos, como dicen los abogados. Yo no soy abogado, pero como dicen, de los administrados ante los abusos del Estado y  ha jugado un papel fundamental, sin duda alguna, pero ha habido un cambio en la jurisprudencia, principalmente a partir de la muerte de don Rodolfo Piza Escalante, en donde la Sala Constitucional empieza, más bien, a convertirse en un defensor del status quo y en un defensor de los privilegios que vemos muchas veces en el sector público y es ahí donde me empieza a preocupar eso.

– ¿Eso no es bueno para usted?

-Para mí eso no es bueno porque el país está llegando a un punto de quiebre financiero. La Sala Constitucional cuando dice  que, aun cuando el país no tiene capacidad económica para cumplir con los mandatos legales y constitucionales en materia de gasto, sabemos que hay leyes que determinan que el 7% de la recaudación del impuesto de la renta tiene que ir al PANI, que el 8% tiene que ir al Ministerio de Educación Pública, etcétera; cuando la Sala Constitucional, viendo la realidad financiera del país, cuando tenemos que, por cada colón que se gasta, 46 céntimos están siendo prestados, y dice “no, hay una jurisprudencia que dice que el gasto social es intocable”. Que, incluso, si usted tiene 38 diputados que determinan que hay que revertir algunas de estas reformas, ya estas reformas casi que son pétreas. Me parece que eso no está en la Constitución. Me parece que eso ya vuelve la Sala Constitucional en un senado donde, básicamente, están legislando a partir de concepciones ideológicas que no necesariamente se derivan de la Constitución, y es por eso que me preocupa mucho, porque, al final de cuentas, es la última palabra y nadie más puede decir otra cosa.

-¿Cuál es su mensaje para magistrados y para el Poder Judicial a partir de estas apreciaciones tan específicas que ha hecho?

-Para los magistrados: tienen que bajarse de esa “torre de marfil” en la que viven y vivir en el país en el que estamos. Estamos en un Titanic con dirección fija hacia un iceberg, que si no hacemos un giro dramático en el rumbo del país, vamos a chocar con ese iceberg y nos vamos a hundir. Vemos que los países quiebran, los estados quiebran. Hemos visto experiencias dolorosas tanto aquí en América Latina, incluso en Europa, y si no se hacen reformas importantes que tienen, a final de cuentas, que pasar por la Sala Constitucional, ahora todo pasa por la Sala Constitucional, y si los magistrados en esta “torre de marfil” en que viven dicen “mira”, ni siquiera con 38 votos se pueden hacer reformas en materia de gasto, ni siquiera con 38 votos se pueden hacer reformas en materias de pensiones, por concepciones ideológicas que no están en la Constitución, de derechos adquiridos y otras cosas, entonces el país va para el despeñadero”.

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Magistrado Cruz: no he cometido ninguna falta ética

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El magistrado Fernando Cruz negó haber cometido falta ética alguna en el caso de la llamada telefónica a uno de los dirigentes del gremio de los taxistas, en respuesta a una primer columna de Juan Carlos Hidalgo en La Nación.

“Don Juan Carlos, no he cometido ninguna falta a la ética como usted afirma, sin ningún sustento. Toda la falta que usted me atribuye la infiere de lo que asevera uno de los líderes de las organizaciones del taxi. Es decir, su acusación, de frente, pero sin sustento, se basa en lo que dice un tercero. No sabía que uno responde de las faltas a la ética por lo que dice un tercero” dijo Cruz Castro.

En su respuesta, el magistrado Cruz Castro  añadió: “Estimo necesario publicar mis observaciones sobre una publicación que consta en la columna de Frente, de don Juan Carlos Hidalgo y que titula: “Recusación Necesaria”. La publicación se hizo en la edición del seis de febrero del año en curso. Considero que el artículo de opinión mencionado, contiene afirmaciones inexactas que deben aclararse.

“Don Juan Carlos, no he cometido ninguna falta a la ética como usted afirma, sin ningún sustento. Toda la falta que usted me atribuye la infiere de lo que asevera uno de los líderes de las organizaciones del taxi. Es decir, su acusación, de frente, pero sin sustento, se basa en lo que dice un tercero. No sabía que uno responde de las faltas a la ética por lo que dice un tercero.

Sigue usted de frente y sin sustento, cuando dice que informé sobre el estado de la sentencia, cuando lo único que hice fue llamar desde teléfono de la encargada de prensa de la Sala, quien escuchó todas las palabras que le dije al señor Vargas y le consta que sólo le informé que a pesar del compromiso asumido en las reuniones con los representantes de las organizaciones del taxi, se había llevado el asunto para someterlo a discusión de la Sala y se determinó que debía discutirse con la presencia de todos los propietarios, porque varios de ellos estaban de vacaciones. Le consta a la encargada de prensa de la Sala, señora Vanlly Cantillo, que en la breve conversación, yo no me referí a alguno de los temas discutidos en la acción. Estas son sus apariencias, a las que usted le rinde pleitesía.

Nuevamente sigue usted de frente, pero sin sustento, cuando dice que yo adquirí un compromiso de resolver el asunto antes que finalizara el año 2016, ese no fue mi compromiso, sino que en dos ocasiones, ante las manifestaciones que hicieron las organizaciones de taxistas, el veintiuno de junio del año anterior, en presencia del Presidente de la Sala y de la magistrada Hernández, se les dijo que se haría el máximo esfuerzo para discutir y resolver la acción antes que terminara el mes de diciembre del 2016. No era un compromiso personal, sino que fue una situación excepcional, ante la protesta masiva que en dos ocasiones atendió la Sala. Los que protestaron con vehemencia y masivamente sobre la tardanza, fueron los representantes del taxi y no las otras partes, por eso hice una llamada que escuchó una funcionaria de la Sala en la que sólo me referí a la imposibilidad de cumplir un compromiso adquirido previamente y que fue de conocimiento público, porque así lo informaron los medios de prensa.

No sé porque usted utiliza la máxima sobre la mujer del César, que debe serlo y parecerlo, que además de ser un decir que refleja la aritmética desigual del patriarcado, lo que a usted le parece que es la “realidad de una apariencia”, la deduce de una argumentación sin sustento. No sabía que columna se nutre de apariencias; ya puede notificarle a sus lectores: usted juzga y recomienda soluciones, con base en la lógica de lo que parece y no de lo que es. Cuando cita a la Corte Interamericana sobre el tema de apariencias, son otras las que menciona el alto tribunal, no las suyas, fundadas en inferencias derivadas de un comentario hecho en una llamada telefónica de un tercero.

Yo no hice ninguna llamada de cortesía. En el tema de la tardanza de la justicia, no hay cortesías. Si una de las partes ha hecho instancias formales y de conocimiento público sobre la lentitud en un proceso, como juez debo responder. Mi llamada no fue una cortesía, no estoy para eso, fue la respuesta a un compromiso adquirido frente a los líderes de las organizaciones del taxi que hicieron dos protestas masivas ante la sala, quejándose de la tardanza en la resolución de la causa.

No sé por qué razón, cuando leí su columna, creí que estaba leyendo el libelo de recusación, porque cita hasta la jurisprudencia que se menciona en dicho escrito. Espero que ese libelo no se lo hayan “filtrado”.

No hay duda que su columna es un asunto de apariencias, llamadas de terceros y mujeres que sometidas a la dictadura de lo que parece, pero lo que publica, aunque sea de frente, no tiene sustento. Vale que me dedicó esta columna, porque lo que yo creía que eran sus sesudas opiniones, ahora me percato que bien podrían no ser más que dimes, diretes y apariencias. Sus descalificaciones y sugerencias, son infundadas; no son las que corresponden a un analista que semana a semana define sobre lo divino y lo humano.”

Le solicito que se publique este comentario, porque considero que la opinión del columnista no se ajusta a la verdad de los hechos”.

Ver también: Magistrado niega filtración de informe a taxistas

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El analista que quiso ser astrónomo…

Costa Rica analista Juan Carlos Hidalgo. Foto PuroPeriodismo.com

Ser honesto con él mismo, con la gente que lo lee, con la que le sigue en lo que hace. Nunca caer en el engaño. Ni tratar de hacer creer a la gente algo que no es él o hacer creer ideas que no son correctas.

Así se define Juan Carlos Hidalgo Bogantes, analista político del Cato Institute, basado en Washington D.C. a quien consultan con frecuencia medios internacionales como CNN en español y cuyas opiniones aparecen entre otros medios en International New York Times, El País de Madrid, El Tiempo de Bogotá y La Nación de San José.

Aunque nació, creció y se educó en Ciudad Quesada, dice que sus abuelos, los Hidalgo y Bogantes, migraron de Grecia.

Estudió en la Escuela Juan Chávez Rojas y en el Liceo de San Carlos. Obtuvo un bachillerato en Relaciones Internacionales en la UNA y una maestría en Comercio Internacional y Política en la George Mason University, EE.UU.

Siempre quiso ser astrónomo hasta que empezó a llevar Física en el colegio y se dio cuenta que los números no eran lo suyo.

En la escuela una joven del Cuerpo de Paz le regaló un globo terráqueo, y, desde entonces, empezó a interesarse por la Unión Soviética, Europa, Estados Unidos. Y creció su curiosidad por temas internacionales.

Creció a 100 kilómetros de la frontera norte. Y creció en tiempos de la Guerra Fría.

“Mi mamá fue secretaria del abogado de John Hull, así que yo iba constantemente a la finca de Hull, allá en Ciudad Quesada, antes que se destapara que él era el agente de la CIA en la zona norte. Entonces todo lo que era Guerra Fría y, además, siempre me interesó. Esa curiosidad la retomé cuando estaba en el colegio y fue cuando decidí estudiar Relaciones Internacionales. ¿Exactamente para qué?, no tenía la más mínima idea. Tal vez me veía trabajando para alguna embajada o algo por el estilo, pero por dicha el camino me llevó a estos rumbos de la política pública”, cuenta.

Admiraba a Kennedy pero…

El expresidenteJohn Kennedy era de sus figuras favoritas pero dejó de serlo al ir avanzando en el conocimiento de su controvertida personalidad.

“Luego cuando he crecido y me he leído biografías de él, descubro que fue una persona con muchos errores y con muchos problemas. Sin duda, su adicción a las mujeres fue uno de los mayores, pero no el único, así que me demostró que las personas que uno crece idealizando, tienen grandes errores y lados oscuros. Así que no puedo decir que hay una persona allá afuera que yo idealice de esa manera”, admite.

Su hobby preferido es la lectura. Los fines de semana se los pasa leyendo en pijamas. Le encanta leer historia y en particular sobre la Primera Guerra Mundial.

-¿Algún autor preferido?

-Sí tengo autores, por ejemplo Frederick Bastiat, que escribió mucho sobre economía política. Me encanta muchísimo porque es un tipo muy sarcástico, con un humor muy fino, muy negro, entonces leerlo siempre es una delicia, porque tenía una técnica que se llama “reductio ad absurdum” que es reducir a lo absurdo los argumentos contrarios. Me gusta muchísimo eso. Otro autor que me gusta es un economista que murió hace como una década, que es Peter Bauer, de origen húngaro.

Javier Cercas cuando se trata ya de novelas y de textos en castellano. Los dos libros que me leído de él, que son Soldados de Salamina y la Anatomía de un instante, me parecieron lecturas formidables por la manera en que él escribe. Son varios autores particulares, pero no me puedo casar con ninguno.

-¿Un libro preferido?

–El Quijote. Lo leí solo una vez en el colegio, por supuesto, y me recuerdo de haber quedado encantado. De vez en cuando me leo un pasaje por aquí y otro por allá. Es un libro impresionantemente complejo y bien escrito, así que si tengo que decir un libro favorito es El Quijote.

-¿Una película?

-“Joyeux Noël”, “Feliz Navidad” en francés, es una película francesa del 2006. Fue nominada al Oscar. Es precisamente esa película que narra la tregua de navidad, ese momento, el 24 de diciembre de 1914, cuando el Frente Occidental, durante la Primera Guerra Mundial, las tropas alemanas, francesas y británicas fraternizaron, cantaron villancicos juntos, incluso jugaron fútbol. Esa película me conmovió poderosamente la primera vez que la vi por ahí del 2008, al punto de que me llevó a prometer que cuando se cumpliera el 100 aniversario de ese hecho, de ese hito, en diciembre de 2014, yo iba ir a Bélgica, donde ocurrió eso, a celebrar ese momento.

-¿Su frase favorita?

-La de “El Quijote” precisamente, cuando dice que “la libertad, mi querido Sancho, es uno de los dones más grandiosos que la vida le ha dado al hombre”. Por la libertad y por el honor, los hombres deben guiar su vida”. Esa es mi frase favorita por mucho.

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida” – El Quijote, Miguel de Cervantes Saavedra.

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