Cae capo del jet set/ Y tiene temblando a más de uno

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Un poderoso capo del narco colombiano cuya compañera sentimental es una reconocida presentadora de televisión cayó en poder de las autoridades y tiene temblando al jet set en esa nación, dice la revista Semana de Bogotá.

El detenido es el capo Sebastián Murillo Echeverri y su compañera la famosa presentadora televisiva Vanesa Peláez.

Cayeron -dice Semana– en una operación coordinada con la DEA y la fiscalía que terminó en uno de los más duros golpes contra la cúpula de la llamada oficina de Envigado. Fueron capturadas otras seis personas en Medellín y Cartagena.

En el mundo de la mafia Murillo era conocido con los alias de ‘Lindo’ y ‘Lindolfo’. Eran las 6 de la mañana cuando los uniformados ingresaron al lujoso apartamento en el sector de El Poblado en Medellín. Al preguntarle a qué se dedicaba el hombre no supo qué decir. A su lado estaba una mujer que no quería decir su nombre a las autoridades. “Ya dígales. A usted lo único que le interesa es su carrera”, le grito Murillo.

Ella se identificó como Vaneza Peláez. Se trata de una reconocida presentadora de un programa de televisión. Aunque afirmó estar separada de Murillo, la mujer se encontraba en una de las habitaciones del apartamento. La pareja llevaba seis años de matrimonio y tienen dos pequeñas hijas.

El narco del jet set

Su matrimonio con Vaneza Peláez –agrega Semana– le abrió a Murillo las puertas del jet set, un mundo en el que pasó desapercibido. Eran frecuentes las fiestas en su lujosa finca en Santa Fe de Antioquia a donde acudían reconocidos actores, cuyos nombres Semana se abstiene de revelar.

En ese lugar Murillo, su familia y amigos, disfrutaban de la docena de caballos pony que tenía este hombre. También de los exóticas guacamayas y flamingos por los que pagó 30 millones de pesos por unidad. Allí había un cuarto completamente blindado.

No son pocos los famosos que no solo estuvieron en fiestas y paseos con Murillo sino que también invirtieron en sus negocios. Lo mismo ocurrió con empresarios y ganaderos paisas. Todos ellos ahora están con los pelos de punta.

Ver revista Semana, Bogotá