Edgar Fonseca, editor PuroPeriodismo.com
San José-El costarricense no está para tragar el anzuelo de un líder mesiánico que le prometa, de la noche a la mañana, un cambio radical en su modo de vida, advierte José Alberto Rodríguez, presidente de la firma encuestadora Demoscopía.
“No es lanzarse a seguir una figura mesiánica, una especie de mesianismo político de un tipo que surgió ahí, que habla duro, que dice esto y lo otro y que se impone y que las masas lo van a seguir. Lo van a seguir algunos, pero no necesariamente lo van a seguir ese conjunto humano costarricense que tiene mucho que perder si el cambio es muy radical”, sostiene Rodríguez frente a quienes creen que en esta campaña se puede afianzar un aspirante antisistema.
-Hablamos de la eventualidad de un retorno de Liberación en las elecciones de febrero de 2018. ¿Se podría plantear una opción alternativa?
-Sí, claro.
Las incógnitas de hoy
-¿La ves en el espectro político o fuera de ese espectro?
En política es muy difícil proyectarse a un año y decir: “no va a surgir nadie”. Eso no se puede hacer. Habrá quién lo haga, yo no. No veo de las figuras que en este momento hay y viendo a su vez la figura, que hay gente buena, y viendo el partido, veo un poco difícil, la tienen difícil, porque el PAC era en su momento, ese grupo que se subía la gente, votaban y se volvían a bajar y seguía el grupo, digamos tuvo todo ese romanticismo, tuvo ese enamoramiento, eso creo que lo ha perdido. El Frente Amplio es una incógnita, la cual hay que esperar un poco para ver hacia dónde va crecer o cómo va crecer. El PUSC es un partido que está estacionado en el 8%, podría crecer, eventualmente sí. ¿Podrá llegar al 30% en un año plazo?, lo veo difícil. Veo muchas incógnitas, es un partido internamente un tanto seccionado.
La “marca” Chang, no da garantía
-¿Y la eventualidad de que de que emerja un candidato, una figura antisistema?
-Sí, un carismático por ejemplo, pongámosle así, pongámosle el nombre, surgió un individuo con un gran carisma que logró arrasar en un año y atraer; para ver, esperar. No pienso en este momento de las figuras que han estado vinculadas a la política. Hay figuras que en todas las encuestas aparecen en primer lugar en prestigio, Franklin Chang, por ejemplo, por ponerte un caso. Pero a Franklin Chang no lo veo, no me lo imagino y, además, eso tampoco es garantía, porque una cosa es ser marca en el mundo de la ciencia, en el mundo del conocimiento y que todo el mundo lo reverencia porque se le ha conquistado, y otra cosa es pasarlo de marca ahí a convertirlo a él en una marca política. ¿Garantiza eso que la gente lo va seguir?, no necesariamente.
El riesgo de un emergente
-Se está hablando de la eventualidad de un emergente antisistema, antipolítica. ¿Es factible para este proceso electoral?
-Veo factible que surja alguien y que comience a crear y a labrar espacio hacia el futuro. No lo veo para el próximo año. El plazo es muy corto y esta es una población que no la siento, por estilos de vida, por confort, por la visión de “quiero estar tranquilo”, que la gente en este país tampoco se incomoda mucho o no se quiere incomodar. Por una serie de razones quieren una vida tranquila, más que felicidad es tranquilidad. Además, con la experiencia también de una última elección donde la gente se volcó de una manera entusiasta y con grandes expectativas al cambio con don Luis Guillermo, y todos los problemas y dificultades que ha tenido en su gestión, que con las mejores intenciones, la mejor voluntad, trabajo y todo lo que uno quiera, pero ha tenido grandes dificultades, y, además, grandes torpezas también en el manejo de la imagen, no veo una población tan entusiasmadamente lanzándose a un nuevo cambio o radical. Este país, por ahora, no es de radicalismos; históricamente no lo ha sido.
-¿Hacia dónde lo ves?
-Lo veo un poco más volver hacia, no tanto hacia el bipartidismo porque es muy temprano para volver hablar de eso, sino lo veo más orientado a cierto tipo de opciones que le brinden un poco más de seguridad, y no es lanzarse a seguir una figura mesiánica, una especie de mesianismo político de un tipo que surgió ahí, que habla duro, que dice esto y lo otro y que se impone y que las masas lo van a seguir. Lo van a seguir algunos, pero no necesariamente lo van a seguir ese conjunto humano costarricense que tiene mucho que perder si el cambio es muy radical, que no están mentalmente preparados para tirarse a una tendencia porque, además, el espacio nuestro como que no está transmitiendo esa imagen para el ciudadano promedio. Más bien lo vería apuntarse hacia una causa política que me brinde seguridad, que me brinde mejoramiento, que continúe con cosas buenas que se han hecho en todos los gobiernos, incluyendo este obviamente, etcétera, que me ofrezca cosas más para mi vida cotidiana, para mí, para mi familia. No los veo apuntándose a causas que son un gran signo de interrogación. La población no está para eso. La frustración que ciertos sectores han tenido porque esperaban mucho del cambio y no lo han obtenido, no los veo.
-Mucho de lo que este análisis que estás haciendo dependerá del candidato que emerja de Liberación.
-Exactamente. La campaña de Liberación de este proceso ha sido muy tranquila. No ha sido una campaña con ataques, lo cual ha sido bueno. Ha sido una campaña, hasta cierto punto, como cuidadosamente estructurada, pero si usted lo ve, es decir, todo está planteado no de la convención propiamente dicha, sino de febrero de próximo año. Eso no es garantía de nada, pero es una visión. Creo que es la última oportunidad que tiene Liberación Nacional de mantenerse como una estructura política sólida, fuerte. Un próximo gobierno muy bien hecho de Liberación Nacional va a modificar mucho el escenario costarricense. Un período próximo de Liberación Nacional mediocre, medias tintas, temeroso, timorato, creando desesperanzas en vez de esperanza, que es un gran problema que tenemos los ticos en este momento, muy fuerte, no es una sociedad en el optimismo estructural, no. Cada quien tiene expectativas de que dentro de cinco años va a estar mejor, pero si cuando le preguntamos a la gente, ¿cómo va estar Costa Rica dentro de cinco años?,: “igual o peor”, ¿usted?,: “ah yo voy a estar mejor”.
Los réditos del PAC…
-¿Le ves réditos al PAC de retomar el poder?
-No le veo muchos réditos. El PAC fue un gran ómnibus, que llegó a una parada antes de las elecciones, venían con un 8%, 15 días antes hizo una parada y ya tenía 12, 13, 14%, hizo una parada una semana antes y se llenó más, y el día de las elecciones se llenó mucho más; casi ganan las elecciones cuando fue Ottón Solís y Óscar, casi la gana, 15, 22 días después, ya se habían bajado la gran mayoría, y siguió con el 8, 5%, 7%. Esta vez estamos parecidos. Lo veo un poquito más fortalecido ahora con un 7% más o menos, que está bien, pero que vaya a suceder lo que sucedió en la última campaña, lo veo, no digo que imposible, pero lo veo improbable. Hay que recordar que en la última campaña la gente no solamente votó por don Luis Guillermo, también votó contra Liberación Nacional. Ahí hubo una división, los que votaron a favor y los que estaban votando en contra de Liberación por todo lo que sucedió, que era una forma de vengarse de un forma de ver un partido y una política del antiguo régimen.
-¿Qué te dice tu olfato en estos momentos del comportamiento de este electorado?
-Diría que se va inclinar mucho en lo que podríamos llamar un partido proyecto, un partido empresa, un partido que tenga unas propuestas muy concretas en sectores muy específicos, con un buen liderazgo, con una buena imagen de candidato y, al mismo tiempo, sembrando un factor muy importante que es visión de futuro, esperanza en la población, en sentido ya práctico, no el gran discurso metafórico y demás, pero que no cala. Sé que hay nombres que están surgiendo ahí de los nuevos mesías de la política, pero esos nuevos mesías, creo que, si persisten, de pronto podrían tener una participación de mercado más grande dentro de unos años, no los veo conquistando un posicionamiento de mercado muy alto ahora. Algunas de esas figuras también son figuras que tienen cuestionamientos fuertes, que tienen críticas duras a nivel nacional. Tampoco veo a alguien que está saliendo de la nada, con gran potencial profesional, con una gran capacidad de inteligencia, con una ética respetable, etcétera, y con un grado de confianza. No veo a alguien así, aunque no tenga nada contra los nombres que aparecen ahí, pero no los veo tan completos como para poder conquistar esa cuota de mercado, porque el costarricense ya duda mucho de eso”.