- Lo mejor que le puede pasar a Costa Rica es que Trump ni la determine, reflexiona el analista Juan Carlos Hidalgo
- Mayor foco de tensión con México, para mal, y, para bien, con Venezuela
- Confía en que el nuevo mandatario caiga pronto en la cuenta que EE.UU. necesita del resto del mundo
Edgar Fonseca M., editor PuroPeriodismo.com
Barrio Dent-En medio del torbellino de acciones y decisiones del primer mes de la administración Trump, ¿qué puede esperar una nación como Costa Rica?
Entre menos atención le ponga al país el nuevo presidente de EE.UU., mejor, dice, lacónico, el analista Juan Carlos Hidalgo, experto del Cato Institute, basado en Washington D.C.
Justifica su apreciación en el espíritu proteccionista que anima a Trump que, a la postre, puede perjudicar la relación comercial bilateral.
O en recrudecer una guerra contra las drogas, que ha demostrado ser un fracaso a nivel regional.
Hidalgo Bogantes formuló tales apreciaciones durante una entrevista con el periodista Edgar Fonseca , editor de PuroPeriodismo.com.
El analista, oriundo de San Carlos, acaba de estar en San José, como parte de una misión en conjunto con el economista y exministro de Trabajo chileno, José Piñera Echenique, promotor de un modelo de pensiones sustentado en la capitalización individual. Piñera es el autor de la reforma al sistema de pensiones de Chile que data de 1981. Es académico distinguido del Cato Institute.
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Que ni nos determine
-¿Qué puede esperar un país como Costa Rica de esta nueva administración?, ¿qué efectos?
-Dado que el presidente Trump ha dado claras señales de que a él lo guía un espíritu proteccionista, un espíritu nacionalista, en donde es gran escéptico del comercio y, demás, entre menos atención le preste a Costa Rica, mejor. Cualquier atención que le preste a Costa Rica probablemente va a ser dirigida a afectar el comercio con el país. Cualquier atención que le preste al país probablemente sea dirigida a recrudecer una guerra contra las drogas, que es un fracaso. Yo preferiría que no nos prestara atención. Entre menos nos mencione, entre menos nos tenga en su radar, Costa Rica va a estar mejor.
-En cuanto a posibles impactos y sobre todo en lo que se refiere a América Latina, ¿cuáles cree usted que son los más inmediatos o mediatos impactos de las decisiones de Trump?, los más sensibles…
-Dos países, México para mal y Venezuela para bien. México para mal en el sentido que parece que el presidente Trump no se contentó con hacer promesas en contra de México, sino que está dispuesto a cumplirlas. Vimos que va a buscar construir un muro, otra cosa es que lo logre hacer, y sigue amenazando con forzar a México a pagar ese muro, no sabemos cómo lo va hacer, pero sigue insistiendo en ese tema que es altamente divisorio. Ha dicho que va a renegociar el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, y, seamos claros, fue negociado originalmente hace 20 años, claramente necesita una actualización pero no la actualización que Trump quiere hacer, que es hacerlo un acuerdo más proteccionista y donde prime menos el libre intercambio. Claramente está atacando a los inmigrantes. Va a endurecer los controles migratorios. Va a incrementar la tasa de deportación de inmigrantes, entonces México se encuentra en una situación muy incómoda. Incluso el Secretario de Prensa en su momento dijo que un arancel del 20% estaría dentro de las posibilidades para extorsionar a México para pagar el muro fronterizo. Entonces México definitivamente es una prioridad para mal de la administración Trump. Y hemos visto un giro en el tema de Venezuela. Vimos que el presidente Trump se reunió con Lilian Tintori, la esposa de Leopoldo López (líder opositor encarcelado). Hasta el momento todos los líderes de oposición de Venezuela nunca habían pasado del Secretario de Estado, o sea la foto era con el Secretario de Estado ya sea con Hilary Clinton, en su momento, o John Kerry. Ahora vemos a Lilian Tintori en la Casa Blanca tomándose una foto con Trump y parece que Trump va a asumir una actitud mucho más agresiva con el tema de Venezuela. Ahora bien, es una buena causa, ciertamente, ponerle más presión al régimen dictatorial, autoritario de Nicolás Maduro, lo que no estoy seguro es que Trump sea el mejor mensajero. No creo que los países de América Latina vayan a correr al llamado de la administración Trump a ponerle más presión a Venezuela. Si la administración Trump fuera un poco hábil, probablemente trabajaría tras bastidores para que sean Argentina, Brasil, Perú, ahora con nuevos gobiernos, los que pongan presión sobre Venezuela. Si es el presidente Trump, con todos sus defectos y su alta impopularidad en América Latina el que lidera esta nueva cruzada contra el régimen de Maduro, no creo que vaya a ser muy exitoso.
Ha sido un mes caótico
-Estás basado en Washington, has sido testigo de una transición, de nuevo, histórica, en lo que es la historia política de los Estados Unidos y del mundo. ¿Cómo califica usted este primer mes de la administración del presidente Trump?
-Caótica. Los peores temores que mucha gente tenía sobre lo que iba a ser un gobierno Trump se han cumplido. Ciertamente pudo haber sido peor. Vemos que la actitud de la administración Trump, y no estoy hablando del presidente Trump, sino la administración Trump hacia Rusia no ha sido tan preocupante como inicialmente se temía, ciertamente el presidente Trump, él individualmente, mantiene una actitud bastante, no solo ambivalente, amistosa con Vladimir Putin, pero la administración ha dicho que las sanciones se mantendrán con Rusia hasta que no devuelva Crimea y demás. Hay figuras dentro de la administración que están jugando un papel de moderación, el Secretario de Estado, Rex Tillerson, el Secretario de Defensa, James Mattis, pero dentro de la Casa Blanca vemos un caos absoluto. Vimos la caída del asesor principal en materia de seguridad nacional, Flynn, con estos alegatos de filtración de información a la embajada rusa, antes de asumir el poder, y hay un tema particularmente preocupante, y en este caso, debo admitir que no sé dónde me siento, en qué lado me siento. Soy altamente crítico de la administración Trump, pero una cosa que estamos viendo es que se está filtrando información por todas partes. Esto parece el Titanic en materia de filtraciones. Las conclusiones que podemos sacar, es que las agencias de seguridad de Estados Unido, no sabemos cuáles o si todas, no sabemos si el National Security Agency, no sabemos si la CIA o el FBI, le están filtrando información a la prensa que está comprometiendo a la administración Trump. ¿Quién le filtró a la prensa el hecho de que Flynn había tenido esas conversaciones con el embajador ruso sobre las sanciones? ¿Quién le filtró a la prensa que el presidente Trump estaba enterado de estas conversaciones? Ahí parece que esta relación tensa que tiene la administración Trump con las agencias de seguridad, ha llevado a que las agencias estén saboteando la administración y tratando de ponerla en un mal lugar. Por un lado, creo yo que las agencias de seguridad, obviamente, tienen razón de estar preocupadas de esta relación tan incómodamente cercana del presidente con Rusia, un país que ha venido saboteando el régimen internacional liberal en los últimos treinta años, pero también me incomoda un poco que las agencias de seguridad, que son entes no electos traten de sabotear a un gobierno democráticamente electo. Entonces vemos que hay un caos generalizado dentro de la Casa Blanca, principalmente dentro de lo que se llama el West Wing en el último mes, desde que el presidente Trump llegó al poder.
-Como estudioso de la realidad política internacional, ¿cómo describes vos este entorno, este ambiente, que existe hoy, no solo en Estados Unidos, en Latinoamérica, sino en el mundo alrededor de estos primeros pasos de la administración?
-En Asia existía mucha expectativa sobre la retórica hostil que la campaña Trump tuvo hacia China y esa llamada que recibió la presidenta de Taiwán, siendo presidente electo, rompiendo 30 o casi más de años de tradición de que el presidente de Estados Unidos no hablaba con la Jefa de Estado taiwanesa, rompiendo con la cuestión la política de “Una China”, al final de cuentas parece que Trump va a asumir una actitud más convencional con China, no va retar la política de “Una China”. Temas comerciales todavía está por verse que tanto está dispuesto a incurrir en medidas proteccionistas contra ese país. Existía en el tema de Asia también mucha incertidumbre sobre los compromisos de defensa mutua de Estados Unidos con Japón y Corea del Sur, en campaña él dijo que Japón y Corea del Sur deberían de pagar más por su propia defensa, vemos que Shinzō Abe fue el primer Jefe de Gobierno en visitar a Trump, siendo presidente electo, ahora lo acaba de visitar, siendo presidente, en su mansión en Florida. Parece que nuevamente ha habido un replanteamiento de la relación, manteniendo las grandes líneas de lo que ha sido la relación nipona-estadounidense en el periodo posguerra. En el tema de Europa parece que va a haber una relación más complicada. Trump es un enemigo de la Unión Europea. Apoyó abiertamente el “Brexit” y ahora, a pesar de que él no cree en los tratados de libre comercio, le ha dicho a la Primera Ministra Británica, Theresa May, que está dispuesto a negociar un tratado de libre comercio para tenderle un puente de plata al Reino Unido en su salida a la Unión Europea y esto está tensando la relación con Bruselas, y, particularmente, con la canciller alemana, Angela Merkel. Alemania ya ha mandado bastantes mensajes duros contra la administración Trump en cuanto a cómo está Alemania dispuesta a defender hasta lo último la integración europea, cómo está dispuesta a defender el orden liberal en materia de inmigración, en materia de apertura, así que veo una tensión creciente entre Washington y Bruselas, Washington y Berlín, y nuevamente la gran incógnita de esta relación con Moscú. Vemos que, mientras el presidente Trump sigue manifestando señales de admiración hacia el presidente ruso, Vladimir Putin, la administración como un todo, su gobierno, sigue manteniendo la política de sanciones, sigue manteniendo una política no necesariamente amistosa hacia Moscú, así que empezamos a ver ciertas líneas, ya empezamos a definir ciertas cosas que antes era únicamente incertidumbre, pero todavía existe mucha incertidumbre en el tablero.
EE.UU. necesita del resto del mundo
-Retratas un cuadro de tensión, una línea de tensión, con Asia, con Europa, con América, ¿es sostenible en el mediano, en el largo plazo, para una administración un nivel, un grado de tensión como el que se está percibiendo desde otros sectores del mundo?
-Es probable que el presidente Trump esté sobreestimando la posición de Estados Unidos en el mundo. Ciertamente Estados Unidos es la primera economía mundial. Ciertamente ha sido el garante del orden internacional liberal en la época posguerra. Ciertamente es la principal potencia militar del mundo, pero Estados Unidos necesita del resto del mundo, también. El presidente Trump cree que los otros países lo necesitan más a Estados Unidos, que Estados Unidos a ellos, pero es una relación beneficiosamente mutua. El comercio beneficia a ambas partes. Que Estados Unidos tenga un déficit comercial con otro país no significa que esté perdiendo en esa relación comercial. Esta visión de suma cero que tiene el presidente Trump sobre el orden internacional puede llevar a Estados Unidos a situaciones que no son beneficiosas para el país. Estados Unidos necesita del resto del mundo en materia comercial, necesita del resto del mundo en materia de seguridad, principalmente cuando hay grandes amenazas allá en el horizonte. Está la amenaza del fundamentalismo islámico. Está la amenaza del resurgimiento de Rusia como una potencia geopolítica con ambiciones hegemónicas en parte importante de Europa y del Medio Oriente. Está el surgimiento de China con ambiciones también territoriales en el mar del sur de China. Estados Unidos necesita de sus aliados, de Australia, Alemania, Reino Unido, Francia, y parece que el presidente Trump está dispuesto a incurrir en tensiones innecesarias con algunos de estos países. En sus primeras dos semanas incurrió en un incidente diplomático con Australia, un país que si tenemos que hacer una lista de los tres principales aliados de los Estados Unidos en el período posguerra, Australia definitivamente está en esa lista, y en una llamada con el Primer Ministro Turnbull, le terminó colgando el teléfono. Ojalá, más temprano que tarde, el presidente Trump caiga en la cuenta que necesita al resto del mundo y, principalmente, de sus aliados”.
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EE.UU., el mayor socio comercial de Costa Rica
Estados Unidos es el mayor socio comercial de Costa Rica, que representa más de la mitad de las exportaciones, importaciones y turismo de Costa Rica, y la inversión extranjera directa. Las exportaciones de los Estados Unidos a Costa Rica incluyen piezas y suministros de automotores, energía renovable, franquicias, equipos de hoteles y restaurantes, productos para el cuidado de la salud y equipo de construcción. Las importaciones estadounidenses de Costa Rica incluyen dispositivos médicos, piñas, plátanos y café, destaca el Departamento de Estado en su más reciente informe sobre las relaciones comerciales bilaterales.
Aproximadamente 100.000 ciudadanos estadounidenses privados, incluyendo muchos jubilados, residen en el país y más de un millón de ciudadanos estadounidenses visitan Costa Rica anualmente, añade el informe oficial norteamericano.
“El compromiso diplomático de Estados Unidos y la asistencia externa en Centroamérica se rige por la Estrategia de los Estados Unidos para el Compromiso en Centroamérica (Estrategia). En 2015, Estados Unidos anunció la Estrategia, una alianza amplia y sólida con los gobiernos centroamericanos para promover una América Central económicamente integrada y plenamente democrática; proporcionar oportunidades económicas a su gente; gozar de instituciones públicas más responsables, transparentes y eficaces; y asegurar un ambiente seguro para sus ciudadanos. La estrategia se centra en tres líneas de acción generales: 1) mejorar la seguridad ciudadana; 2) promover la buena gobernanza; y 3) promover la prosperidad y la integración económica regional. La Estrategia es un esfuerzo plurianual para los siete países centroamericanos que se basa en anteriores asociaciones y programas exitosos en la región”, agrega el Departamento de Estado.
“Estados Unidos y Costa Rica son partes en el Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-DR), cuyo objetivo es facilitar el comercio y la inversión y promover la integración regional mediante la eliminación de los aranceles, la apertura de los mercados y la reducción de los obstáculos a los servicios. Promover la transparencia. CAFTA-DR contiene un capítulo sobre inversiones similar a un tratado de inversión bilateral con los Estados Unidos”, cita el informe actualizado al 12 de diciembre de 2016.
Fuente: Departamento de Estado EE.UU. https://www.state.gov/r/pa/ei/bgn/2019.htm
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“Hubb” de multinacionales
Las empresas multinacionales, las ciencias de la vida, las manufacturas avanzadas y ligeras y la industria alimentaria generaron 12,307 nuevos empleos formales en 2016. (18 proyectos en el sector servicios, 12 en el sector de las ciencias de la vida, 5 en el sector de la industria ligera y 5 en el sector manufacturero avanzado), destacaron el Ministerio de Comercio Exterior COMEX y Cinde, agencia promotora de inversiones, al cierre de 2016.
“Costa Rica ha evolucionado de funciones transaccionales a procesos sofisticados multifuncionales incluyendo análisis financiero, centros regionales, desarrollo de software y TI, ingeniería y diseño, entre muchas otras oportunidades de negocio.
Hoy, Costa Rica provee un ambiente maduro para procesos comerciales complejos y se posiciona como el # 1 exportador de servicios de alto valor agregado en Latinoamérica, superando a Chile, Brasil, Argentina y Perú, según Cinde.
http://www.cinde.org/en/news/press-release/cinde-s-foreign-direct-investment-results-fdi-generated-12307-new-jobs-in-2016