José Luis Valverde, periodista *
En el tema del conocido “Cementazo” hay un mar de fondo, no se trata de repartir culpas a diestra y siniestra (que las debe haber).
¿Cómo explicar la facilidad con que un joven empresario, quien por las apariencias acumula una fortuna descomunal tenga tantas puertas abiertas en los caminos del poder?
Es inconcebible la facilidad con la que le fueron otorgados créditos por $20 y $ 5 millones de dólares por los bancos, cuando el resto de los mortales somos sospechosos de fraude por el sólo hecho de pedir prestado. Esta es otra maraña más difícil de desenredar que un saco de anzuelos.
En lo personal le creo a don Luis Guillermo Solís, el duopolio del cemento hay que romperlo (pero no a como dé lugar con aprovechados de turno), Sus entresijos se asemejan a la inmensidad del universo. Estamos hablando de la materia prima para proveer de vivienda digna a los ciudadanos, además de importante obra pública y privada, este compadre hablado no debe permanecer oculto. Otros grandes del negocio del cemento deben ser traídos a los primeros planos de esta tragicomedia nacional.
Creo en la buena fe de nuestro gobernante. Me dolería como ciudadano que alguien prueba en mano me demuestre lo contrario.