A Solís le va a costar vender mensaje de honestidad, dice Casas

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Edgar Fonseca, editor PuroPeriodismo.com

El escándalo del “cementazo” que sacude al gobierno es un caso político complejo para el Presidente Luis Guillermo Solís “porque después de este tema, es muy difícil vender el mensaje de que “gobernamos con democracia y honestidad. Pase lo que pase, jurídicamente, políticamente, el escándalo ya se le pegó al gobierno. Esta es la trocha de Luis Guillermo Solís”.

Así resume el exvicepresidente y consultor político internacional, Kevin Casas, sus apreciaciones de las implicaciones del mayor escándalo político y de transparencia que enfrenta esta administración y que llevaron al presidente Solís a declarar bajo juramento el lunes ante una comisión legislativa investigadora.

Casas dio sus manifestaciones, a consultas del periodista Edgar Fonseca, de previo a la comparecencia del gobernante que ha sido calificada por observadores independientes como poco convincente.

Momento muy complejo
-¿Cómo califica el momento político que atraviesa el presidente  con el denominado escándalo del “cementazo”?

-Muy complejo, por lo menos por tres motivos. En primer lugar, porque quienes están bajo la lupa en este caso son precisamente la gente más cercana al Presidente. En segundo lugar porque el manejo de todo este asunto por parte del Presidente, ha sido muy torpe. En tercer lugar, porque después de este tema, es muy difícil vender el mensaje de que “gobernamos con democracia y honestidad. Pase lo que pase, jurídicamente, políticamente, el escándalo ya se le pegó al gobierno. Esta es la trocha de Luis Guillermo Solís.

-La reacción del presidente y sus más cercanos ante los hechos denunciados, ¿fue oportuna y correcta?

No, no lo fue, en particular la desafortunada intervención de hace unos días percibida como una amenaza por la prensa. Más que en otros países, en Costa Rica los periodistas tienen una tolerancia bajísima con este tipo de desplante. (En su comparecencia del lunes, el presidente se disculpó si se interpretó excedido el mensaje en una gira en Pococí pero insistió en que hay una campaña en su contra, según le han dicho gentes que no identifica.)

Golpe al candidato y a la campaña

 

-¿Impactará este escándalo la campaña del candidato gobiernista Carlos Alvarado?

-Incuestionablemente. En esto, como en el tema fiscal, lo dejaron, para decirlo en lenguaje gráfico, “colgando de la brocha”. Las probabilidades de victoria del PAC no han desaparecido pero sí se han reducido significativamente.

-¿Impactará, en general, la campaña electoral venidera?

-Por supuesto. Cada vez que Carlos Alvarado hable de que el gobierno del cambio ha gobernado con honestidad le recordarán el “cementazo”. Y la honestidad en la función pública es un tema sin el cual el PAC pierde por lo menos la mitad de su mensaje.

-¿Causará efecto en la imagen del mandatario?

-Sin duda. Esto involucra a la gente más cercana a él.

-¿Cómo debe actuar el presidente Solís ante el caso del diputado Víctor Morales Zapata?

-En realidad no hay mucho que pueda hacer. Además de pedir explicaciones, podría pedirle que se separe temporalmente de la fracción del PAC mientras la investigación continua pero aún así si se justificara, pedirle la renuncia, exigir lo que uno no tiene manera de hacer cumplir es una tontería.

(En su comparecencia, el lunes ante los dioputados, Solís le pidió a Morales retirarse de su curul, lo cual el legislador rechazó. El supuesto distanciamiento de ambos políticos es visto con recelo por observadores independientes.)

Manejo primitivo de bancos

 

-¿Qué le preocupa más de los hechos que han trascendido con este caso?

-La que más me alarma es ver la forma primitiva en que se manejan los bancos del Estado que están, cabe recordarlo, entre los más grandes de Centroamérica. Es obvio que el mecanismo que tenemos ahora para nombrar a su junta directiva es un desastre, cundido de amiguismo, favores políticos y ostensible falta de idoneidad. El tema de los nombramientos de las juntas directivas de las instituciones descentralizadas es, en general, un asunto muy serio y de larga data pero tiene ribetes calamitosos en el caso de los bancos estatales que tienen una responsabilidad fiduciaria mayor a la de cualquiera otra institución en la medida en que manejan los ahorros del público. Si ha de quedar una sola cosa de este desaguisado que sea la urgencia de reformar la estructura de gobierno corporativo de los bancos del Estado.