Periodistas, “relaciones impropias”

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José Luis Valverde Morales, expresidente Colegio de Periodistas *

Director de la DIS revela que un periodista solicitó “colaboración económica” por suministrar información. Mariano Figueres alega que el nexo lo heredó del periodo anterior.

En mi condición de periodista y expresidente del Colegio de Periodistas de Costa Rica, convoco a los colegas honestos y a la ciudadanía a exigir el nombre del corrupto y de la jefa que supuestamente cohonestaba su quehacer, violentando los principios éticos y morales de la profesión que tanto nos ha costado limpiar.
En el pasado era frecuente escuchar el término “howmochero” para señalar a algunos periodistas que pasaban a recoger un cheque de sus fuentes informativas. El advenimiento de la profesionalización del periodismo, primero por la Universidad de Costa Rica y luego por gran cantidad de centros educativos, supone la irrupción de nuevos códigos para el ejercicio del periodismo, cimentado en el año 1969 con la creación del Colegio de Periodistas de Costa Rica.
Algunos jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos interpretaron que una licencia para ejercer el periodismo no era necesaria y, a partir de esa histórica decisión, proliferaron como abejones de mayo los pseudo comunicadores, y toda suerte de opinadores que se creen con licencia para ejercer el periodismo.
A manera de analogía y para graficar este contrasentido, es como si nosotros nos autorecetaramos y a partir de ahí nos sintamos con licencia para salir a curar o a matar a cuanto ser viviente exista. Es bien sabido que una mala práxis médica mata a un individuo, en tanto una mala práctica periodística puede llevar a un país al desastre, como puede ser una guerra a partir de noticias infundadas.
Usted y yo de conformidad con el mandato constitucional estamos en derecho de requerir información de cualquier oficina administrativa pública. El deber y el derecho a la información de un individuo no está en cuestión. Pero en el momento que hace de ese llevar y traer su modo de vida, está ejerciendo ilegalmente una profesión y el riesgo que esto supone para la colectividad no ha sido realmente dimensionado.
Don Mariano menciona en la nota expuesta en La Nación digital que supuestamente la jefa de este mercenario sabía de las andanzas de su subalterno, un señalamiento grave, particularmente ahora que se habla de relaciones impropias de directores, dueños de medios de comunicación y políticos.
Los periodistas y los ciudadanos honestos debemos cerrar filas y hacerlo ¡ya! Si es mi colega o tiene un periodista conocido, dígale por favor que reproduzca este comentario en su perfil, lo puede hacer usted aunque no sea comunicador profesional. La tarea de adecentar este noble quehacer es de todos y el silencio nos convierte en cómplices.
Fuente: Facebook, José Luis Valverde Morales.