Edgar Fonseca, editor PuroPeriodismo.com
San José-La maniobra política del candidato presidencial del PLN, Antonio Álvarez Desanti, para llevar a la presidencia del Congreso al diputado evangélico, Gonzalo Ramírez, el pasado primero de mayo, le puede resultar más costosa de la cuenta, advierte Vladimir de la Cruz, veterano observador político e ideólogo de izquierda.
“Antonio Alvarez puede perder mucho más políticamente en el interior de su propio partido, a sus aliados y motores más importantes de su precampaña, que tampoco ven con buenos ojos los bochornosos sucesos del lunes”, sostiene de la Cruz en la segunda parte del análisis de la controversial elección.
El también exembajador en Venezuela, administración Arias, 2006-2010, censura la señal política que envió Alvarez al país. “El mensaje que envió al país, al electorado nacional, no solo al liberacionista, que así como manejó la Asamblea Legislativa en dichas sesiones, así va a manejar el país, en caso de ganar… a su conveniencia, la de su partido o la de sus aliados, por más espirituales que parezcan, aunque no muy respetuosos algunos de ellos de las leyes y de los procedimientos”, dice de la Cruz.
“La elección del directorio legislativo se convirtió en un espectáculo, bochornoso y vergonzoso, que lejos de contribuir a fortalecer la imagen y la calidad de los diputados, y de la propia Asamblea Legislativa, como poder de la República y como suprema institución de representación popular, sirvió para evidenciar la forma marrullera e irresponsable con que se actuó en esa sesión parlamentaria, además que evidenció el papel poco decoroso, y poco consecuente, de algunos diputados y fracciones partidarias respecto a sus bases parlamentarias y frente al gran electorado nacional”, añade.
De la Cruz analiza las implicaciones de ese capítulo político a pedido de Edgar Fonseca, editor de PuroPeriodismo.com. En una primera parte difundida el lunes, denunció la “vergonzosa” actitud de la fracción izquierdista del Frente Amplio, al que considera el gran perdedor tras lo acontecido con poco que ofrecer al electorado en los próximos comicios.
Un presidente ¿”tureca”?
Según dicho analista, el diputado Ramírez le debe a Antonio Alvarez su presidencia legislativa. “¿Cómo se la va a pagar?, pregunta, a la vez que advierte que el partido evangélico Renovación Costarricense: “puede llegar a convertirse en una tureca de Liberación Nacional, o en un distractor de votos de los otros partidos”.
También cree que, al apadrinar a Ramírez, esposo de la vicealcaldesa josefina, Alvarez saldó los compromisos adquiridos con el alcalde Johnny Araya en la campaña del 2014, Según de la Cruz, Araya se alió a los grupo cristianos para llegar nuevamente a la alcaldía.
“Para su objetivo prácticamente se incorporó a sus cultos y prácticas religiosas”, dice.
Y según de la Cruz, Alvarez “fue iniciado en ellos antes de la controversial elección del primero de mayo.
“Alvarez llegó a declarar que el diputado Ramírez era su mano derecha, casi en éxtasis, más que político”, destaca.
“No había otro candidato para él, y cuando lo llegó a sugerir, como una fórmula intermedia, frente a los dos que había, fue para debilitar más al grupo que apoyaba la candidatura de Ottón Solís”, añade.
Mucho que perder
Pero la maniobra le puede salir a Álvarez, más cara de la cuenta, estima de la Cruz. “Alvarez puede perder mucho más políticamente en el interior de su propio partido, a sus aliados y motores más importantes de su precampaña, que tampoco ven con buenos ojos los bochornosos sucesos del lunes, y cuando aún no ha terminado Antonio Alvarez de medio amarrar a sus contendientes, como José María Figueres que tampoco ha visto con simpatía lo sucedido en la Asamblea Legislativa”.
Tampoco la jerarquía de la iglesia Católica nacional debe estar muy feliz con todo esto, dice de la Cruz. “No le ha de agradar el protagonismo que adquieren las asociaciones religiosas, como las que existen en la Asamblea Legislativa, que le han restado más de un 20% de feligresía, por lo que la lucha inter religiosa adquirirá cierto relieve en esta campaña electoral”, prevé.
“Con este Gobierno, de Acción Ciudadana, hubo un ministro de la Presidencia, que era obispo de una manifestación religiosa no católica, y ahora con Liberación Nacional, en la Asamblea Legislativa, y su candidato presidencial, hay un presidente legislativo, que aunque no tenga ese rango de obispo es un alto dirigente de un club religioso, por lo que la iglesia Católica influirá en sus feligreses para que se orienten mejor políticamente, en el campo de las corrientes espirituales, que se expresan en los otros partidos políticos ante la próxima campaña electoral. ¿El PUSC será la alternativa para la iglesia Católica?, plantea de la Cruz.
Para dicho analista, en la elección del directorio se impuso “la gran astucia” del candidato del PLN “frente a los diputados que quería halagar, dándoles oportunidad de lograr acuerdos, pero engañándolos en su objetivo”, tras una maratónica sesión que resquebrajó voluntades y la unidad que existió, hasta mediodía de ese lunes, alrededor de la figura de Ottón Solís.
Pero no solo Álvarez tuvo influencia en los acontecimientos. Con Alvarez estaba toda la fracción y la cúpula del partido Liberación Nacional, “empezando por su secretario general, que además es primo del diputado Ramírez, y estaba posiblemente interesado que la presidencia legislativa quedara en la familia…cristiana, más que en la política”, puntualiza.