San José-El Presidente Luis Guillermo Solís no supo transmitir al país seguridad, confianza, ni visión de futuro, dice el politólogo José Alberto Rodríguez Bolaños, presidente de la encuestadora Demoscopía al analizar el mandato del primer gobernante que llevó al poder el PAC y que entra en su recta final.

Según Rodríguez, el mandatario pasó de “la revolución de las expectativas a la revolución de las frustraciones”.

Pero, añade, Solís puede salvar su imagen si apuesta a permear a los ticos de una perspectiva optimista y ejecutiva en lo que queda de su gestión.

Al presidente Solís, dice dicho analista, se le recordará como alguien bien intencionado, honesto y trabajador pero que no hizo avanzar al país como se debía.

Y de cara a la próxima contienda electoral de 2018, Rodríguez cree que Costa Rica no tragará el anzuelo de un aspirante “mesiánico” que le prometa a los ticos cambiar, de la noche a la mañana, su modo de vida.

“No es lanzarse a seguir una figura mesiánica, una especie de mesianismo político de un tipo que surgió ahí, que habla duro, que dice esto y lo otro y que se impone y que las masas lo van a seguir. Lo van a seguir algunos, pero no necesariamente lo van a seguir ese conjunto humano costarricense que tiene mucho que perder si el cambio es muy radical”, sostiene Rodríguez frente a quienes creen que en esta campaña se puede afianzar una candidatura antisistema.

Rodríguez hizo estas manifestaciones en una reciente entrevista con Edgar Fonseca, editor de PuroPeriodismo.com, en la que una encuesta de Demoscopía predijo con certeza el triunfo de Antonio Álvarez Desanti en la convención del PLN.

En la misma encuesta telefónica, realizada hace un mes, se consultó a los ciudadanos su impresión de la labor del mandatario a estas alturas: 51% la calificó de regular, 20% de buena, mientras que 24% la consideró de mala a muy mala.

Otra sondeo telefónico del Centro de Investigación y Estudios Políticos, CIEP, de la Universidad de Costa Rica, divulgado el cinco de abril por el Semanario Universidad, reflejó que las opiniones negativas sobre la gestión de Solís descendieron de 57,6% a 40,3% mientras las positivas llegaron a 28,7%

Sí, hay repunte pero…

-Repunta la imagen del presidente Luis Guillermo Solís, ¿qué es lo que está pasando?

-Tal vez un ordenamiento más de su equipo de trabajo. Tal vez una menor exposición en asuntos muy superficiales y poco trascendentes ante la opinión pública que le afectó muchísimo en la primera etapa de su gobierno. Y, hay que reconocerlo, hay áreas en las cuales el gobierno está trabajando. Hay que reconocer porque el mejor negocio para todos es que tengamos un buen gobierno independientemente de la orientación que sea a nivel político. Ese ordenamiento y ese trabajo en algunas áreas le está ayudando a rescatar su imagen de lo deteriorada que estaba.

-¿Qué es lo que han detectado ustedes en esos porcentajes de reconocimiento de crítica o de respaldo a la gestión del presidente Solís?

-En la última encuesta que realizamos encontramos que la imagen del presidente y su gobierno entraron en la zona de lo regular, hay un 24% que lo considera bueno o muy bueno, hay un 25% que lo considera malo o muy malo, pero hay aproximadamente 50% que lo ve como regular. Si comparamos ese dato con estudios de hace un año, la polarización hacia malo-muy malo, era muy superior, hasta un 40%, o más. Eso significa que en la percepción ciudadana, aunque la población no esté de todo satisfecha con la labor de gobierno y las criticas disminuyen, se han aminorado las tendencias de sanción. El gobierno, de una u otra manera ,está también realizando sus tareas, algunos proyectos, obras, etcétera., que la población lo valora aunque no esté satisfecha que no sea el mejor gobierno o que esté cambiando su visión negativa, pero hay un mejoramiento.

La “casa de cristal” y el show de la corrupción…

-¿Cuáles crees fueron los principales déficit de esta administración?

-Se conjugaron varios factores. Uno fue no tener necesariamente un muy buen equipo de apoyo. Creo que entró y se nombró muchas figuras de muy limitada experiencia o sin experiencia y eso no ayuda, es fatal. Por otra parte, el gobierno entró con una gran equivocación: que todo tiempo pasado fue malo. No reconocer y no dar continuidad a una serie de programas del gobierno anterior de doña Laura, que también venían del gobierno anterior de don Óscar, que tuvieron éxito y dieron buenos resultados, fue una equivocación. Cometieron errores de entrar al gobierno haciendo alarde de elementos insustantivos dentro del mundo económico, social, político de un gobierno. Se distrajo mucho la atención de la población hacia asuntos de total intranscendencia, tal vez una mala asesoría de la imagen del presidente y su equipo, tal vez una mala orientación de lo que es una estrategia como marca dentro del mercado político nacional. Esas distracciones sobre cosas insustantivas e inclusive a veces hasta ridículas, mellaron mucho la imagen presidencial.

-¿Algún ejemplo?

-Hay una colección de eventos: la famosa “casa de cristal”, la denuncia contra los actos de corrupción en la Casa Presidencial de una lista de elementos que ninguno era sustantivo e inclusive había elementos muy viejos. Fue una especie de show, poco profesional, un tanto simplón, exagerado y hasta irreverente de que habían sucedido hechos que en la práctica no había nada casi sustantivo, desviaron la atención de la población a lo intranscendente. El mismo PAC no ayudaba al gobierno, porque el PAC ha caído en graves contradicciones de todo lo que ha predicado sobre el tema anticorrupción, transparencia, y, además, ha caído en errores como partido. Todo eso más no tener un buen equipo de gobierno, lo afectó. Lo afectó no tener a la par de él una figura como Ministro a la Presidencia, que realmente hiciera un juego político fuerte.

Debe mostrar más carácter

-Pareciera que ha habido un viraje…

-Sí, creo que ha habido un viraje. De alguna manera, por ejemplo, en el campo internacional, aunque ha habido contradicciones absurdas como la de Naciones Unidas, que para mí fue un grave error, pero en otras dimensiones. La economía ha llegado a cierto grado de estabilidad en todo lo que es inflación y demás, esa serie de cifras dan la visión de que sí se está trabajando, y eso le está de alguna manera favoreciendo al gobierno y a su presidente.

-¿Cuáles son los principales desafíos para el presidente Solís en cuanto a mantener y preservar esta leve recuperación en cuanto a la confianza pública?

-El presidente tiene que mostrar un poco más de definición y carácter a la hora de manejar aspectos como, por ejemplo, los temas relacionados con la administración publica. Ese es un tema muy importante. Creo que en el tema de la tramitología se está avanzando pero se requiere una mayor decisión por parte del Gobierno. A la sociedad costarricense le gusta ese tipo de gobernante, presidente o ministro que tiene carácter, que dice claramente lo que hay que hacer y a dónde hay que dirigirse. Nuestra sociedad es codependiente. El 85% de los ciudadanos no participan en nada, la carga de comisiones, de grupos de desarrollo, de comités de mejoramiento comunal, está en manos del 20-15% de la población costarricense, ¿por qué?, porque la media costarricense cree en el Estado, en lo social, esa mano que va a llegar a ayudarle en algún momento, que le va solucionar el problema. Esa es una realidad que todo gobernante debe tener claro. Un gobernante que toma decisiones claras, que le da continuidad a programas como seguridad ciudadana, que ha tenido sus fuertes diferencias, sus crisis y demás, los proyectos prioritarios a nivel del Estado, que tiene que ver con los temas de administración pública, los sistemas de trámites. La visión del gobierno de una mejor relación con el sector privado, que fue una de las grandes fallas al inicio de este gobierno, cuando se lanzó un programa de empleo sobre un fundamento totalmente subjetivo, y casi, diríase, mágico y no se invitó a la empresa privada para que participara en ese programa de empleo, cuando la empresa privada es la que da más del 80% del empleo de este país, han sido grandes errores, que, de alguna manera, u otra, se han mantenido latentes, o más que latentes, manifiestos, en la gestión gubernamental.

¿Puede recuperar imagen?

-Se dice que el mandatario dilapidó en un santiamén un volumen de caudal político como pocos en la historia, luego del respaldo en segunda vuelta en 2014. ¿Cuáles crees son los principales retos para que pueda recuperar algo de ese caudal?

-Es algo que no se va a poder recuperar y eso debe ser terrible desde el punto de vista de la imagen y de la autoimagen, saber que por una razón u otra, una mayoría del pueblo me estaba apoyando y que después más bien lo que provoqué fue una serie de frustraciones, hice saltar a la opinión pública de la revolución de expectativas a la revolución de frustraciones. Eso no se va poder recuperar. Lo que sí se puede es mejorar la imagen como, aparentemente, según las estadísticas están diciendo, que de continuar el ambiente, el clima, que se está gestando en este momento, y de mejorar una serie de elementos, puede recuperar una parte de ese caudal perdido. En el caso de don Luis Guillermo no ha transmitido tanto a la sociedad costarricense, en general, como a los sectores empresariales y a otros, ese sentimiento de seguridad, confianza y de visión de futuro, optimista, que aunque nos obligue, porque así tiene que ser, a sacrificarnos y a esforzarnos mucho, veamos en ella un mejor tiempo, un mejor espacio de vida, una mejor época de vida. Ese es un elemento donde se ha fallado mucho en este país. Hemos tenido políticos, don Abel que era el pesimismo cotidiano, donde no creó el más mínimo entusiasmo hacia el futuro. Don Luis Guillermo, uno de sus grandes retos es casualmente no solo continuar con lo que está haciendo positivamente sino también transmitir el entusiasmo a una población para que lo vea en otra perspectiva, un poco más cercana a lo que es un estadista y no a un gobernante más de la historia.

-¿Cómo recordará la historia la gestión de Luis Guillermo?

-Todavía le falta un año y en un año pueden pasar varias cosas. A pesar que su imagen está en la zona de la tolerancia, en términos de percepción, todavía, si hoy se acabara el período, la historia lo recordaría como alguien que tenía buenas intenciones, que es una persona honesta, porque no se le puede criticar en lo más mínimo el tema de la honestidad. ¿Qué es trabajador?, es trabajador. Pero, es muy posible que, tal vez, lo vería en un tiempo en el cual no se avanzó como tenía que avanzarse, no se mejoró como tenía que mejorarse y que empezó con una gran expectativa y creó una desconfianza de la población y la acrecentó en lo que es los partidos y principalmente en la figura del gobernante y su gobierno, porque la duda está más en crecimiento ahora que hace unos años atrás. ¿Que en un año pueda mejorar y cambiar?, ¿por qué no?. Claro que sí, pero eso significa ordenarse en muchos aspectos y jugar con otro tipo de decisiones y no entrar en contradicciones como usualmente ha sucedido.

————————————————————————————————————————————————–

 

1 COMENTARIO

Comments are closed.