Crece presión para que caiga cúpula del PLN tras batacazo del domingo

205

Edgar Fonseca, editor

La presión para que renuncie la cúpula de dirigentes del PLN que comandó la reciente campaña que culminó en el mayor fracaso electoral de los verdiblancos en 65 años, creció en las últimas horas.

“Los dirigentes de partidos perdedores deben actuar reflexivamente en sus políticas de alianzas. Los “pactos de cúpula” pueden no representar a muchos de sus electores”, advirtió este martes la expresidenta Laura Chinchilla en una primera impresión tras el sonoro fracaso del PLN

“Prioridades: análisis introspectivo escuchando a las bases, y retomar el norte de sus plataformas programáticas”, dijo Chinchilla.

“El partido tiene que hacer una revisión enorme y, como ocurre en todos los partidos políticos del mundo, después de un fracaso, debería de haber una renuncia de todas las autoridades del partido, elegir a otras autoridades que se dediquen a analizar profundamente lo que está ocurriendo”, dijo  en La Nación, el expresidente de PLN, Francisco Antonio Pacheco, cercano al expresidente Arias.

Lo usual es que renuncien

“Lo usual en los partidos políticos que se respetan: luego de una derrota, y más de una derrota tan grave, uno espera la renuncia de las autoridades y la renovación del Partido”, afirmó el exministro Leonardo Garnier​.

Total fracaso

“Visto el total fracaso del grupo político y económico que controla la cúpula y dirigió la campaña del PLN, en estas elecciones nacionales, asumo que sin candidato y sin partido político en la palestra pública, los liberacionistas quedamos totalmente liberados de actuar, intervenir y hacer toda clase de manifestaciones políticas y decidir, liberados de toda lealtad partidaria, en la segunda vuelta electoral”, advirtió Fernando Berrocal, exministro de la Presidencia y de Seguridad y leal al expresidente José María Figueres.

Berrocal envió su posición al comité ejecutivo del partido.

El excandidato Antonio Álvarez Desanti asumió la noche del domingo la responsabilidad directa por los resultados y admitió que no vio venir el inminente y sorpresivo triunfo del aspirante evangélico, Fabricio Alvarado.

Con 18,6% de respaldo, Álvarez Desanti quedó en tercer lugar de los comicios sin chance de ir a segunda vuelta, y carga con la mayor derrota electoral del partido desde 1953.

El excandidato tiene pendiente una conferencia de prensa.

Cunde malestar

A la creciente presión para que salga la cúpula de la campaña, otros líderes del PLN reaccionaron desencantados con los resultados que pone al partido ante el dilema de renovarse o desaparecer, según analistas.

“O Liberación se recompone o desaparece”, vaticinó el periodista  y exembajador en la ONU, Eduardo Ulibarri quien atacó el discurso de Álvarez Desanti la noche del domingo.

“Muy pobre el discurso de Antonio Álvarez. No se definió hacia la segunda ronda ni sentó principios para posibles negociaciones”, sostuvo.

Figueres esquivó aludir al fracaso

“Hoy nos toca trabajar por Costa Rica. Entre todos saquemos al país adelante. ¡Entre todos hagámoslo más grande!”, reaccionó desde Washington D.C. el expresidente José María Figueres, marginado por Álvarez de la campaña.
“Me encuentro en Washington y desde ya, aprovecharé mis contactos internacionales para buscar oportunidades con las que volvamos a ser el país del bienvivir”, agregó Figueres.

No estoy contenta

“Como Liberacionista no me siento muy contenta de los resultados pero reconozco que el pueblo costarricense ha ido a las urnas electorales para cumplir con el privilegio y el deber del voto”, posteó en Facebook la diputada Sandra Piszk, muy cercana a la campaña de Álvarez.

El exministro Berrocal, crítico de Álvarez y de su grupo cercano, calificó la reciente campaña del PLN como “la más inocua, intrascendente y superficial campaña realizada por el Partido Liberación Nacional”.

Criticó “la suma de errores garrafales cometidos por esa cúpula de poder político y económico, en esta aplastante y vergonzosa derrota electoral, solo comparable a la que generó la traición del año 2014.”

“Es hora de que, entre liberacionistas y social demócratas, comencemos a decirnos, con respeto a la opinión ajena, las realidades y verdades sobre lo que ha pasado en los últimos años en Costa Rica”, insistió.