PAC está en deuda con el país, admite
Edgar Fonseca, editor/Foto Twitter
El diputado, fundador del PAC, y eventual Ministro de la Presidencia, Ottón Solís, cree que el nuevo gobierno debe superar a la administración de Luis Guillermo Solís en el combate de la corrupción tras meses del escándalo el “cementazo”.
“Los votantes creyeron en el compromiso de don Carlos de luchar contra la corrupción y las transgresiones éticas y de claramente superar al actual gobierno en estas materias”, advirtió Ottón Solís en un análisis del resultado electoral del domingo.
“Esto –agrega– se constituyó en un segundo elemento explicativo del resultado electoral y obliga al PAC a sentirse en deuda con el país, ante esta segunda oportunidad de mostrar que lo que predicamos desde nuestra fundación era cierto”.
PAC logró una contundente segunda victoria electoral tras meses de enfrentar el peor escándalo de corrupción de tiempos recientes con el denominado “cementazo” que estalló en la cúpula de asesores clave del presidente Luis Guillermo Solís.
El diputado Solís ha liderado investigaciones de una comisión legislativa mientras la Fiscalía General encabeza investigaciones judiciales que llevaron a prisión a seis directivos del BCR y al empresario importador de cemento chino, Juan Carlos Bolaños.
Se investigan, entre otros hechos, controversiales créditos del BCR por unos $30 millones a la empresa Sinocem vinculada al empresario.
Las investigaciones revelaron que Bolaños fue recibido en sus gestiones siete veces en Casa Presidencial, una de ellas por el mandatario.
Excandidatos a escondidas
“La decisión tomada por los costarricenses el pasado domingo revela que una mayoría es consciente de que si bien es cierto el sistema democrático nos otorga derechos políticos también nos hace responsables de las grandes decisiones sobre el futuro del país”, dice Ottón Solís en un artículo titulado: Costa Rica apunta a las estrellas, en su cuenta Facebook.
“Miles de familias modificaron sus planes para la Semana Santa con el fin de participar en las elecciones. La mayoría de los votantes se percató de que estaba en juego algo más que los temas que rutinariamente debe resolver la clase política (salud, educación, infraestructura, seguridad, macroeconomía, etc). Para unos se trataba de una suerte de plebiscito sobre el verdadero compromiso del país con los Derechos Humanos, para otros estaba en juego la supervivencia y recuperación de dictados bíblicos en la vida nacional”, añade.
“Ante estos dilemas –destaca– los votantes no se dejaron guiar por las motivaciones de algunos excandidatos presidenciales y algunos expresidentes, los cuales, unos explícitamente y otros a escondidas, intentaron utilizar a los seguidores de sus partidos para materializar esas motivaciones”.
La mayoría se rebeló
“Comprendiendo lo que estaba en juego la mayoría se rebeló y escogió el futuro. De esa manera los y las votantes, mostrando una sabiduría y un patriotismo muy superior a las de esas cúpulas y enterados de la recomendación del mismo Jesucristo de que “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, lograron proteger el prestigio del país en el mundo y reforzar los supuestos básicos en que se funda la Democracia”, anota.
“Por cierto –agrega– esas cúpulas no acompañaron a don Fabricio en el momento en que aceptó los resultados. De paso se perdieron un discurso inundado de señales positivas para la buena marcha del país”.
