Monteverde, epicentro del cambio climático

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Edgar Fonseca, editor PuroPeriodismo.com

“Antes de vivir en Costa Rica, el cambio climático se sentía como un evento futuro. Pero justo aquí, ahora mismo, me doy cuenta de que estamos viviendo en el punto de ruptura. Lo vi en noviembre pasado en el primer huracán que golpeó a Costa Rica en la historia registrada. Pasó al norte de nosotros, dejando destrucción en su estela. Lo veo en el grifo de la cocina seca y en el camión cisterna que conduce nuestro inusualmente polvoriento camino para llenar los tanques de agua de la escuela de mis hijos porque Monteverde, el bosque nuboso de todos los lugares, se ha quedado sin agua”.

Así narra la escritora estadounidense Katie Quirk, en la revista Slate, su experiencia de los efectos del cambio climático en las montañas de Monteverde, Puntarenas, de fama mundial por su rica biodiversidad.

“Aquí, el cambio climático era una preocupación obvia y urgente. Cuanto más conocía a los residentes de Monteverde, más noté que todo el mundo estaba preocupado. Los biólogos, los agricultores, los camareros de los restaurantes y hasta los taxistas hablaban con preocupación no sólo del famoso sapo dorado de Monteverde, cuya extinción fue la primera atribuida por los científicos al calentamiento global, sino también sobre los cambios climáticos de Monteverde. Aunque la zona está recibiendo más lluvia cada año, esas lluvias ahora están llegando en ráfagas menos regulares y más intensas, dejando períodos secos más largos. En otras palabras, el bosque nuboso está perdiendo sus nubes, y esa manta protectora de humedad en la que Monteverde siempre ha confiado se está rasgando a harapos”, cuenta Quirk quien llegó a la zona junto a su hijo procedente de Maine, EE.UU.

  • Katie Quirk es la autora de la novela de nivel-medio llamada A Girl Called Problem. Ella escribe en warmerthancanada.com sobre la brecha familiar tras residir en el extranjero y trabaja en una memoria sobre criar a su hijo en la India.