Elecciones, transparencia y ataque…

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A man casts his vote in San Jose, during the one-candidate presidential vote, on April 6, 2014. Voting got under way in Costa Rica on Sunday, where historian and former diplomat Luis Guillermo Solis faced no opposition in the country's presidential run-off election. His lone rival in the race, conservative contender Johnny Araya, dropped out last month after polls showed he would be soundly defeated, giving the centrist Solis an easy glide path toward victory in the election to lead this country of some five million people. AFP PHOTO / ESTEBAN DATO

Edgar Fonseca, editor

El país debe repudiar el soez ataque a que está siendo sometido el Tribunal Supremo de Elecciones y su máximo jerarca.

No se trata de una bufonada, de una bravuconada más, al calor de una campaña.

Se trata de una grosera arremetida contra una institución clave,  su imagen y su credibilidad y su cabeza. Con un perverso afán de deshonrar, de desprestigiar, y de deslegitimar a la entidad y a sus personeros en vísperas de una nueva jornada electoral.

La atacan conscientes que esta sociedad le ha depositado su plena confianza a lo largo de su más reciente periodo republicano, sin el menor atisbo de duda, sobre su desempeño, en 18 votaciones presidenciales desde 1953. Y en vastedad de comicios legislativos y municipales. Un sistema modelo regional de transparencia y eficiencia.

¿Por qué el ataque?

¿Por qué en estos momentos?

A las puertas de unos comicios que pintan reñidos y atípicos, cruciales para reordenar el camino, hay quienes, en sus afanes, apuestan a arrasar con cuanto se les atraviese en sus propósitos.

Y se lanzan, irresponsablemente, contra instituciones en las que la ciudadanía mantiene  envidiables cuotas de confianza.

En el más reciente de sus arrebatos, disparan a aniquilar la bien ganada credibilidad del ente electoral.

El país ha sido testigo a lo largo de los últimos meses y semanas de ese mensaje de odio sin precedentes, que, lastimosamente, arrastra a no pocos incautos, en medio de la decepción y del descrédito con la clase política tradicional.

No debería caer la opinión pública en la trampa

Esta sociedad no debe su devenir histórico a falsos profetas.

La fragua de nuestro desarrollo institucional ha sido la suma de voluntades, de gestión y de decisión pública y privada, imperfecta sí, pero respetuosa del aparato institucional forjado. Alejada de autoritarismos, de mesianismos o de nefastos populismos.

No debería el país tragar tan fácil ese anzuelo demagógico, oportunista, “vende humo”, que se le tiende en el fragor de una efímera campaña.

Debería, sí, tener muy a mano las más dramáticas experiencias del acontecer regional.

Guatemala, un estado fallido, se arrepintió, muy tarde, de haber elegido … a un payaso de presidente.

“Si usted elige a un payaso, espere un circo”, advierte la prestigiosa revista The Economist sobre la debacle institucional en esa hermana nación.

O la tragedia de Honduras, donde  pandilleros y extremistas la tienen sumergida en el caos.

La opinión pública debe estar muy atenta a estos acontecimientos. Y censurar a estos nuevos heraldos del Apocalipsis.

Punto final

  • Al candidato gobiernista, fulminado en las encuestas por el “cementazo”,  también se le extravió la brújula… y aislará al país.
  • La última torpeza del MOPT: autorizar repavimentar circunvalación metropolitana en fin de año. La Contraloría y la Fiscalía deberían investigar por qué en la agonía de una administración se atropellan estos –u otros– contratos de recarpeteo. Resultado: al menos seis meses más de presas infernales de frontera a frontera y de costa a costa. Esto, tampoco, debería quedar impune.

 

 

 

 

2 COMENTARIOS

  1. Si Carlos Alvarado aparece fulminado en las encuestas y encima de eso, se le extravió la brújula, eso significa que es improbable que gane las elecciones presidenciales y por lo tanto, no entiendo cómo podría aislar al país. Pero tal vez Don Edgar me pueda ilustrar las razones por las que escribió eso en su punto final.

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