Álvarez, Castro, Piza, la campaña está abierta/En enero puede pasar cualquier cosa, dice analista

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  • Aunque ve difícil un repunte de Antonio Álvarez Desanti en la recta final, estima improbable que Liberación se quede fuera de la segunda ronda
  • Castro parece seguro de pasar y Piza puede beneficiarse del voto indeciso
  • El “cementazo” hizo añicos imagen del presidente Solís, dice Juan Carlos Hidalgo, experto del Cato Institute en Washington D.C.

 

Edgar Fonseca, editor

Por el respaldo histórico al partido y por su maquinaria, el candidato presidencial PLN, Antonio Álvarez Desanti, amarraría su pase a la segunda ronda el cuatro de febrero; el emergente, Juan Diego Castro del PIN, parece seguro de pasar y Rodolfo Piza del PUSC, podría beneficiarse del voto indeciso.

Tales las conclusiones del analista político Juan Carlos Hidalgo, experto del Cato Institute, basado en Washington D.C. de los posibles escenarios la noche del cuatro de febrero en las elecciones nacionales.

Hidalgo, quien escribe la columna De Frente, cada lunes en La Nación, hizo estas aproximaciones al eventual resultado bajo la advertencia que hay un alto grado de

“imprevisibilidad” sobre los escenarios finales de los comicios.

Los más recientes sondeos de opinión reflejan un empate técnico entre Álvarez, Castro y Piza. Solo dos pasarán a la segunda ronda, el primer domingo de abril, la tercera en las últimas cinco elecciones.

Preocupa el desencanto

-¿Cuáles son tus tres principales conclusiones de esta cerrada competencia electoral?

-Me llama la atención el gran desencanto que muestra la gente hacia la oferta electoral existente –y que se ve reflejado en el alto nivel de indecisos–. Esto hace que, a poco menos de dos meses de la elección, haya un enorme grado de imprevisibilidad sobre el posible resultado: cualquier cosa puede pasar en enero. De igual forma me llama la atención la atomización de las preferencias de los votantes, al punto que ningún candidato siquiera se acerca al 30% en la intención de voto. Finalmente, una segunda ronda parece inminente. En un inicio la interrogante era quién iría a esta contra Antonio Álvarez Desanti. Sin embargo, ahora existe la posibilidad de que el PLN incluso quede fuera. Sin embargo, sigo pensando que es improbable que eso ocurra, dada la maquinaria electoral que ostentan los verdiblancos.

¿Qué le pasó a Alvarez Desanti?

-¿Qué crees pasó con la campaña de Alvarez Desanti que mantuvo ventajas de hasta 15 puntos y ahora empata por pasar a segunda ronda?

-Lo que pasó fue Antonio Álvarez Desanti. Carece de carisma y de ideas innovadoras. La gente lo percibe como un oportunista, una percepción que es reforzada por sus constantes cambios de posiciones a lo largo de su carrera política. Además, sus intervenciones son acartonadas y poco convincentes. Es difícil imaginarse un escenario antes de febrero en que Álvarez Desanti repunte decididamente en la intención del voto.

Tres errores clave

-¿Tres errores clave de la campaña de Álvarez Desanti?

-Creer que los tiempos no han cambiado y que se puede hacer una campaña tradicional en tiempos en que el electorado está harto de los políticos tradicionales. Cambiar tan públicamente de posiciones, como en el tema LGBT. Y últimamente recurrir al populismo clientelista de promesas de bonos y ayudas, que ya no cae bien en el electorado.

Ve difícil el repunte

-¿ Qué opciones tienen Álvarez Desanti y su comando de campaña en el cierre para retomar el liderato?

-Veo difícil que Álvarez Desanti repunte de manera decidida en la intención de voto. La estrategia que veamos en enero probablemente sea doble: apelar al voto tradicional liberacionista –que últimamente ha sido un tercio del electorado– y apelar a la carta del miedo sobre lo que podría representar una presidencia de Juan Diego Castro. Entre menos énfasis haya en el candidato, más posibilidades de detener la sangría tendrá el PLN.

El impulso del emergente 

-¿Qué opinas del impulso que ha tomado la candidatura emergente de Castro?

-Es preocupante. Refleja el hartazgo de mucha gente con la clase política.  Al votante potencial de Castro hay que explicarle que, si bien hay muchas cosas que están mal en el país, podrían estar mucho peor. Y que la receta de confiar en un caudillo populista tiene un mísero récord de éxito en América Latina.

-¿Ves oportunidades reales para Piza de ser protagonista la noche del cuatro de febrero?

-Es posible que mucho indeciso se decante por él como el “menos malo”. Al menos esa es la carta que su campaña parece estar jugando, de tal forma que evita tomar posiciones controversiales sobre los temas álgidos del país. A muchos nos resulta frustrante, pero en un país donde la gente le teme al cambio, a lo mejor le funcione.

 -El escándalo “cementazo”, según distintas interpretaciones, golpeó por parejo a todos los partidos. ¿A qué atribuyes ese efecto general sobre la clase política del escándalo?

-Pues los tentáculos de Juan Carlos Bolaños se extendían a casi todos los partidos políticos, de tal forma que el golpe ha sido generalizado a la clase política.

-Se mantiene un bloque importante de indecisos, 32%, gente joven profesional y adulto medio, ¿a quiénes crees se podrían acercar este tipo de electores tan esquivos?

-Creo que este es el potencial voto de Rodolfo Piza. Pero tendrá que hacer más por ganárselo. Y su conservadurismo social no ayuda a atraer a este votante.

-Todo indica que habrá segunda ronda. ¿Cuáles candidatos ves con mayores posibilidades de ser los dos protagonistas clave en abril?

-A estas alturas parece que el que tiene el campo seguro es Juan Diego Castro, a menos que sus potenciales votantes empiecen a caer en cuenta de lo que sería tenerlo de presidente. Pero veo difícil que alguien que ahora simpatiza con él le termine dando su voto a otro candidato tradicional. A Álvarez Desanti lo ayuda el voto duro del PLN y la maquinaria de ese partido. Pero todo depende de qué lado se decante ese grupo de indecisos que mencionaba antes y si lo hace en bloque o divide sus votos entre otros candidatos.

 -Con una elección tan polarizada como la que se prevé, ¿en qué quedarán los minoritarios: izquierda, cristianos?

-Probablemente logren una buena cantidad de escaños en la Asamblea Legislativa, que se traducirá en una mayor fragmentación en ese poder. La fuerte presencia de partidos cristianos implica que la agenda de derechos humanos no tiene mayor futuro legislativo. Dudo que los partidos de izquierda –PAC y FA– logren la misma cantidad de curules que ahora. Aun así, mantendrán una presencia importante en la Asamblea, lo cual complicará la posibilidad de reformas estructurales importantes del lado del gasto público.

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El “cementazo” hizo añicos a Solís

-¿Cómo valoras el comportamiento del presidente Solís y sus más cercanos ante el escándalo del “cementazo”?

-Pésimo. Su “relato” –en el que gastó miles de millones en publicidad– de que esta era una administración donde no había un solo atisbo de corrupción ha quedado hecho añicos. No solo eso, sino que hay fuertes razones para sospechar que el presidente mismo tuvo algún tipo de involucramiento en el escándalo. Esto es algo no veíamos en Costa Rica en mucho tiempo: un presidente en ejercicio personalmente salpicado por un caso de corrupción. Y en todo momento Luis Guillermo Solís ha querido verle la cara a los costarricenses.

-¿Cuánto crees afectará dicho escándalo el futuro político del presidente Solís?

-Él ya había dicho que no buscaría la reelección en el futuro –aunque también prometió no nombrar a Mariano Figueres en algún puesto de gobierno–, así que su palabra no alcanza para mucho. Sin embargo, el hecho de que hasta Carlos Alvarado ahora le huye, refleja que el futuro político de Solís no trascenderá los salones de clase de la UCR.