Desde internarse en la selva a caballo, desde bucear junto a enormes tortugas o tiburones, desde ver el espectacular amanecer del Pacífico en la bahía de Drake, un cronista inglés narra en el diario The Guardian de Londres sus vivencias en la majestuosidad natural del Parque Nacional de Corcovado, península de Osa.
“Costa Rica desarrolló su sistema de parques nacionales en la década de 1970, tomando su señal de los grandes parques de América del Norte. Se le ha aclamado como un éxito de conservación excepcional, pero las iniciativas de ecoturismo comunitario siguen siendo nuevas”, dice Johnny Langenheim, escritor, cineasta, especialista en temas de ecología humana, viaje y ambiente. Y quien ha viajado extensivamente por el sudeste asiático y el Pacífico.
“La costa de Osa es salvaje -incluso alrededor del enclave turístico de Bahía Drake las playas se sienten primordiales, bordeadas por la selva, en un lado, y azotadas por los rodillos del Pacífico en el otro. Cocodrilos y tiburones pueblan estas aguas y las corrientes de arrastre abundan, por lo que puede ser peligroso para un chapuzón. Pero el buceo está en la agenda y los tiburones son exactamente lo que estaremos buscando”, narra Langenheim.
Informe completo: Costa Rica: ‘the most biologically intense place on Earth’, The Guardian