Edgar Fonseca, editor PuroPeriodismo.com
La iniciativa del alcalde Johnny Araya de posicionar “SJO Vive” como marca-capital ante el mundo parece bien intencionada, ambiciosa pero riesgosa.
Bien intencionada. El alcalde es conteste con lo que ha sido una decisión política inequívoca suya de elevarle los quilates a una capital que corría el riesgo de sumergirse en su caos cotidiano.
Esa decisión de repoblar áreas céntricas, de promover el desarrollo habitacional, comercial, vertical, a lo largo y ancho de sus costados; de atender la inseguridad que la desborda; de reforzar su limpieza, ha dado frutos, quizá parciales. A veces se palpan, a veces desaparecen.
Consolidar San José como imán de frecuentes eventos culturales, recreativos, deportivos; la feliz iniciativa de una maratón internacional de medio año; la ya sólida tradición del admirado Festival de la Luz de fin de año, son, en mucho, el resultado de ese empeño suyo por hacer de la capital, un sitio más amigable.
Ampliar las áreas peatonales; la extensión de los bulevares, el Paseo Chino, tan vilipendiado, la ciclovía, corresponden a una sana preocupación por oxigenar áreas neurálgicas josefinas, atiborradas de comercios, de paradas de buses, de tilicheros, y generar mayor atractivo en la visitación y permanencia en el corazón de la capital.
Lentamente, el ciudadano se percata de pequeñas esquinas, aislados “oasis”, donde puede apreciar lo que no fue arrasado de la infraestructura histórica josefina, y, así, disfrutar del entorno.
Entonces de la Sabana y el Paseo Colón, en el oeste, hasta los confines de la vieja Aduana y barrio Escalante, en el este; de los bulevares, y demás paseos peatonales, a los museos, y pequeños parques que sobreviven incrustados, heroicos, en el desierto de parqueos, el visitante, quizás, sin notarlo, puede saltar de una a otra esquina de una capital un poquitín más llamativa.
La iniciativa es ambiciosa. “Presentamos la Marca-Ciudad, SJO- VIVE que busca posicionar a nuestra capital a nivel nacional e internacional. Queremos reafirmar la identidad de San José, su historia, el presente y sobre todo el futuro de una ciudad que quiere ser más destino que camino”, promete el alcalde. Eleva la barra de objetivos. Igual puede resultar la frustración.
Se corre su riesgo.
- Por ventura, y por estrategia país, no solo San José sino el resto del territorio es un hervidero de visitantes de todas las procedencias. Son 3 millones de gentes que encuentran un “no sé qué” en esta Costa Rica”, para decidirse a hacer aquí su inversión turística, y hasta otear permanencia. ¡Bienvenidos! Que pronto sean 3 millones más. Pero estamos bastante lejos de consolidar ese embrujo.
- La ciudad sigue siendo tremendamente insegura. El delito menor, cuando no de mayor envergadura, se enseñorea contra cualquiera, con el turista como su primera víctima. Para la estrategia “SJO vive”, el refuerzo de la seguridad es clave.
- Debe multiplicarse la presencia de la Policía Municipal y de la Turística en sitios sensibles como las paradas hacia los destinos más apetecidos. De paso, eso protege al resto de ciudadanos. La capital debería contar de una red de quioscos informativos, o toldos móviles, que orienten y guíen a decenas de incautos turistas a quienes los operadores turísticos dejan a la “buena de Dios” por esas calles.
- La capital es un dormitorio a “cielo abierto” de indigentes. No hay rincón que no se salve. Eso la afea, arrastra inseguridad y desnuda una cruda realidad. El fenómeno desbordó la acción de la alcaldía. La campaña debe tomar en cuenta medidas de contención más agresivas que, primero, limpien las principales arterias de los habituales, y, en colaboración interinstitucional explorar su reinserción social. Hacerse de la “vista gorda”, no va con una pretenciosa campaña como la lanzada.
- Una capital sucia espanta a todos. La campaña debe tener entre sus prioridades un programa permanente que haga rechinar de limpieza las calles, avenidas y cuadras, atestadas de desechos y malos olores, según el tramo que usted circunde.
El alcalde debe tener muy claro estos y otros desafíos. Algunos son males crónicos, no fácilmente extirpables. En el tanto se prolonguen como plagas, conspiran contra una marca de excelencia como la que se propone para la capital, y, en ese tanto, su iniciativa estará bajo riesgo.
Punto final-Después del papelón oficial de hace dos años, viene el FIA, trompeteado como la “octava maravilla” del arte, de la cultura y el entretenimiento urbano. Será una gran oportunidad de probar a la capital como la ciudad amigable de que nos habla “SJO vive”.