Edgar Fonseca M., editor PuroPeriodismo.com
San José-Para afianzar su candidatura presidencial, Antonio Álvarez Desanti, quien hoy será proclamado oficialmente aspirante del PLN a los comicios de 2018, deberá “pactar” con el expresidente José María Figueres y ratificar el apoyo del también ex mandatario y Premio Nobel, Oscar Arias, estima el veterano observador político Vladimir de la Cruz.
“Necesariamente tiene que tomar en cuenta a José María Figueres, pactar con él y su grupo lo que corresponda en interés de su campaña y del tamaño de lo que Figueres representa. No hacerlo, no tomarlo en cuenta, en la campaña que viene es un error garrafal”, advierte de la Cruz.
“La participación activa del expresidente Oscar Arias, sin lugar a dudas, le puede dar una gran ayuda a la campaña de Antonio Alvarez. Los que objetan a Oscar Arias, y los que creen que su apoyo puede polarizar al votante, no entienden que sin este apoyo esta candidatura es más débil nacionalmente, por el prestigio, estima y reconocimiento que también se le tiene a Arias”, puntualizó de la Cruz.
Sus valoraciones las dio ante consultas de Edgar Fonseca M., editor de PuroPeriodismo.com sobre cuáles ve como fortalezas, debilidades y vulnerabilidad de la candidatura de Álvarez Desanti, político, empresario que enfrenta el desafío cumbre de su prolongada carrera tras derrotar en la convención interna al expresidente Figueres.
En la campaña por la primaria, Álvarez Desanti no solo cargó en cuestionamientos de transparencia a Figueres sino que descartó tomarlo en cuenta en una futura administración suya. “Costa Rica necesita un presidente que lleve la bandera de la honestidad”, insistió Álvarez horas antes de la convención.
Hasta el momento es el único exprecandidato con quien no se ha reunido tras la convención del 2 de abril. Ya lo hizo con Rolando González y Sigifredo Aiza.
Aún caliente el desenlace de la primaria, Figueres retó a Álvarez a unir el partido.
Arias le da fuerza nacional
-El apoyo de Oscar Arias, ¿suma, resta o polariza al votante respecto a la pretensión presidencial de Álvarez Desanti?
-Indudablemente, sin el apoyo de Oscar Arias, de lo que él significa para el partido Liberación y el país, de lo que podría considerarse el “arismo, Antonio Alvarez no hubiera ganado la candidatura oficial de Liberación.
Si algo dejó claro esa convención interna es que el arismo, como corriente política interna, es real, existente, es una fuerza moral significativa. Dejó claro también que es la única fuerza política interna en Liberación, que se refiere a un Presidente de la República, que sigue teniendo gran vigencia política y vigencia presencial en la vida nacional.
Dejó claro, también, que el “arismo” hoy es una fuerza superior al “figuerismo” histórico de don Pepe, de José Figueres Ferrer, y que este figuerismo puede seguir siendo como un gran paraguas para todos los liberacionistas sin que signifique una patente de corzo para actuar en su nombre para nadie, y que si José María Figueres, hijo del caudillo, de su mismo apellido, no hubiera sido candidato, ese “figuerismo”, no se hubiera sacado del baúl de los recuerdos liberacionistas, porque en el partido Liberación Nacional no hay nada que materialice ese pensamiento “figuerista” histórico. José María Figueres por sí mismo no es el “figuerismo” de Liberación Nacional.
A don Pepe y su figuerismo muchos lo sacan del relicario religioso, como lo que significan algunos de sus dirigentes históricos fallecidos, meras estampitas a las que se les pueden poner velitas. No hay nada interno en Liberación Nacional que cultive su pensamiento, el de estos líderes, o su obra.
La participación activa del expresidente Oscar Arias, sin lugar a dudas, le puede dar una gran ayuda a la campaña de Antonio Alvarez.
Los que objetan a Oscar Arias, y los que creen que su apoyo puede polarizar al votante, no entienden que sin este apoyo esta candidatura es más débil nacionalmente, por el prestigio, estima y reconocimiento que también se le tiene a Arias. Pero, además, porque Antonio no se diferencia por mucho de los valores e ideas, o de los planteamientos políticos y económicos, que sobre el desarrollo del país en este momento, tiene Arias.
Con Figueres deberá pactar
-¿Álvarez Desanti debe, por razones de unidad partidaria, sumar el respaldo de José María Figueres?
-José María Figueres en la convención interna resultó en el segundo lugar con una votación y un porcentaje nada despreciable. Su fuerza política es más compacta que la de Alvarez Desanti, que reunió principalmente a Oscar Arias y al arismo que él representa, y junto a Arias, sumó en imagen a la expresidenta Laura Chinchilla, en lo que ella pueda significar con figurones políticos de su gobierno, que se integraron al trabajo por Alvarez. Sumó los resabios de lo que podía ser el “mongismo” dentro de Liberación Nacional. Obviamente sumó lo que por sí pueda representar Antonio Alvarez que no se puede cuantificar, como sí le se cuantifica, por el resultado, lo de José María Figueres, lo de Rolando González o lo de Sigifredo Aiza. A ello sumó la presencia y la sombra de Johnny Araya, especialmente en el cantón central de San José, quien regresa a Liberación Nacional, sin que lo que aportara Johnny tampoco se pueda distinguir del “montón” de adherencias que tuvo Alvarez Desanti alrededor suyo. No hay arayismo, como corriente política interna en Liberación Nacional. Puede haber gente que le tenga estima y amistad a Araya, pero “pensamiento arayista” del todo no existe como postura filosófica política en Liberación.
Como político realista que es Antonio Alvarez ya sumó partidariamente a dos de sus contendores, a Rolando González y a Sigifredo Aiza. ¿Por qué no va a sumar a Figueres?
Sin Figueres, Antonio Alvarez apenas significa en fuerza organizada el 63% de los votantes de la convención del partido, con lo no llega a presionar ni siquiera para una segunda ronda electoral.
Necesariamente tiene que tomar en cuenta a José María Figueres, pactar con él y su grupo lo que corresponda en interés de su campaña y del tamaño de lo que Figueres representa. No hacerlo, no tomarlo en cuenta, en la campaña que viene es un error garrafal.
Hay que entender también, sin asustarse, porque es parte de la vida política, que la candidatura de Antonio Alvarez necesariamente tendrá que terminar de forjarse con pactos internos, con designaciones partidarias que resulten de esos pactos y acuerdos. Así es en todos los partidos políticos. Que nadie se llame a engaño ni satanicen esos posibles acuerdos.
La unidad partidaria es una necesidad al interior del partido como de imagen hacia el exterior, hacia el resto de los votantes, y de fortaleza institucional frente a los otros partidos políticos.
La diversidad de opinión que se expresó en los cuatro precandidatos para Liberación, tiene que cerrarse con la unidad de acción de todos para ganar la Presidencia de la República y aumentar el número de sus diputados, que serán, sin lugar a dudas, los grande retos y objetivos de la campaña electoral de Antonio Alvarez y del partido.
-¿Cuáles son los temas nacionales clave en que debería enfocar su campaña Álvarez?
-Los que él ya enfatizó en su precampaña, que ya los posesionó un poco en sus electores. Junto a estos, los que considere que de los otros candidatos debe incorporar como parte de sus planteamientos electorales, y los que finalmente, elaboren y planteen como grandes temas a desarrollar en un futuro gobierno liberacionista.
Todos los partidos políticos están obligados a presentar en el Tribunal Supremo de Elecciones un plan de gobierno. En éste no puede dejar de lado empleo, subempleo, empleo informal, lucha para disminuir la pobreza y la pobreza extrema, la educación, acceso, posibilidades y oportunidades para los jóvenes y todos los ciudadanos, fortalecimiento del INA, de la CCSS, lo de pensiones decorosas, dignas y decentes, lo de salarios, el empleo público; en política exterior asegurar la tradición costarricense, la lucha contra las drogas, la evasión y elusión fiscal, las políticas de vivienda, turismo, sector agrario, la infraestructura nacional y otros temas, que como estos, tiene que abordarlos y sentar muy claramente cúal es su visión, y qué propone para los próximo cuatro años, sin descuidar además la perspectiva de género y de otros grupos sociales.
La amenaza de la segunda ronda
-Hay quienes estiman que Liberación no llegaría al 40% en la primera vuelta del 2018 y, que, si pretende alcanzar ese porcentaje meta, debe sumar votantes más allá del partido. ¿Qué opina?
-Todos los partidos políticos que participan en las próximas elecciones tienen el reto de lograr sumar en sus filas más del 40% de los votantes, para asegurar de esa manera el triunfo en la primera ronda electoral.
Aquel partido político que esté pensando desde ahora que va a haber una segunda ronda, pensando además, que ese partido será uno de los que estarán para esa segunda ronda, ya perdió. Estará trabajando para ver si llega a la segunda ronda, pero no para ganar. Se ubicará de antemano como primer perdedor.
En la práctica todos los partidos luchan por ganar en la primer ronda. Es hasta que se tenga el resultado de las elecciones el que puede asegurar si va a irse o no a una segunda ronda, o bien porque las encuestas de enero así empiecen a detectarlo.
Sobre los 3.200.000 de electores inscritos, si votaran todos, se necesitan 1.280.000 para ganar, casi el total de votos que obtuvo Luis Guillermo Solís en su segunda ronda.
Si hubiera, como ha sido en los últimos procesos electorales, un abstencionismo del 30%, habrían 2.200.000 de electores y de ellos se necesitarían 880.000.
Esta cifra ya la obtuvo Laura Chinchilla, en su elección, de manera que Liberación Nacional puede volverla a repetir, pero tiene que trabajarla, aunque no sea aparentemente tan fácil hacerlo.
Ya Liberación cuenta con 420.000 electores de su convención, pero tiene que trabajar por lograr esos otros 400.000, o más que necesita asegurar para ganar el primer domingo de febrero.
Todos los demás partidos políticos están enfrentados a estos números para poder asegurar su triunfo, o para colocarse en posibilidad de ello, si hubiera una segunda vuelta.
De todos los partidos solo Liberación, la Unidad Social Cristiana y Acción Ciudadana están en esta posibilidad de disputa principal, salvo que suceda algo excepcional, en la política nacional, o con algún candidato que tienda a cambiar esta percepción de posibilidad, cambie a estos a estos partidos con sus candidatos y haga surgir otros.
El electorado está allí. Los partidos están allí. Todos tienen sus cañas de pescar como quien se acerca a sacar truchas. No todos pescan, o pescan lo suficiente, pero hay algunos que logran pescar mas que otros y otros que logran pescar mucho.
De la experiencia de segundas rondas en el país, la del 2002, que ganó Abel Pacheco, y la del 2014, que ganó Luis Guillermo Solís, el gran derrotado fue Liberación y sus respectivos candidatos.
La sombra de la segunda ronda no es halagüeña para Liberación aunque Antonio Alvarez Desanti sea su candidato. Para la segunda ronda, si se diera, será el candidato liberacionista, al que todos los partidos se sumarían a derrotar como ya ha sucedido.
No hay en el país prácticas, ni cultura política, de hacer alianzas reales y efectivas para esas segundas rondas, de los partidos que quedan para jugar esa final, sumando partidos, votos y pactando gobierno conjunto. Esta podría ser la diferencia en las elecciones del 2018 si se llegar a este escenario, la propuesta de un gobierno nacional en la segunda ronda gane quien gane. O, en extremo, que los partidos vayan a la segunda ronda anunciando su gabinete, a modo de presentar en esa contienda equipos de gobierno sobre los que los votantes decidan.
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