El “gran escape” de John Hull de Costa Rica

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  • El poderoso hacendado estadounidense John Hull, figura clave en Costa Rica de la guerra de la administración Reagan contra el régimen sandinista, escapó del país en 1989 en avión, supuestamente con la ayuda de un piloto que trabajó para la DEA. Pero una investigación del Departamento de Justicia no probó nexo oficial al caso ni que hubiese delito.                                                  
  • El Fiscal General, Jorge Chavarría, confirmó ayer estar enterado de la reciente muerte de Hull a quien investigaron por el  “presunto delito de actos hostiles, por aparentemente, facilitar las pistas de aterrizaje en una finca donde residía en Muelle de San Carlos, para que aterrizaran avionetas con aparente droga y, a cambio, recibir armas para la “Contra” de Nicaragua”. La causa prescribió, dijo Chavarría

 

Edgar Fonseca, editor PuroPeriodismo.com

El controversial hacendado estadounidense John Hull, figura clave en Costa Rica de la guerra de la administración Reagan contra el régimen sandinista, quien acaba de fallecer a los 96 años, escapó del país en 1989 en un avión guiado  por un piloto que, supuestamente, trabajó para la agencia antidrogas de EE.UU. pero una investigación del Departamento de Justicia no probó la relación de un oficial al hecho ni que se cometiera delito.

Así lo consigna el sitio Consortiumnews.com que dirige el reconocido periodista investigador Robert Parry.

Según Parry, un informe de 1998 del Inspector General del Departamento de Justicia, Michael R. Bromwich, reveló que Hull salió de Costa Rica a Haití y luego a EE.UU., en un avión volado por un piloto que, presuntamente, trabajó para la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos.

El informe, sin embargo, no confirmó la presunta participación de un agente en el caso y concluyó que no se cometió ningún delito, ratificó Parry, editor de Consortiumnews.com.

“La DEA libró al agente de cualquier acto ilícito. Bromwich refrendó ese hallazgo como “razonable”, dice el sitio.

El hallazgo de Bromwich lo reseña el sitio en una versión que mantiene desde el 9 de diciembre de 2012.

La revelación de Bromwich sobre la fuga de Hull –añadió el editor Parry– fue una de las que trascendieron de investigaciones federales reveladas en una serie de reportajes del periodista investigador Gary Webb en el diario San Jose Mercury News en 1996. Webb se suicidó en 2004. La versión original del escape de Hull se publicó el 2 de agosto de 1998.

Webb reveló en el Mercury News la supuesta conexión de traficantes de cocaína con representantes de los “Contras”, fuerzas guerrilleras financiadas por EE.UU., que combatieron al régimen sandinista desde Honduras y Costa Rica.

“Por la mejor parte de una década, una red narco del Área de la Bahía de San Francisco vendió toneladas de cocaína a las pandillas callejeras Crips y Bloods de Los Ángeles y canalizó millones de dólares en ganancias de drogas a un ejército guerrillero latinoamericano dirigido por la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU.”, narró el periodista Webb en su primera entrega el 18 de agosto de 1996. 

Las revelaciones de Webb derivaron en una investigación del Inspector General, Bromwich, quien concluyó: “Los artículos de San José Mercury News que impulsaron esta investigación contenían alegaciones que, de ser ciertas, serían extremadamente impactantes”, según un informe del 17 de diciembre de 1997.

Durante años, según Consortiumnews, testigos relacionados con la “Contra”  habían citado la hacienda de Hull en Costa Rica como un punto de supuesto transbordo de la cocaína que era enviada  a los Estados Unidos.

“Fantasía y conspiración”

Robert Bobby Nieves, exagente especial de la DEA, entre 1973 y 1995,  quien operó en Costa Rica y fue jerarca de operaciones internacionales de la agencia, calificó de “fantasía y conspiración” la supuesta relación de las fuerzas “Contra” con el narcotráfico internacional. Así lo dijo en una entrevista que concedió a la cadena televisiva estadounidense PBS en 2000.

-(En Costa Rica) tuviste conocimiento de lo que estaba sucediendo en la región en relación con el narcotráfico. ¿Qué estaba pasando en ese momento?, le preguntó PBS a  Nieves y contestó:

“Fuerte transbordo colombiano de drogas pasaba a través de Costa Rica. Y se hicieron enormes casos … Estábamos ocupados haciendo casos reales y no persiguiendo envíos de fantasía que la gente imaginaba que estaban teniendo lugar allí. Todos estos informes fueron analizados, todos estos problemas fueron encontrados no corroborados y sin fundamento. No había una línea organizada “Contra” de abastecimiento de narcotraficantes a través de Costa Rica. Simplemente no estaba allí. Es una fantasía, es una conspiración”, sostuvo Nieves, quien atacó las versiones del periodista Webb.  “Es un teórico de la conspiración”, dijo Nieves.

PBS le preguntó a Nieves sobre Hull.

-Todos estos informes sobre las noticias de CBS (acerca de) John (Hull), en Costa Rica, (quién) era un operador de la CIA moviendo drogas, preguntó PBS y Nieves respondió:

– ¿Cómo lo sabes? No sé si John Hull lo fue o no lo fue. Sé que si se ha comportado tan mal como dicen, ¿por qué no está en la cárcel? … Las personas se portan mal, se obtiene la prueba, (y) van a la cárcel. Y la conclusión es (si) no hay ninguna prueba. . . nadie va a la cárcel. Así que la teoría de la conspiración se nutre de la noción de que usted puede seguir desenterrando esta suciedad y agregar todos estos ángulos y vueltas a una historia porque tiene valor político.”

Hull nunca fue a juicio por estos hechos y siempre rechazó los cargos en su contra. Falleció el pasado 19 de julio, según reveló el sitio evansvilleliving.com, de Evansville, Indiana, su estado natal.

El sitio no mencionó el lugar de su fallecimiento, ni el sitio ni la fecha de su funeral.

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Ver especial: John Hull, leyenda y enigma, PuroPeriodismo.com

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Tras su escape de Costa Rica, retornó a Gibson County, Indiana, y desde hacía 15 años se había establecido en una remota hacienda en la región Maya de Tizimin, distante 160 kilómetros, tres horas en auto, del enclave turístico de Cancún, Yucatán, México.

Se dedicaba a criar 800 cabezas de ganado Brahman y a dar asistencia médico-social a los indígenas junto a su esposa la costarricense Emie León Hull, con quien llevaba 28 años de casado.

Hull, sufría de Parkinson y de afecciones cardiacas. En 2009 concedió una amplia entrevista a la revista Evansville Living, en la que detalló las actividades de “bajo perfil” a que estaba dedicado tras abandonar Centroamérica en medio de la convulsión de la guerra de los años ochenta en que se vio involucrado.

A Costa Rica llegó, con su papá,  en 1969 y con el tiempo llegó a desarrollar actividades en unas 4.856 hectáreas a lo largo de poblados limítrofes, según dijo en la entrevista. Residió en Muelle de San Carlos.

Fue vinculado con la denominada estrategia Iran-Contra que impulsó la administración del desaparecido presidente Ronald Reagan durante los años ochenta para derrocar al régimen sandinista. Hull fue relacionado con  la figura del teniente-coronel Oliver L. North, asesor estrella de seguridad de aquella administración en la guerra “Contra”.

La Fiscalía General de Costa Rica investigó a Hull por el “presunto delito de actos hostiles, por aparentemente, facilitar las pistas de aterrizaje en una finca donde residía en Muelle de San Carlos, para que aterrizaran avionetas con aparente droga y, a cambio, recibir armas para la “Contra” de Nicaragua”, confirmó ayer jueves el Fiscal Jorge Chavarría a consultas del periodista Edgar Fonseca.

Chavarría está enterado de la reciente muerte de Hull. “El jerarca sí conocía de la muerte del señor John Hull”, dijo Tatiana Vargas, portavoz de la Fiscalía.

“Hull se fue de Costa Rica y el caso penal ya prescribió”, añadió Vargas.

Fue detenido el 13 de enero de 1989 y estuvo preso tres meses.

Al momento de su detención las autoridades del OIJ dijeron que lo arrestaron por cargos de supuesto tráfico de drogas y de armas y de espionaje a favor de la “Contra”, reportó entonces la agencia AP.

A finales de 1989, un informe del fiscal Chavarría vínculó a Hull y a otro individuo al atentado de La Penca, reportó en aquel momento The New York Times. Hull rechazó la vinculación.

Fue en julio de ese año que Hull abandonó el país sin dejar rastro.

El informe Bromwich

Consortiumnews consignó que el informe del Inspector General  Bromwich mencionó que la DEA preparó un informe de investigación sobre una presunta evidencia de la operación narco en la hacienda de Hull en noviembre de 1986.

En ella, un informante describió una presunta descarga de cocaína colombiana  en una pista de aterrizaje en la hacienda. La droga supuestamente fue ocultada en un cargamento de camarón congelado y transportada a los Estados Unidos, dijo el informante.

El supuesto cargador costarricense de mariscos en Puntarenas, era una empresa controlada por un cubano-estadounidense. En 1985-86, el Departamento de Estado había seleccionado a la compañía de camarón para manejar $ 261,937 en ayuda no letal destinada a los Contras, citó Consortiumnews.

En 1987 –agregó–  la DEA de Miami abrió un expediente sobre el empresario, pero pronto concluyó que no había ningún caso. Sin embargo, a medida que aparecieron más pruebas en 1987, el FBI y la Aduana acusaron al empresario de presunto tráfico de drogas y lavado de dinero.

Hull permaneció intocable durante una investigación del senador John Kerry, sostiene Consortiumnews.

En enero de 1989, sin embargo, las autoridades de Costa Rica finalmente actuaron. Lo inculparon por supuesto tráfico de drogas, contrabando de armas y otros delitos. Hull fue encarcelado, un movimiento que indignó a algunos congresistas estadounidenses, dice el sitio.

Una carta, firmada por el representante Lee Hamilton, un demócrata de alto rango de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara, y otros miembros, amenazó con cortar la ayuda económica de los Estados Unidos si Hull no era puesto en libertad, añade.

Costa Rica cumplió, liberando a Hull en espera del juicio. Pero Hull no esperó su día en la corte. En julio de 1989, subió a un avión, voló a Haití y luego a los Estados Unidos.

Según Consortiumnews, Hull tuvo otro respiro el 10 de octubre de 1990 cuando un jerarca tico supuestamente comunicó a la embajada de Estados Unidos que no se podía detener la solicitud de extradición, pero “que no quería procesar a su amigo”, cita el sitio.

Los funcionarios de la embajada recibieron el mensaje y enviaron  un cable señalando que… “esperaba claramente que Hull no sería extraditado”. La administración de Bush  rechazó las solicitudes de extradición de Costa Rica, liquidando el caso contra Hull, sostiene Consortiumnews.

El piloto se desdijo

El informe Bromwich reveló que detrás de las escenas, otro drama estaba jugando: una investigación interna sobre si el personal de la agencia había conspirado para frustrar el procesamiento de drogas de Hull, amplió dicho medio.

Esa fase de la historia –agregó– comenzó el 17 de mayo de 1991, cuando un periodista costarricense dijo a un funcionario de la DEA en Costa Rica que Hull se jactaba que un agente especial antidrogas había ayudado en el vuelo de 1989 a Haití.

La DEA lanzó una investigación interna. El agente, cuyo nombre fue retenido en el informe de Bromwich, admitió haber conocido a Hull pero negó haberle ayudado a escapar.

El inspector que investigó se enteró, sin embargo, que uno de los informantes del agente, un piloto, había volado el avión que llevó a Hull. Cuando se entrevistó el 23 de julio de 1991, el piloto dijo que el agente le había pagado entre $ 500 y $ 700 por llevar a Hull a Haití a bordo de un Cessna, consigna el sitio.

En Haití, dijo el piloto, se encontraron con otro piloto de la DEA y con un amigo del agente. El piloto  regresó a Costa Rica y el amigo  voló con Hull a Estados Unidos, agrega el medio.

El piloto supuestamente revirtió su historia inicial. “De repente estaba reclamando que el agente no sabía que Hull estaba en el Cessna. Más tarde,  enmendó la historia de nuevo, diciendo que el agente le dio $ 700 para pagar el combustible del Cessna, pero sólo para el vuelo de regreso”, añadió Consortiumnews.

El piloto  afirmó que fue el amigo del agente, quien le pidió  que sacara a Hull fuera de Costa Rica, no el agente. Añadió que asumió la tarea porque sentía que la CIA había abandonado a Hull.

Sin embargo, el piloto  también reconoció que había recibido una llamada de Hull molesto ya que quería limpiar al agente bajo sospecha, consigna Consortiumnews.com.

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