Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo salen muy poco de El Carmen, su residencia personal desde la cual despachan su Gobierno. Sin embargo, cuando la pareja presidencial no teledirige los actos de su administración y en cambio se aprestan en persona a asistir a ellos, las calles de Managua quedan bajo una fuerte custodia policial, denunció el sitio Confidencial de Managua.

El operativo –dice el medio– paraliza las vías que los mandatarios sandinistas recorren en sus Mercedes Benz G63 V8 AMG blindados. La última vez fue el sábado 25 de febrero, cuando la pareja se trasladó a la Iglesia Hosanna para entregar la ciudadanía nicaragüense y la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío al pastor David Spencer, fundador de esa congregación religiosa y quien, el pasado enero, reveló que sufre cáncer terminal.

Desde El Carmen a Hossana hay una distancia de 8.5 o 7.7 kilómetros, en dependencia de la ruta que se escoja. Durante todo ese tramo la Policía Nacional apostó el sábado una media de tres agentes cada 200 metros para resguardar el paso de la caravana presidencial. Es decir, unos 40 puestos de vigilancia, equivalente a un aproximado de 120 agentes en total. Además, a esa cifra debe sumarse el total de agentes de tránsito apostados en cada semáforo de ese trayecto para detener el tráfico al momento del paso presidencial, amplía Confidencial.

 

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