Magistrado niega cita con empresario en Fiscalia

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Edgar Fonseca, editor

El magistrado Celso Gamboa niega una supuesta diligencia con el empresario Juan Carlos Bolaños en la Fiscalía de Probidad.

Niega “amiguismo” con el Fiscal General, Jorge Chacarría, y denuncia que un medio digital quiere “su cabeza”, según consigna en su blog personal.

No se vale

“La libertad de prensa y la libertad de expresión son la base de nuestra democracia — dice–  por lo
que como ciudadano costarricense y funcionario público siempre he aplaudido la labor de la prensa para señalar los puntos que deben ser investigados por ser de altísimo interés público”.

No importa si el medio de comunicación tiene intereses o presiones del grupo económico del que forma parte ya que entre todos los medios de comunicación y ciudadanos debemos llegar a un balance en búsqueda de la verdad. Con mi blog busco ayudar a ese balance, sostiene.

Lo que no se vale — dice– es el revanchismo, creación de cortinas de humo o el ataque injustificado con el fin de destruir la reputación y carrera de una persona.

El mismo medio –afirma– que mediante un titular malicioso me vincula con acciones que favorecen al crimen organizado, es el mismo que presenta dos noticias igual de tendenciosas:

☓- Fiscal General y magistrado Celso Gamboa se contradicen con el “cementazo”.

☓- “Amiguismo” entre fiscal general y magistrado es inconveniente, señalan expertos”.

Sobre la primera nota, aclaro: es falso que haya acompañado al empresario Juan Carlos Bolaños a una audiencia al Ministerio Público.

Sobre la segunda, es tan absurda que quiere hacer ver mal situaciones que son normales en el ser humano, que es tener lazos de amistad”.

Sobre el falso acompañamiento.

“Ya como magistrado me dirigía a Tribunales y en las gradas JCB me reconoció: “Don Celso, qué bueno que lo veo, necesito un papel de la fiscalía y no entiendo dónde queda esa oficina de Probidad”.

“El señor necesitaba una constancia, entonces como era de camino avanzamos juntos como un minuto y una vez le indiqué cuál era la oficina respectiva, nos despedimos”.

En el momento que actos de amabilidad son señalados como corruptos, hay algo sospechoso en el dedo acusador.

“A raíz de las maliciosas insinuaciones, mis asesores legales contactaron a los del señor Bolaños, quienes facilitaron el documento que el FISCAL ADJUNTO I Róger Solís Corea otorgó ese día, el cual reza:

CONSTANCIA: A quien interese, hago constar que al ser las catorce horas y veinte minutos del dieciocho de abril de 2017, consultado nuestro Sistema Electrónico de Gestión, el señor Juan Carlos Bolaños Rojas, céd. 01-1037-0745, no cuenta con ninguna causa abierta en la Fiscalía de Probidad, Transparencia y Anticorrupción”.

Ese documento — dice Gamboa– será aportado a sede judicial con el fin de desacreditar el infundado rumor en cuanto a que lo acompañé a una audiencia.

Dado lo anterior, agrega, es jurídicamente imposible que le hiciera compañía en una indagatoria, entre muchas obvias razones, por una razón más sencilla: en ese momento
no era imputado (ni siquiera personaje público en polémica).

“Ni siquiera el señor realizaba un trámite donde pudiese ocupar que se acelerara un proceso, que es algo propio del tráfico de influencias, delito el cual insinúan que cometí”, advierte.

Sobre el “amiguismo” con el Fiscal General.

“Al Fiscal General se le ataca — afirma el magistrado Gamboa– porque trabajé con él, porque gozamos de buena amistad, lo cual es legal y esperable entre quienes fueron compañeros de trabajo cercanos. Además el Código Procesal Penal prevé los procedimientos para que un funcionario pueda apartarse de una investigación cuando goza de una amistad íntima con una persona investigada”.

“Si el conocerse, con otra persona, fueran razones suficientes para que un fiscal o un juez deban apartarse de conocer un caso, añade, la justicia en este país tan pequeño sería imposible (en algún momento jueces, abogados particulares, defensores públicos o fiscales han sido profesor/alumno, compañeros de clase, compartido en eventos académicos, coincidieron en alguna actividad del Colegio de Abogados, etc., el círculo de los que se dedican exclusivamente a materia penal es relativamente pequeño)”.

“Conozco a cada uno de los fiscales de este país, con la mayoría tengo buenas relaciones, mas no tengo amistad íntima con la mayoría de ellos y su profesionalismo es tan grande que nunca les ha impedido conocer a una persona para hacer bien su trabajo”, expresa.

“La labor profesional que hacemos en el Poder Judicial puede y debe ser debatida desde el ámbito técnico jurídico, pero nunca desde la perspectiva política, porque esto generaría inseguridad jurídica e indefensión a los ciudadanos,” menciona Gamboa.

“Tengo la conciencia tranquila, aunque emocionalmente sí estoy afectado, pero me tengo que seguir defendiendo”, concluye en su blog.